‘Normalización’ de violencia contra periodistas en Tamaulipas
Por: Isaias Alvarez
En México se siguen intensificando los ataques contra la prensa, la situación ha escalado a niveles alarmantes ya que aun y cuando nuestro país era el más peligroso del hemisferio occidental para ejercer el periodismo, el año 2022 se ha convertido en el más violento para la prensa en décadas, pues 11 periodistas han sido asesinados.
No ha terminado el quinto mes del año y 3 periodistas más fueron asesinados. El 4 de mayo en Sinaloa Luis Enrique Ramírez PERIODISTA Y COLUMNISTA, el lunes 9 de mayo en Veracruz las periodistas Yesenia Mollinedo y Sheila Johana García fueron asesinadas a las afueras de una tienda de conveniencia.
Poco a poco esta ola de violencia se ha ido acercando a Tamaulipas en donde ya preocupa el tema, pues entre 2021 y lo que va de este año se han intensificado los ataques contra la prensa, que han sido físicos, verbales, así como prácticas que obstaculizan y denigran el oficio y profesión de comunicadores, reporteros, locutores, conductores ó prensa en general.
Las faltas han sido cometidas por servidores públicos y políticos en su mayoría de alto nivel, a quienes les molesta ser cuestionados y evidenciados por lo cual su estrategia en primera instancia para coartar la libertad de expresión es vetar a los comunicadores, con instrucciones a sus jefes de prensa y asistentes para manejar su agenda ocupada en todo momento para poder dar alguna entrevista y vetándolos de los lugares en donde realizan sus eventos.
Sin embargo, estos obstáculos no impiden que el trabajo de cubrir un evento sea realizado, por lo cual el equipo, familiares y hasta las mismas autoridades se han descarado al grado de agredir, insultar, perseguir, vociferar, amenazar y hasta arrebatar los equipos de trabajo de nuestros compañeros, pues las autoridades anhelan reprimir a la prensa cómo en la época en la que el PRI hacía uso de “Corrales” y ponía “bozales” a los reporteros.
Y mientras en nuestro propio país las once voces de periodistas fueron calladas para siempre y otros más siguen sufriendo detención, exilio y hostigamiento, los casos siguen impunes incluyendo los de Tamaulipas donde la justicia no es suficiente y seguimos sin medidas efectivas que nos protejan y puedan frenar esta ola de violencia que nos ha alcanzado.