500 vecinos se intoxican tras comer cochinita pibil en Yucatán
YUCATÁN.- El domingo era día de mercado en Seyé, un pequeño pueblo en el interior de Yucatán. Nada hacía prever a su alcaldesa, Diana Dzul, que terminaría la jornada con el palacio municipal convertido en hospital de emergencia y con ambulancias y paramédicos llegando desde otros puntos del Estado para atender una intoxicación masiva. La urgencia: 500 vecinos —el 6% de los habitantes del municipio— enfermos por comer cochinita pibil, el plato típico de la región, en un puesto ambulante. Entre los pacientes había niños y mujeres embarazadas, aunque ninguno de gravedad. Las primeras indagaciones apuntan a que la carne consumida contenía clembuterol, un fármaco para el asma que es utilizado como anabolizante. Mientras continúa la investigación de la Secretaría de Salubridad, en el pueblo piden no entrar en pánico: no hay motivo para dejar la cochinita.
A las 10 de la mañana, Dzul recibió el primer reporte con 10 personas intoxicadas. Los números escalaron a toda velocidad. “Luego eran 20, después me avisan de que han llegado ya 30 al hospital de Acanceh, luego suben a 50, ¡a 70! Y ya a las dos del mediodía todo se dispara: había más de 200 personas enfermas”, cuenta la presidenta municipal de este municipio de 8.500 personas a EL PAÍS. Centenares de personas vomitando, con taquicardia y diarrea, a las puertas del Ayuntamiento. En Seyé tenían una crisis.
El municipio se encuentra a unos 30 kilómetros de Mérida, la capital de Yucatán. No cuenta con hospital propio, así que los primeros enfermos se dirigieron al consultorio privado del doctor del pueblo, Jaime Álvarez. Después se trasladaron con sus vehículos a centros médicos de Mérida y al hospital del IMSS de Acanceh, a 10 minutos del municipio, que terminó atestado por los intoxicados. Pero seguía sin ser suficiente. Así que Dzul ordenó convertir los soportales amarillos del Palacio Municipal en centro de emergencia. Mientras, el Gobierno del Estado mandaba ambulancias, paramédicos y camiones para trasladar a los pacientes, en el Ayuntamiento se instalaron tres médicos, que atendían, estabilizaban y daban el alta a los enfermos menos graves.
Los medicamentos necesarios pronto se agotaron en las farmacias del pueblo, así que el tesorero y la regidora de Salud fueron hasta Mérida para conseguirlos. “Los dimos de forma gratuita”, apunta la alcaldesa. Siguieron atendiendo enfermos hasta la madrugada. “Por suerte no pasó a más, nadie se ingresó con gravedad. Hemos revisado a las personas que se intoxicaron y se les ha recomendado mucha agua, mucho suero, no comer comida en la calle, ni Coca-Cola, ni cerveza, hasta que desechen la sustancia del cuerpo”, detalla. La recuperación puede tardar de dos a seis días.
El puesto en el que se vendieron las latas de cochinita pibil fue clausurado a las 10 de la noche por la Dirección de Protección Contra Riesgos Sanitarios del Gobierno estatal. Pertenecía a una familia de Seyé que lleva años vendiendo la carne. “Solo vienen los domingos”, explica Dzul. Preguntada por el alto número de vecinos intoxicados, la alcaldesa explica: “Si hay más lugares que venden cochinita, pero ellos venden muy bien, les compra la mayoría del pueblo. Su cochinita es muy rica”.