MÉXICO.- Treinta días después de ser inaugurado, la operación del Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles (AIFA) puede resumirse en una frase recurrente del presidente Andrés Manuel López Obrador: lo nuevo no termina de nacer.
Los vuelos en la terminal no han aumentado. En los pasillos hay más contratistas trabajando, que pasajeros de viaje.
El número se mantiene: 12 vuelos por día. Se han registrado 368 operaciones desde el 21 de marzo, y 62 mil 560 pasajeros han viajado en el AIFA.
Pero los trabajadores con chalecos naranja con reflejantes y cascos son mayoría en las instalaciones, entran y salen con materiales y herramientas.
El local con más gente es el Módulo de Profeco, que escucha los reclamos y la frustración de nueve pasajeros que perdieron el vuelo de Volaris a Tijuana por errores del personal en la atención, documentación e ingreso al avión.
“Perdimos el vuelo porque el joven que estaba atendiendo nos dijo que nos fuéramos, ya que teníamos maleta de mano dijo ‘pásenle, todavía están a tiempo’, y por ello perdimos el vuelo”, contó Erick Germán.
“Próximamente”, “Aquí habrá…” y “coming soon”, “En renta”, son las frases recurrentes en las mantas y lonas de los establecimientos. Son promesas de bancos, cafeterías, y demás.
Hasta las dependencias federales han tardado en llegar. La oficina de Información Turística sigue sin operar. El Centro de Servicio de Infonavit continúa sólo con una manta.
Una parte de la vegetación no ha soportado el trasplante, por ejemplo, las palmeras cercanas a la Puerta 1 están secas, el follaje es amarillento.
En el frente del AIFA se ven circular carros de volteo y maquinaria pesada para continuar las obras pendientes.
Después de los trabajadores y personal del AIFA, lo que más hay son curiosos y visitantes que quieren conocer las instalaciones y ver el despegue o aterrizaje de los aviones.
CON INFORMACIÓN DE HERALDO DE MÉXICO
