Por:Mauricio Fernández Díaz
Ciudad Victoria.- El calendario de Francisco García Cabeza de Vaca marca el 1 de junio como un momento clave en su carrera política y, posiblemente, en su vida. Los ministros de la Suprema Corte de Justicia resolverán si goza o no de fuero después del juicio de procedencia en el Congreso de la Unión, que lo declaró culpable, aunque él se amparó con ayuda de la Constitución Estatal. El gobernador está a unas horas de perder el cargo y hasta la libertad, quizás. Todos están expectantes de lo que pase mañana.
Por sus actos y sus mismas palabras, García Cabeza de Vaca enseña un ego enorme ante esta situación y se siente capaz de vencer cualquier desafío. Su optimismo es ejemplar pero, también, insuficiente para sortear el torrente de investigaciones judiciales en su contra. Se sabe que estuvo en la Ciudad de México hace dos semanas, y que consultó con algunos abogados; se habla, incluso, que habló también con los magistrados. Si esto último ocurrió o no, lo cierto es que se ha preparado para obtener el mejor resultado posible en el desenlace de este miércoles.
En política vale más hacer previsiones para todas las posibilidades: para las buenas, las malas y las regulares. Les llaman escenarios, y permiten tomar decisiones a mediano y largo plazo y evitar la dependencia de los resultados cortos e inmediatos. A nuestro juicio, el Gobierno de la República ya tiene preparados los tres escenarios en el caso del gobernador de Tamaulipas, y de ninguna manera un “revés” en la Corte, con una sentencia favorable a García Cabeza de Vaca, contaría como una derrota. La FGR tiene otras cartas para debilitar la fortaleza del mandatario, y el desafuero no era la única, aunque pareciera la más importante. Hasta podría jugar psicológicamente con el reynosense, hacerle creer que vence a la fiscalía y sorprenderlo después con más carpetas, más intervenciones, más acoso judicial.
Pero los ministros quizás terminen mañana con esta agonía y den por válido el juicio de procedencia y su desafuero. Este sería el escenario “A” para el Gobierno de la República. Lo peor de todo, para García Cabeza de Vaca, es que la FGR no muestra todas las armas que utilizaría con él.
Por el lado del gobernador, es muy corto el escudo que tiene para defenderse, y no es por un error estratégico sino porque ya no hay más: o es la jurisprudencia de la Corte o es el derecho de amparo. Su juicio apenas comienza, tiene una orden de aprehensión, y podría pasar meses o más de dos años en la cárcel mientras se cumple el proceso, como sucede con Rosario Robles, presa desde agosto de 2019 y sin sentencia condenatoria.
Sin embargo, hay una sentencia que ya se dictó en esta historia y que condena al gobernador a ser tratado como un delincuente haga lo que haga, se defienda como se defienda: la decisión política de Palacio Nacional de ir por él y su grupo de intereses.
García Cabeza de Vaca está en la selecta lista de figuras del PAN acusadas en esta administración federal, cómo Ricardo Anaya y Jorge Luis Lavalle. Con ninguno ha ablandado las acusaciones y ya tiene en la cárcel a Lavalle. Si Anaya y el tamaulipeco siguen libres no es por desidia sino por la complejidad de sus casos. Lo esencial es que sigue encima de ellos
¡Quien iba a decir que una institución creada en los gobiernos neoliberales sería de gran utilidad para los propósitos justicieros de López Obrador! La Unidad de Inteligencia Financiera (UIF), dependiente de la Secretaría de Hacienda, fue instituida en tiempos de Vicente Fox, pero la Cuarta Transformación le ha sacado más provecho que todas las administraciones anteriores, sobre todo en investigaciones contra líderes políticos.
García Cabeza de Vaca ya había ganado un amparo para que un juez ordenara a la UIF recuperar sus cuentas bancarias, que la unidad mantenía congeladas. Acto seguido, la UIF informó que ya tenía otro asunto, uno nuevo, para mantener congelados los depósitos. Si esto no es una señal de voluntad política contra el panista, no sabemos qué lo sea.
Sería un error concluir que se trata solo de perseguir a los opositores sin haber ningún fundamento para ello. Hay fundamentos, y muchos, pero lleva tiempo calificar los delitos y presentar pruebas de calidad para que un juez los haga válidos. Lejos de desanimarse, la UIF ha arreciado sus indagatorias para llevarle cargos a la FGR.
Fue así como logró la captura de una pieza clave en el entramado para “limpiar” dinero ilícito a través de empresas fachada: Baltazar Higinio Reséndez Cantú, quien incluso fue detenido en Estados Unidos y entregado a la FGR. Reséndez Cantú aparece como contratista de numerosas obras en el gobierno de Francisco, y luego de diversas transferencias de una cuenta a otra, los fondos iban a parar a la familia García Cabeza de Vaca, según un reportaje aparecido este mes en el portal Sinembargo. De hecho, la UIF ha incluido a la mamá del gobernador y a su hermano José Manuel en el supuesto esquema.
Los pasos que da el gobierno federal para penalizar a García Cabeza de Vaca, aunque de éxito moderado, son firmes, persistentes y directos.
El sensacionalismo que causa la decisión de este miércoles en la Suprema Corte de Justicia oculta todos los planes desplegados por la Presidencia para detener al gobernador.
Decir que mañana se juega su libertad es un engaño: mañana entra a un callejón sin salida.