Política

La confianza es relativa.

Nuestro tema puede herir susceptibilidades por lo que pedimos disculpas anticipadas, ya que la intención no es molestar sino señalar una realidad mexicana incontrovertible:


El jefe de familia, el jefe en la oficina, el jefe en la iglesia, el líder de la comunidad y en fin todo cristiano que tiene la responsabilidad de encabezar o representar un grupo social, político o económico si bien tiene su segundo de a bordo que baja las instrucciones al resto de colaboradores, asociados o familiares, ese líder NUNCA le tiene el 100% de confianza a su delegado; y vamos a intentar explicarnos.


Cuando decide darle el apoyo político definitivo, el gobernador FJGCV, a su Secretario General de gobierno para que busque la candidatura primero y la gubernatura de Tamaulipas después, el ahora candidato CAVO le propuso a FJGCV que fuese Florentino Aarón Sáenz Cobos su reemplazo.
Sin escamotearle su apoyo político, pero FJGCV decide NO aceptar la sugerencia del ex secretario pero tampoco ignorarlo, por lo que Tino arriba como Subsecretario General de gobierno y les pone una cuña a ambos, colocando a una persona 100% de sus confianzas como Secretario General.


Lo que es arriba es abajo: desde la presidencia de la república hasta el ayuntamiento mas modesto, el jefe SUPERIOR se asume tan listo que abajo de cada Secretario le pone a un amigo para que lo mantenga informado «confidencialmente», de lo que hacen y no hacen sus subordinados.


En la parroquia casi siempre el Sacristán es la oreja del correspondiente Obispo según la Diócesis de que se trate y es quien lo mantiene al tanto de todos los pecados carnales que pudiese tener su representante local.


En la familia, un hijo (a) es de todas las confianzas del padre (o de la madre) y es quien le «informa» de los conflictos internos.
En los partidos políticos existe un presidente , de los tres niveles de mando (nacional, estatal y municipal), pero desde fuera el verdadero líder le pone a su correspondiente Secretario de Finanzas.


Parce que se clarifica nuestro asunto de hoy: los liderazgos mexicanos, en la familia o fuera de ella en la sociedad toda, tiene en su naturaleza el gene de la desconfianza: ni todo mi amor ni toda mi entrega.


Excelente tema para los psicólogos, psiquiatras, sociólogos, biólogos y todas aquellas disciplinas que pudiesen explicar, científicamente, porqué los mexicanos tenemos la desconfianza metida en nuestro organismo. ¿O es un problema socio-cultural más que genético?. Que hablen los expertos.


Por nuestra parte simples observadores empíricos, vemos que eso ocurre hasta en los negocios privados: en el periodismo, en el comercio, en las gerencias, en toda organización el dueño tiene una «oreja»,o sea el Director Editorial, el Sub gerente, el Sub director; en fin en algún lado está el «espia » del patrón-dueño.
En las campañas políticas que ahora vivimos se demuestra nuestra afirmación-presunción: existe un Presidente de partido pero también existe un coordinador de campaña de cada candidato a gobernador; el coordinador de campaña es de TODAS las confianzas del candidato y el Presidente del partido correspondiente es de TODAS las confianzas del gobernador: ni todo mi cariño pero ni toda mi desconfianza, pudiera ser la máxima de éstos muchachos de hoy que creen que todo lo saben.


Andando el tiempo se percatan, tarde, de que el poder sobre tus subordinados es tan efímero, que cuando concluyen su aventura político-administrativa no tan sólo perdieron amigos, sino que muchos perdieron su familia y otros más perdieron incluso su libertad.


La confianza es relativa, como también la libertad es relativa; la vida no es relativa, es contundente: se tiene o no se tiene, así de sencillo.

Cd. Victoria Tamaulipas. Miércoles 23 de Marzo de 2022. Evaristo Benítez Castro en Faena en Canal.

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