Por: Mauricio Fernández Díaz
Ciudad Victoria.- Líderes de la alianza “Vamos por Tamaulipas”, deténgalo ya. Puede descarrilar la marcha que lleva el ingeniero César Verástegui en campaña, cortar el apoyo de líderes populares, ahuyentar a los empresarios que los acompañan. Dejen de temer al doctor Américo Villarreal; el verdadero riesgo se llama Francisco García Cabeza de Vaca.
El gobernador parece haber asumido las funciones de jefe de campaña, y no podría haber peor noticia para la alianza; García Cabeza de Vaca no muestra la serenidad ni la prudencia que esta labor exige; se halla completamente intranquilo e irascible, quizás con razón. Pero enojarse o soltar la ira no ayuda resolver el difícil dilema electoral y la sucesión que conlleva. ¿Dónde están los consultores experimentados, las mentes analíticas, los verdaderos asesores para estas delicadas cuestiones?
El panismo nacional ha venido a abrigar más a García Cabeza de Vaca que a fortalecer al candidato de “Vamos por Tamaulipas”, aunque éste ha hecho una campaña muy competitiva sin ellos. Con esa actitud envían un mensaje confuso a los militantes. “¿A quién debemos apoyar en este momento, al Truko o al gobernador?”. La cuestión, nos parece, se resuelve por sentido común: hay que plantarse en el futuro, no en el pasado, y el futuro para la alianza es el ingeniero Verástegui. Intentar una doble operación política, apoyar tanto al saliente como al entrante, no le imprime fuerza a ninguno de los dos. Lo dice la Escritura: nadie puede servir a dos amos.
Las intervenciones de García Cabeza de Vaca en las campañas constituyen serias infracciones a las leyes electorales y enrarecen la contienda. Por mandato, él encarna la legalidad en el estado, su presencia viva, y se convierte de pronto en responsable de actos ilegales. En tiempos de violencia de todo tipo (verbal, política y psicológica), debería ajustar sus palabras a la concordia o a la tolerancia en vez de radicalizarse. Se diría que quiere apagar un incendio con gasolina.
Nos negamos a creer que esta sea su respuesta a la radicalidad que muestra a veces el presidente López Obrador con los disidentes. A personas como Andrés Manuel no se les combate igualándose con ellos sino, por el contrario, con la razón y el diálogo. Es claro que no hay diálogo entre García Cabeza y la coalición Morena-PT-Partido Verde en Tamaulipas.
Con su injerencia en el proceso electoral acerca a la alianza al delito y a las prácticas castigadas por ley. Quiere apoyar a su candidato y a su partido pero en realidad los perjudica. Insensatamente, le dice a los electores que en esta campaña lo más importante es él y no el ingeniero Verástegui, único que debe hablar, sobresalir y figurar en esta recta final. ¿A quien le interesan las palabras del que ya se va?
Las descalificaciones del gobernador a Américo Villarreal, difamatorias y politizadas, no quedaron sin respuesta de Morena, y han sido recibidas en el IETAM por faltas al principio de imparcialidad. En eso radica el riesgo, precisamente, de darle libertad a García Cabeza de Vaca de meterse en la elección: que el árbitro electoral abra un proceso sancionador contra la alianza y el candidato.
Medios de comunicación digitales confirmaron que el presidente del instituto, Juan José Ramos Charre, ha admitido el procedimiento contra el mandatario. De hecho, el secretario ejecutivo del IETAM, Juan de Dios Ortiz, ha girado ya medidas cautelares a García Cabeza de Vaca; esto es, se aceptan como infracciones a la ley las declaraciones del gobernador, y se le pide oficialmente que se abstenga de eso. Es ya una advertencia antes de llegar a otras sanciones.
Un comunicado de Morena cita un fragmento de la resolución tomada por el consejo general del IETAM contra el gobernador: “Se considera procedente por la vía de la tutela preventiva y, por lo tanto, se solicita al C. Francisco Javier García Cabeza de Vaca que se abstenga bajo cualquier modalidad o formato, de manifestarse a favor o en contra de los candidatos, fuerzas políticas o actores políticos que tengan relación con el proceso electoral en curso”. El instituto, por su parte, no ha querido decir más acerca de las medidas dictadas contra el reynosense.
Es oficial: Francisco García Cabeza de Vaca ha intervenido indebidamente en el proceso para elegir al nuevo gobernador en Tamaulipas.
De persistir en sus ataques y desviar recursos (autos, oficinas, empleados de gobierno y eventos oficiales) puede provocar desde multas millonarias hasta la anulación del resultado, en caso de salir vencedor el ingeniero Verástegui. Ya demostró una vez que actúa parcialmente para beneficiar al candidato de la alianza PAN-PRI-PRD.
Sería el más injusto y amargo desenlace para una carrera que sí cuenta con respaldo popular y ha logrado impresionar en redes sociales por la calidad de sus spots y contenidos. Aunque García Cabeza de Vaca lo crea, el ingeniero no necesita su ayuda; más bien es al contrario; el gobernador resulta más favorecido de la imagen sencilla y simpática del Truko, a quien la gente verdaderamente sigue.
Mientras tanto, en Morena están felices de las pifias cometidas por el gobernador y esperan que continúe con su imprudente actitud. Se ha convertido, involuntariamente, en un facilitador de la victoria de Américo Villarreal.