Por: Mauricio Fernández Díaz
Ciudad Victoria.- Es oportuno precisar que las alianzas electorales con otros partidos son atribuciones de los dirigentes partidistas y se deciden antes de nombrar al candidato. A este último le corresponde pedir el voto a los ciudadanos mientras los aliados trabajan en la estrategia política, legal y mediática.
Elegir buenos socios refleja también la preparación y liderazgo del presidente partidista que ha tomado ese camino. En el caso presente, se trata de Luis Cantú, apodado el Cachorro, jefe del PAN en Tamaulipas. Creemos que eso lo dice todo.
La Alianza Va por Tamaulipas, convocada por Acción Nacional, integra al PRI y al PRD en su búsqueda por la gubernatura, y ya se han dicho las ventajas de competir en equipo en una elección. En teoría, es una decisión acertada; en la práctica, analizando a uno de los invitados, es un error imperdonable.
El PRD tiene poco que ofrecer a esta alianza y ya es solo el cascarón de una fuerza electoral con influencia en el siglo pasado; llegó a ganar de manera continua cuatro elecciones municipales en Ciudad Madero y tuvo presencia en diversas plazas. Luego, con la renuncia de sus grandes figuras, cayó rápidamente en la insignificancia.
Y sigue atascado ahí, en la mediocridad y en el pasado, sin visión de futuro y sin ideas para el mundo moderno.
El PRD Tamaulipas perdió a su presidente, Armando Valenzuela, a mitad del proceso electoral, y su lugar fue tomado por su hijo, Armando Valenzuela Barrios. Y aunque su presencia en la entidad sea mínima, y escasos sus seguidores, se mantiene muy activo mediáticamente y difunde constantes pronunciamientos, el último de los cuales ha sido el más sensacionalista de todos hasta hoy.
En conferencia de prensa, acompañada de Jorge Sosa Pohl, representante ante el IETAM, se presentó la delegada nacional, Verónica Juárez. Ahí, vertió la siguiente historia a la cara de los reporteros como un balde de agua fría: Estados Unidos investiga a Américo Villarreal, candidato de Morena, por una supuesta relación con el contratista Sergio Carmona, ejecutado en Nuevo León el año pasado.
Según la señora delegada, al PRD le indigna que las autoridades estadounidenses ya investiguen al doctor Villarreal por sus probables actos delictivos, pero en México la FGR ha ignorado las denuncias, aunque carezcan de la más pequeña evidencia. Acompañó sus dichos con documentos sellados supuestamente por agencias estadounidenses.
«A nosotros nos preocupa que mientras el candidato está haciendo campaña en todas partes, no pase nada en Tamaulipas. No pase nada en torno a las instituciones como la Fiscalía General de la República que, en este caso, debería de estar actuando de oficio a partir de esta investigación, que en otro país ya la están haciendo».
La prensa escuchaba, entre estupefacta y fascinada, el notición que les entregaba la dirigencia perredista.
«Se presume de la relación que tuviera el candidato de Morena, Américo Villarreal, con los nombres de Julio y Sergio Carmona Angulo, señalados como los principales huachicoleros y que fueron asesinados en el estado de Nuevo León». Quizás por la emoción, Verónica Juárez cometió la pifia de declarar muertos a los dos hermanos cuando, en realidad, Julio Carmona aún vive.
Nadie corrigió su error y ella salió de la conferencia de prensa, satisfecha del deber cumplido. Resultado de recoger esas declaraciones fueron las publicaciones de varios medios estatales, que aseguraban la existencia de una investigación en Estados Unidos en contra Américo Villarreal.
Solo 24 horas bastaron para que ese castillo de arena se deshiciera. Las pruebas presentadas por la delegada Verónica Juárez contra el candidato de Morena fueron calificadas de falsas por Timothy J. Tubbs, ex agente del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas de Estados Unidos.
“Encontré 18 errores técnicos y gramáticos, técnicos los más obvios y más importantes”, aseguró Tubbs, “pero fue como clasificaron la investigación, como nombraron la investigación, las agencias encargadas de hacerlo, fueron cosas de mi agencia que pone al documento 100 por ciento falso».
Tubbs perteneció al área de investigaciones de robo y tráfico de petróleo, precisamente a lo que se refirió la delegada del PRD cuando habló de huachicoleros. También actuó como agregado de su agencia en México y mantuvo una relación cercana con las instituciones encargadas de la seguridad en el país, incluida la FGR. Es decir, tenía experiencia para analizar la documentación y decir si era auténtica y, cuando lo hizo, descubrió la falsedad.
Si quisiera, el equipo del doctor Américo Villarreal podría presentar una denuncia penal en contra de Verónica Juárez y Jorge Sosa Pohl por difamación y calumnias. Pero ningún valor le han dado a la falacia que dijeron sobre el candidato, ya que él sigue adelante con su campaña como si nunca hubiera sucedido ni la conferencia ni el señalamiento.
Mejor humillación no podrían propinarle al PRD y sus funcionarios: la fría indiferencia, el ninguneo, el rechazo silencioso. Los enterraron vivos sin que nadie los extrañara.
Sin embargo, ante la opinión pública fueron el hazmerreír y la burla. Así acabaron con la poca credibilidad que les quedaba en el estado.
Como el PRD no da para más, se ofrece a jugar sucio y tramposo sin que la alianza se lo pida, a ver si, con suerte, desequilibra en una de esas a Morena. No le importa hacer el ridículo ni la frivolidad, como el bufón de la corte.