Por: Isaias Alvarez
En Tamaulipas los procesos electorales y la violencia están estrechamente vinculados, el fin de semana pasado las oficinas privadas del alcalde Eduardo Gattás Báez (uno de los alcaldes más activos en cuanto apoyo al candidato a gobernador por Morena-PT-PVEM) ubicadas en avenida José Sulaiman, sufrieron un atentado de al menos 5 impactos de bala, por lo cual el día de hoy martes 5 de abril a las 13:30 horas acudirá al centro integral de Justicia penal a poner la denuncia formal por lo sucedido. Los impactos, detalló, causaron orificios en la fachada principal, muro lateral, muro trasero y dos en la puerta pasillo que da acceso a la oficina.
El año pasado México vivió sus elecciones más violentas con 782 agresiones como palizas, amenazas o secuestros frente a los 774 de 2018, aunque el número de homicidios se redujo de 48 candidatos en los anteriores comicios a 35.
La violencia ha sido uno de los temas que más portadas y minutos de televisión ha ocupado en México. El asunto no es un tema de percepción o de agenda partidista, sino una realidad.
La “pasión política” y la crispación social podría provocar violencia, la consultora Etellekt, por su parte, alerta riesgos de magnicidios y desestabilidad política, principalmente en Tamaulipas.
Asimismo, el titular de la Fiscalía Especializada en Delitos Electorales (Fede), José Agustín Ortiz Pinchetti exhortó a que alerten desde ahora cualquier riesgo para aspirantes. “Por supuesto que va a haber interés, son seis gubernaturas, y va a haber evidentemente por la pasión política, no es difícil suponer que haya crispamiento” señaló el funcionario.
Con la información previa, no es de sorprender el lamentable suceso ocurrido en las oficinas del alcalde de Ciudad Victoria, una vez interpuesta la denuncia ante el Centro Integral de Justicia Penal no queda más que esperar a que las autoridades se hagan cargo y resuelvan el caso, aunque las probabilidades, como ya saben todos los mexicanos, no son muy prometedoras. Un amplio informe de México Evalúa, que revisa la información oficial sobre el trabajo de las fiscalías y jueces en 2020, arroja un dato estremecedor: un 94,8% de los delitos no ve una salida. Ni una sentencia, pero tampoco un acuerdo entre las partes, ni reparación del daño, en muchos casos ni llegan a juicio y quedan varados en el archivo temporal. La cifra ha aumentado desde 2019, que ya manejaba un 92,4%. La impunidad crece con unas fiscalías asfixiadas por el número de carpetas y alimenta la seguridad de que matar, extorsionar, secuestrar o desaparecer en México sale prácticamente gratis.
