¿Por qué cada año cambia la fecha de la Semana Santa? En el año 525, el monje y erudito matemático Dionisio el Exiguo propuso unificar el cálculo de la Pascua Cristiana, es decir el Domingo de Resurrección de Cristo, lo cual fue aceptado por la Iglesia de Roma.
Se acordó que el Domingo de Pascua o de Resurrección de Jesús deberá ser el domingo siguiente a la primera luna llena o plenilunio de primavera, pero no puede caer antes del 22 de marzo ni después del 25 de abril.
Si el plenilunio cayese en domingo, la Pascua Cristiana se trasladará al domingo siguiente para evitar la coincidencia con la Pascua Judía, que celebra la salida de los hebreros de Egipto y el fin de la esclavitud.
Así, para calcular la Semana Santa de cada año, el calendario litúrgico de la Iglesia católica utiliza el calendario lunar de origen judío, y por eso a veces esta conmemoración cae en marzo o abril.
Este 2022, la primera luna llena de primavera será el sábado 16 abril, por ello el Domingo de Pascua o de Resurrección será el día siguiente, el 17 de abril, y siete días antes, el 10 de abril, será el Domingo de Ramos que da inicio a la Semana Mayor.
Además de los viacrucis que los templos y en los atrios de los recintos religiosos, entre las representaciones populares del martirio y crucifixión de Jesús destacan las de Iztapalapa en la Ciudad de México, Acapulco, Puebla, Querétaro, en la sierra Tarahumara de Chihuahua, San Luis Potosí y San Juan Nuevo Parangaricutiro, Michoacán, entre otras.
Luego de dos años de haberse cancelado los ritos de Semana Santa en iglesias, atrios y explanadas, el domingo 10 de abril, o Domingo de Ramos regresarán dichas actividades una vez que las 32 entidades del país se encuentran sen semáforo epidemiológico verde.
La Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM), que reúne a todos los obispos del país, publicó las directrices para las celebraciones de la Semana Mayor en todos sus templos, y llamó a los sacerdotes y creyentes a respetar las medidas sanitarias de cada ciudad.
En el documento, preparado por la Comisión Episcopal para la Pastoral Litúrgica de la CEM, subrayó que “es tiempo de motivar con un nuevo vigor a la participación presencial de los fieles en todas las acciones litúrgicas, de acuerdo a los tiempos actuales de pandemia, con los cuidados necesarios de bioseguridad, pero también de hambre y sed de Dios”.
La reciente disposición de la Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos del Vaticano, la CEM señaló que “para este año en México, les pedimos no se omita ninguna parte de los momentos rituales en las celebraciones como se hizo en los dos años pasados”.
