La semana, sin embargo, cerró con la polémica respuesta del presidente Andrés Manuel López Obrador al Parlamento Europeo calificando a sus parlamentarios de «borregos», luego de que una moción comunicada el jueves llamó al mandatario mexicano a evitar un discurso populista que descalifica a la prensa independiente y por considerar que la pone en riesgo.
Si algo ha caracterizado a la cancillería desde el pasado miércoles, es el silencio, limitando sus comunicaciones a las redes sociales y actividades protocolarias, paradójicamente contradictorias con el discurso presidencial tanto del comunicado a los eurodiputados como al gobierno español en semanas recientes, declarando una pausa en la relación.
Y es que, el jueves, mismo día de la respuesta de López Obrador al Parlamento Europeo en el que dijo que el país «ya no es tierra de conquista», una expresión frecuentemente empleada por el propio presidente para referirse a la relación con el gobierno español, en México, el canciller Ebrard Casaubón recibió a su homólogo peninsular, José Manuel Albares, reconociendo en un mensaje a medios «la enorme contribución de España a Mexico».
El presidente López Obrador mantuvo la «pausa» aunque en la ocasión más reciente, el mismo jueves, se refirió a la elite económica y política a las que señala por su interés en negocios energéticos.
En medio de todo, Ebrard Casaubón ha estado ajeno al debate con los eurodiputados y con los reflectores encima por su actuación a favor de la familia del productor cinematográfico Nicolás Celis, por petición del cineasta Guillermo del Toro.
El asunto fue abordado por Marcelo Ebrard en su cuenta de Twitter anoche, mientras que hoy se refirió al envío de ayuda a refugiados en Rumania en el mencionado vuelo para la repatriación de mexicanos.
