-AGRIDULCE: –LA FORTUNA INMOBILIARIA DE “ALITO”.
-MIENTRAS “ALITO” SE ENRIQUECE, EL PRI EN CAÍDA LIBRE.
AGRIDULCE. Expresiones y más.
Por el Mtro. José A. ORDÓÑEZ González.
Utilizando a amigos y familiares, el dirigente nacional del PRI, Alejandro Moreno Cárdenas “Alito”, adquirió varias propiedades en Campeche a precios bajos, para después donárselos y posteriormente revenderlos a precios superiores, sin que esto dejara algún rastro en sus declaraciones patrimoniales.
A raíz de una investigación periodística, se le atribuye al priista de haber utilizado su influencia política y poder para cometer estos actos de evidente corrupción.
En el Registro Público de la Propiedad y de Comercio y en la oficina del Instituto de Información Estadística, Geográfica y Catastral de Campeche, aparece que “Alito”, así como su hermano, Emigdio Gabriel Moreno; su madre, Yolanda Mercedes, y Juan José Salazar Ferrer, su arquitecto de cabecera, poseen 35 inmuebles y terrenos en la entidad.
Cabe señalar que en la declaración patrimonial del líder Priista, presentada a finales del 2021, notificó 13 inmuebles adquiridos entre marzo del 2012 y mayo del 2021, por un monto de 12 millones 963 mil pesos, periodos durante los cuales fue diputado, gobernador y luego dirigente del CEN y, nuevamente, diputado de la actual legislatura federal. Al parecer resulta buen negocio ser político con suerte.
Solo uno de estos predios, con extensión de 39.2 mil metros cuadrados, fue adquirido a Desarrollo Comercial y Residencial SA de CV, pagó menos de cuatro pesos por metro cuadrado, un precio simulado sin duda para evadir el pago de los impuestos respectivos.
Resulta que ahora ese terreno forma parte de “Campeche Hills”, descrito como un exclusivo complejo residencial cuyos lotes se venden actualmente a un precio de dos mil pesos por metro cuadrado. Un gran negocio por donde quiera que se le vea.
Otro dato relevante es que, en noviembre del 2016, mientras era gobernador, cedió cinco lotes a su madre, las cuales adquirió un año antes. Como todo buen hijo, protegiendo a su progenitora.
Entre los predios donados se encuentra uno denominado Miramar, con una extensión de más de 10 hectáreas, el cual adquirió al hijo del exgobernador de la entidad Eugenio Echeverría Castellot, cuyo costo fue de 390 mil pesos. Un precio ridículo cuando dicho inmueble tiene un valor comercial de al menos veinte veces que el fijado en la operación de compraventa,
De las propiedades cedidas a su madre, cuatro fueron aseguradas por la Fiscalía General de la República (FGR) en diciembre del 2019, como parte de una investigación en contra de “Alito”-Moreno Cárdenas- por el presunto delito de enriquecimiento ilícito; sin embargo, en septiembre del año siguiente por arte de magia, se levantaron esos aseguramientos y las propiedades volvieron al poder del priista.
Entre los predios que el priista donó a su madre, también incluyó dos terrenos en el “lujoso” fraccionamiento Lomas del Castillo, en el que existen 140 lotes, de los cuales 22 pertenecen a Alejandro Moreno, su madre, hermano y su arquitecto consentido.
Una movida maestro la ejecutó “Alito”, once meses antes de que asumiera el cargo como gobernador, al adquirir un terreno de 812 metros cuadrados con la empresa “Constructores Unidos de Campeche S.A de CV”, la cual curiosamente fue beneficiada entre 2015 y 2017 con contratos millonarios de obra pública. ¿Compra o regalo?
En contraposición a los hechos derivados de esa investigación, el dirigente priista aseguró, que la información difundida no es correcta.
Adujo para ello que cada una de sus propiedades aparecen dentro de sus declaraciones patrimoniales, por lo que afirmó que los señalamientos acerca de haber puesto los inmuebles y predios a nombre de otras personas es falso; además, señaló que las ubicaciones proporcionadas son incorrectas, sin acreditar esta negativa.
Mientras se enriquece el dirigente priista, el partido va e caída libre, al precipicio del olvido y de la extinción. Y todavía arguye que «hay tiro» para el 2024. Así ni como ayudarlo.
A mis cinco lectores les digo, como resulta atractivo la injerencia en la política como modo de vida, a muchos se les acaban las preocupaciones económicas al aprovechar la posición o cargo para obtener fortuna, a costa del erario publico y de sus influencias que aprovechan al amparo del poder público.
AGRIDULCE resulta observar cómo los políticos y servidores públicos utilizan a familiares, amigos, choferes y hasta en ocasiones los datos de las empleadas domésticas como testaferros, para que los inmuebles aparezcan registrados a nombre de estos y no evidenciar actos de corrupción. Se cuidan al grado de conducirse como dueños de esos inmuebles y, sin embargo, son otros los que aparecen como propietarios.
Al final entender que aquel que presta su frazada le tocara aguantar la helada. ¡HE DICHO ¡