Por Oscar Díaz Salazar
Para el comentario de este día, me permito transcribir un artículo de la Constitución Política del Estado Tamaulipas.
ARTÍCULO 77.- El Poder Ejecutivo se deposita en un ciudadano que se denominará «Gobernador Constitucional del Estado Libre y Soberano de Tamaulipas», siendo su elección directa cada seis años, en los términos que señala la Ley Electoral.
Hasta aquí la transcripción.
Como observamos en este artículo, el titular del Poder Ejecutivo del gobierno de Tamaulipas es UN (uno y solo uno) ciudadano, al que denominamos Gobernador del Estado.
La Constitución es muy clara y por eso me preocupa el protagonismo que hoy tienen algunos familiares de los candidatos, en épocas de precampaña, ante campaña, Inter campaña o como sea que se denomine al tiempo precedente de las campañas formales.
La experiencia nos hace desconfiar de la presencia de familiares en los actos públicos y privados, que tienen quienes podrían llegar a ser los gobernantes del Estado, si el voto mayoritario los favorece.
Me preocupa que para los próximos seis años tengamos que padecer a otra Martita, así sin ache, como lo escribía la colaboradora y luego esposa de Vicente Fox. Mi pronóstico es que vamos a extrañar la prudencia y discreción de Mariana Gómez, y lamentar el protagonismo que ya tienen las doñas de los cuasi candidatos.
Me apura que al próximo gobernador le aparezcan consanguíneos voraces como el “hermano incómodo”, Raúl Salinas, motejado con ese apodo – descripción por la revista “Proceso”. Como se afirma con la expresión popular: Dios nos libre de otro José Manuel o de otro Ismael N.
Me inspira temor que surjan otros “orgullos de mi nepotismo”, como se refería Jose López Portillo de su hijo José Ramón. Esta parece ser la amenaza mayor con los aspirantes que hoy pretenden despechar en el palacio de gobierno.
De los equipos de campaña de las dos coaliciones, trascienden las quejas por el protagonismo y por las responsabilidades que se han confiado a los familiares, esposa, hijos, hermanos… y hermanas. Lo digo para sustentar mis comentarios anteriores y para afirmar que de continuar con esta inercia, veremos a los familiares del gobernador involucrados indebidamente en tareas que solo le corresponde desempeñar a quien será gobernador, y que podrá delegar en colaboradores, más la ley prohíbe que familiares directos desempeñen cargos en el gobierno, con excepción de la presidencia del patronato DIF.
No queremos que se repitan las historias de los Emilios o de los Vicentes. Tampoco queremos ver empoderadas a familias bis o para decirlo con un referente nacional, a las Rosa Luces Alegria.
Los aspirantes deben poner orden en casa, para que los temas de familia se queden en el hogar y los asuntos públicos se ventilen con total libertad. Y si no acatan esta recomendación (de mi parte), que es mandato establecido en la ley, y persisten en permitir que la familia se entrometa en los asuntos públicos, nomas no se quejen cuando son sujetos de críticas, señalamientos, querellas, demandas, escarnio etc,
