Llevan pleito por agua a tribunales
Vecinos de 8 ejidos, montan guardias en el Río Guayalejo para impedir la ordeña de agua que realiza un empresario limonero que al tramitar concesión deja sin agua a 3 mil familias
JAUMAVE, Tam.- Hace aproximadamente dos meses, ejidatarios de Jaumave, integraron un grupo de hombres que todos los días acuden al río Guayalejo a cuidar el agua.
En esas comunidades, la lucha no ha sido contra delincuentes armados, hoy, pelean en tribunales y en las márgenes del río, que no se realice el “huachicoleo” del agua.
Hace aproximadamente diez años, llegó a esta zona, un empresario para rentar tierras y sembrar limón; a razón de 2 mil pesos por hectárea al año, los ejidatarios aceptaron rentar sus tierras por 30 años.
Según los campesinos, el empresario tramitó ante la Comisión Nacional del Agua (CNA), una concesión para tomar agua del río Guayalejo para regar sus plantíos.
La concesión fue concedida a nombre del ejido, además se tramitó ante la Sagarpa a través de un programa, la adquisición de maquinaria, también a nombre del ejido, pero los tractores fueron a parar a los campos del empresario limonero.
El presidente de la Asociación “Canal Común Río Guayalejo”, Pedro César Luna Reyes, que agrupa a ocho ejidos y 52 pequeños propietarios, denuncia favoritismo o contubernio de la Comisión Nacional del Agua (CNA), ya que, aunque han evidenciado la colocación de piedras para crear repesas y formar pozas para extraer el agua, la autoridad no ha hecho nada.
“Se le otorga una concesión y con estudios técnicos, se mostró a Conagua que no había agua para otorgar una concesión, estas personas tienen mucho poder económico y mucha influencia en la cuestión política y económica y recuperan la concesión, indebidamente, porque se demostró que no había agua”, explica.
No conforme con ello, sigue, la Conagua otorgó otra concesión de aguas superficiales, esta vez a nombre de otro ejido, con la promesa para los habitantes, de que habría beneficios para el ejido, lo que denuncia, nunca ocurrió.
“El ejido más retirado es El Alamito, ellos tienen aproximadamente que no riegan porque no les llega agua; Matías García, San Juanito y El Ingenio, tienen más de siete años que no riegan”.
La problemática siguió escalando, llegó el momento en que, ya no solo no había agua para regar los nogales, sino que los animales, caballos, reses, becerros, se quedaron sin agua y comenzaron a morir.
Los campos de limones fueron creciendo y el empresario siguió rentando y actualmente son casi 800 hectáreas sembradas de limón, que requieren más agua, que hoy, denuncian, es extraída de manera ilegal, con tubos de 8 pulgadas, colocados en varios puntos del río.
Al revisar, observaron las represas que los trabajadores de los campos limoneros colocaron, para desviar el cause del río, afectando, ya no solo a los ocho ejidos y los 52 pequeños propietarios, además de más de 3 mil familias, sino que, ahora ya eran 12 los ejidos de Jaumave, que comenzaron a padecer la falta de agua.
A siete kilómetros de la cabecera municipal, caminando por el lecho del río, en dos puntos del afluente, se colocaron tres bombas para extraer el agua, solo una de ellas correspondía a la concesión otorgada, sin embargo, fue colocada una segunda bomba para sustraer de manera ilegal, el doble del agua, algo así como 80 litros por segundo de cada bomba, según cálculos del tesorero de la asociación, Ruy Montelongo, un ingeniero civil con Maestría en Hidráulica.
“El Charco Azul”, un manantial de donde brota el agua en una de las montañas de la Sierra Madre Oriental, estaba bloqueado, “represado por esa persona, para que sus bombas pudieran succionar el agua”.
Ante tal situación, ocurrida hacer apenas dos meses, alrededor de 200 personas de los ejidos, hombres y mujeres, acudieron a quitar la represa, mientras los trabajadores las volvieron a poner, así en varias ocasiones, hasta que, cansados de lo que ocurría, advirtieron que, de volver a colocar la represa, que les bloquea el agua a sus ejidos, las cosas se pondrían peor”.
Los ejidatarios, representados en una comisión de especialistas, abogados, un magistrado, ingenieros, maestros, todos originarios de Jaumave, continúan por la vía legal, la defensa del agua para sus comunidades.
Explica, que la situación que debió solucionarse desde hace tiempo, fue provocada por la indolencia de la autoridad que le correspondía resolverla, “cuando hay instituciones que no hacen su tarea, los ciudadanos van a hacer por su mano propia, lo correspondiente, lo que ellos creen justo”.
Ello, al referirse a las “guardias” que se formaron con ejidatarios, que acuden cada día, a cuidar el río, para evitar que vuelvan a represar el agua para el “huachicoleo”; situación que ocurrió, ante la falta de justicia.
“En lo personal, yo creo que el camino beligerante no es el camino correcto, pero tampoco podemos ser tan tibios y tan suaves, para permitir que gentes de otros lados, vengan a usufructuar nuestras riquezas”, comenta Ruy Montelongo.
Ya agrega, “si vamos a pelear por el agua, creo que tiene que ser de una manera pacífica a institucional, siempre y cuando las instituciones demuestren justicia”, señala.
La pelea iniciada en tribunales y en los escritorios de funcionarios de la Comisión Nacional del Agua (CNA) continúa, pero también, los ejidatarios están dispuestos a defender el agua, allí mismo, al pie de la montaña, donde nacen los manantiales que desde hacer muchos años, les ha dado para regar sus nogales, maíz y hortalizas, así como dar de beber a sus animales.
“Se tomaron estas decisiones porque en realidad no nos hacían caso y llegó el momento en que la gente ya no toleró, no soportó, porque simplemente, el agua para el uso de las comunidades, ya no llegó”, dice Pedro César Luna Reyes.
POR STAFF
EXPRESO-LA RAZON