Por: Mauricio Fernández Díaz
Ciudad Victoria.- Las propuestas económicas que pasaron a la siguiente etapa para la venta de cinco terrenos en playa Miramar han dejado algunas sorpresas, al menos en apariencia.
Cabeza de Vaca había dicho que empresarios locales, específicamente de la zona conurbada, invertirían en estas áreas, lo que hacía suponer que se quedarían con los predios. Pero, a última hora, se retiraron de la licitación.
El tampiqueño Emilio Rojas Cobián, quien es consejero nacional de la Asociación Mexicana de Profesionales Inmobiliarios, renunció a continuar en este proceso; manifestó por escrito su decisión el día en que se abrieron las propuestas económicas. Con él, se diluyó la posibilidad de que un empresario local adquiriera los terrenos de la playa.
Otros que canceló su participación en la primera etapa fue la empresa Inmobiliaria Hotsson, operadora de los hoteles Hotsson, originarios de Guanajuato. Es un grupo joven que ha tenido una rápida expansión gracias a la alta calidad de sus servicios de hospedaje (es administrador del ex Camino Real Tampico); cuenta con 1,873 cuartos y está presente en el centro y la región occidental. Esta cadena, por desgracia, no llegará a playa Miramar.
Si el empresario de Tampico, de larga trayectoria en negocios inmobiliarios, y la cadena de prestigio Hotsson, quedaron fuera de la asignación, ¿en manos de quién terminarán los terrenos? ¿Podemos confiar en su honestidad, en su compromiso social?
Los únicos postores que pasaron a la segunda y última etapa (y que pueden, por consiguiente, ser los ganadores) son la compañía Basiforti, de capital argentino, y la empresa Hospital & Investment, de origen desconocido.
De Basiforti hay referencias como una constructora que inició con proyectos industriales, hace cincuenta años, y se amplió a proyectos inmobiliarios. El de Miramar podría ser el primero de uso habitacional en México. Pero la otra firma, Hospital & Investment, limita su experiencia a construcción de espacios médicos, y hay un vacío de su historial, socios y proyectos.
Las propuestas que presentaron fueron las siguientes: Hospital & Investment ofreció 56 millones 428 mil pesos por un predio de 13 mil 50 metros cuadrados; 58, millones 374 mil pesos por otro 13 mil 500 metros cuadrados y, por último, 43 millones 554 mil pesos para un tercer terreno de 8 mil 820.20 metros cuadrados. En tanto, la argentina Basiforti daría un total 116 millones 914 mil 479 pesos por dos predios, uno de 13 mil 500 metros cuadrados y otro de 8 mil 997.41 metros cuadrados.
Puesta sobre la mesa del Gobierno del Estado, la suma total asciende a 275 millones de pesos. El fallo se dará a conocer este martes 8 de marzo, pero no tienen más opciones a elegir que éstas.
En este tipo de licitaciones, sobre todo si se trata de espacios públicos, la autoridad no debe conformarse con obtener el máximo beneficio económico. Debe cerciorarse de elegir a alguien de buena reputación, de trayectoria, que demuestre un compromiso social con la comunidad. Ahora bien, cierta cultura ambiental sería muy deseable en casos como este, terrenos de playa.
No se tiene la menor noticia de que Basiforti y Hospital & Investment cumplan con este perfil; el primero, aunque muestra cierta experiencia, nunca ha emprendido desarrollos turístico. El otro, Hospital & Investment, nada más o menos en el anonimato.
Un extranjero y una empresa desconocida se adueñarán de 5.8 hectáreas de playa Miramar.
Así es como Francisco García Cabeza de Vaca llega al final de su gobierno: subastando patrimonio público, y no hacemos más que repetir sus propias palabras, “subasta”.
Hoy, miércoles 8, se declarará a los ganadores y se hará el pago efectivo de las propuestas; entrarán 275 millones de pesos a la tesorería estatal, dinero fresco y providencial en un periodo de carencias y grandes necesidades. Pero, ¿quién se encargará de vigilar su correcta aplicación? No la Federación, pues se trata de ingresos propios y no de participaciones federales. Cabeza de Vaca terminará por autoauditarse.
¿Quién investigará a los ganadores, a sus socios y sus operaciones? Tendrá que ser el mismo que los premie, el gobierno de Francisco.
No hemos dicho, hasta este momento, que la administración estatal esté cometiendo un desvío o un delito. Remarcamos que nadie lo vigila o le exige rendición de cuentas a su proceso de licitación. Y advertimos que puede llegar a playa Miramar un operador sin experiencia en el sector turístico, sin conocimiento en el manejo de zonas naturales y sin arraigo en la comunidad local, como se había prometido al principio.
En Tamaulipas, Francisco García Cabeza de Vaca ejerce sus facultades de gobernador hasta que se le acaben el 30 de septiembre. ¿O será el 24 de marzo?
