Por:Mauricio Fernández Díaz
Victoria.- Los principales contendientes por la gubernatura, César Verástegui, el Truko, y el doctor Américo Villarreal, han presentado estilos bien diferenciados en esta campaña, ambos con felices resultados. Sin posibilidad siquiera del segundo lugar, es mejor saltarse a Arturo Díez Gutiérrez, el tercer aspirante. En los primeros hay suficientes ideas para entender las estrategias empleadas en busca del voto.
Solo hasta la noche del 5 de junio se sabrá cuál de las dos fue la adecuada para obtener el triunfo, porque ambas son correctas; llegan a la gente. Por eso el doctor Villarreal y el Truko son los candidatos con más seguidores y preferencias electorales en el estado.
Fuera de los primeros rasponcitos que se dividieron, tanto el abanderado del PAN como el de Morena han optado por dirigir sus mensajes a la gente y ganar así más lealtades y promotores a su causa. Quizás se estén reservando los señalamientos de uno y otro para el día del debate, pero de momento han actuado con una notable corrección política. Y esto, en un ambiente polarizado, es de agradecer.
En estas dos semanas de campaña, el Truko se ha caracterizado por comprometer la ejecución de alguna obra pública según la necesidad del lugar visitado. Con ello muestra un gran conocimiento de las necesidades del estado y la voluntad de escuchar a los habitantes y sus inquietudes. A muchos ha sorprendido la visión de conjunto del ingeniero Verástegui, y su interés de resolver los problemas específicos de cada región.
Ingeniero agrónomo, el Truko se ha declarado una persona forjada en el trabajo duro y en el deber. Sabe como pocos cuánto batallan los pequeños productores para hacer rentables sus siembras y sus crianzas, y cómo algunos dan hasta la vida por mantener a su familia. Todo esto lo ha utilizado para proponer diversas acciones en beneficio de los trabajadores y la gente del campo.
Discurso realista, propuestas concretas, lenguaje directo, con esas armas avanza el candidato del PAN, en alianza con el PRI y el PRD, hacia la gubernatura de Tamaulipas.
El otro favorito, el doctor Villarreal, abandera el descontento de miles de ciudadanos con su mandatario actual. ¿Por qué no desear, de nuevo, un gobierno honesto, sin corrupción, orientado a trabajar por los más pobres? Américo llama a la gente a apoyar los valores, a devolver el sentido humanitario a la política, y la gente ha respondido jubilosa. Contra la visión pragmática y desarrollista, ha logrado despertar el interés en los grandes ideales de los que ya nadie habla y menos se practican.
Es médico, especializado en cardiología y medicina interna; es decir, un científico. Tiene la capacidad analítica para determinar la causa de los problemas y ensayar la solución. Pero ese mismo conocimiento de la salud y la enfermedad ha despertado su sensibilidad al dolor de las personas y a sus necesidades básicas. Lleva a cada población su compromiso de apoyar a la infancia, a las madres y a los adultos mayores. Es el candidato que atiende, sobre todo, a la familia.
Américo Villarreal, con su interés en los más necesitados y en formar un gobierno honesto, de principios morales y humanista, es la carta fuerte de Morena, acompañado del PT y el Partido Verde, para ganar la elección del 5 de junio.
El hecho de que ambos tengan miles de seguidores y llenen las plazas donde se presentan demuestra también la pluralidad de Tamaulipas, donde no rige el pensamiento único ni se enfrentan las personas como fracciones contrarias o incapaces de respetar su propia diversidad.
Así, la sociedad tamaulipeca puede ser conservadora, por un lado, y progresista, por el otro, pero siempre en el terreno de las ideas políticas y no para estereotiparse socialmente hasta negarse el derecho a existir entre un bando y otro. Esto es importante decirlo en momentos de polarización, violencia política y campañas de odio.
El éxito de la campaña de César Verástegui es innegable; al mismo tiempo, Américo Villarreal también ha tenido éxito entre la gente. Cada uno ha atraído a las personas afines a su perfil, a su proyecto y a sus propósitos.
Lo que ya ha fracasado es la campaña negra que reciben tanto el candidato de Morena como el del PAN; las redes sociales están colmadas de mensajes ofensivos y falsos contra los dos. Vienen siempre de personas anónimas o de pseudo portales informativos que actúan de mercenarios en estas campañas. Ni al truko ni al doctor Villarreal le han quitado un solo simpatizante a pesar de la ráfaga de publicaciones calumniosas que pretende descalificarlos.
Los gobiernos federal y estatal intentarán ayudar sutil o indirectamente a cada uno de sus candidatos, pero creemos que no influirán demasiado. Los dos tienen cuentas pendientes con la sociedad, problemas sin resolver o compromisos por cumplir. En ciertos temas, hasta han decepcionado; así que flaco favor podrán hacerle al doctor Villarreal o al Truko para ganar el 5 de junio.
¿De quién se deben cuidar para no caer en las preferencias? De sí mismos; una respuesta incorrecta, un acompañante inconveniente, una muestra de debilidad pueden resquebrajar la confianza de la gente y echar a perder en un minuto el trabajo de varias semanas o meses. Así como su esfuerzo personal los ha llevado hasta arriba, también un error los puede lanzar hacia abajo.
Con su preparación y su perfil, ambos han llenado las expectativas de la gente que los ha seguido hasta ahora. En verdad, solo la suma de los votos la noche del 5 de junio podrá decidir quién de los dos será el siguiente gobernador.