La Comuna
El debate en puerta
José Ángel Solorio Martínez
En breve, estaremos inmersos en el proceso electoral constitucional del presente 2022. Y por añadidura, nos sentaremos cómodamente en las poltronas de nuestras casas, a ver y oír el debate entre tres candidatos que aspiran a ser gobernador de Tamaulipas: Américo Villarreal Anaya –MORENA-PV-PT–, Arturo Diez Gutiérrez –MC– y el Truco Verástegui Ostos (PAN-PRI-PRD).
¿Quién sacará mayores ventajas de ese evento de confrontación de personalidades, ideas y proyectos?
(Los expertos, afirman que en los debates no se gana totalmente; donde se triunfa a plenitud, es en el posdebate: lo que gusta y compra la opinión pública; el manejo de redes sociales; la opinión de los expertos etc. Es decir: la forma en que los partidos y sus candidatos manejen, el resultado posterior de aquella confrontación. Pero esa es otra vaina…).
Villarreal Anaya, es médico. Puede describirse como un ciudadano que ha transitado la mayor parte de su vida en la profesión que eligió. No había tenido cargo político alguno, hasta que MORENA lo hizo candidato a Senador hace tres años. Tres años en el Senado de la república, han sido su mejor escuela. No teme a los micrófonos ni a las cámaras de televisión, porque desde hace décadas se ha visto en la necesidad de utilizarlas; ya como conferencista médico, ya como servidor público que es abordado frecuentemente por los medios de comunicación.
Su talento para la improvisación, no es mala.
Su narrativa política, ha ido creciendo.
Procesó bien lo esencial de la IV T y se ha soltado el pelo en eventos con asistencia de cientos de correligionarios.
Vérástegui Ostos, es ingeniero agrónomo con una larga carrera en la política. Ha sido representante de productores cañeros y alcalde de Xicoténcatl, Tamaulipas. No es hombre de muchas palabras; es más bien práctico y pragmático. Su eficacia política es en corto; sin muchos discursos ni retóricas partidistas o programáticas. En los últimos tres meses, ha aprendido lo que en una década se le imposibilitó: articular un discurso persuasivo.
Su fuerte no es el debate; su fortaleza, es la convicción frente a frente.
Su virtud para improvisar verbo, es más bien mediana.
Seguramente, sufrirá en una guerra de palabras; incursionará, por primera vez, en un teatro que no es el suyo.
Aprendió en la precampaña: se enfrentó sin más armas que el micrófono a miles de sus simpatizantes que vitorearon su retórica.
Diez Gutiérrez, es un ciudadano victorense, a quien el gobernador Eugenio Hernández Flores, le regaló la alcaldía de ciudad Victoria. Su paso por ese cargo, le dio cierta experiencia. Los líderes de opinión, coinciden en considerarlo un ciudadano de escasas luces. Difícilmente, liga dos ideas en forma coherente.
¿Sobrevivirá al debate?
Seguramente, sí; aunque diezmado y arrastrando conmiseraciones y penas ajenas.
Su osadía, es la mejor carta de presentación que posee.
Y le paramos: imposible hablar de Arturo, sin asociarlo al monopolio de todas las anti-virtudes de un político.
Si usted ve en Tamaulipas polarización, no le eche la culpa al PEJE: aquí como allá, la emergencia de esas dos fuerzas, es producto del choque de dos bandos que se disputan la nación.