De Ucrania a Michoacán: ‘¡Demonios, me voy de México!’
El michoacano y su novia, de 25 años, estaban resguardados de los ataques rusos en el Metro de Kiev cuando se enteraron que en San José de Gracia -a 2 horas de Jacona- el crimen había fusilado a 17 personas el domingo pasado.
«Dije: ¡demonios! Deja mucho qué pensar, fusilaron como a 16 (…) Zamora y Jacona es lo mismo, es como la misma ciudad, ahí la violencia está fuerte, está complicada la situación», dijo Omar, en el avión que despegó de Rumania el jueves.
«Posiblemente vamos a movernos, por lo mismo, no vamos a vivir ni en México ni en Ucrania, es un hecho, tenemos que establecernos bien en algún lugar, vamos a ver en Estados Unidos, Suiza o inclusive China, es que tenemos planes de tener hijos».
Tan solo en esta semana, en Jacona fue encontrado el cuerpo de un hombre en avanzado estado de putrefacción cubierto con piedras, un ex militar y su pareja fueron heridos a balazos en un taxi, y un joven fue asesinado a sangre fría cuando comía una torta en un puesto callejero.
Quizá por eso Omar trata que su novia no vea muchas noticias sobre Michoacán.
Sin hablar bien el español, Iryna, quien prefiere comunicarse en inglés, comentó que sus padres se quedaron en Voznesensk, en la región ucraniana de Mykolaiv, junto con su hermano.
«Estoy muy preocupada por mi familia, ellos viven en el sur de Ucrania, en una ciudad chica donde bombardearon ayer», soltó con evidente angustia, mientras apretaba con fuerza sus dedos entrelazados.
«Mi corazón no está en paz, sigo muy preocupada por mi familia, pero sé que ellos se mantendrán fuertes y pelearán, y yo los ayudaré con lo que pueda».
La joven pareja salió de Kiev el miércoles a las 9:40 horas, tiempo local, en un autobús gestionado por la Secretaría de Relaciones Exteriores y cruzó la frontera hacia Rumania al día siguiente.
Omar recordó que la primera noche de la guerra la pasaron en el departamento de Iryna, pero que las ventanas retumbaban por las explosiones, por lo que optaron por irse a los refugios del Metro, donde pasaron seis días.
«Temimos por nuestra vida. Se oían los aviones volando bajo y las explosiones alrededor, y todo retumbaba, la tierra, las ventanas. Escuchábamos las alarmas, las sirenas, las cuales no se me quitan de la mente».
Él se enteró de la guerra porque la mamá de su novia les habló por teléfono la mañana del miércoles.
«Ella me dice ‘bebé, la guerra ha empezado. Yo quedé en shock, de hecho hasta ahora no lo asimilo, parece una película, no sabíamos que ya habían entrado también por el norte, cerca de Kiev, y ahí empezó el terror».
Omar conoció a Iryna en China, en 2020. Él estudiaba una maestría en deporte en la Universidad de Educación Física de Beijing y ella estudiaba en la Universidad de Leyes de la misma ciudad, pero tuvieron que ser repatriados a sus respectivos países por el inicio de la pandemia de Covid-19.
En 2021, Irina vino a vivir por unos meses a Jacona, Michoacán, y en febrero de este año Omar fue a Kiev para pedir la mano de su prometida, hasta que la guerra estalló.
De Ucrania, Irina no trajo nada, apenas su computadora, documentos y un poco de ropa. Y es que la salida de Kiev fue tan abrupta que no pudieron regresar a recoger otras pertenencias. Ella no quería dejar a su familia, pero sus padres la motivaron a salir del país.