Por: Mauricio Fernández Díaz
Ciudad Victoria.- Colaboradores cercanos al gobernador Francisco García Cabeza de Vaca han comentado que se nota nervioso e intranquilo, incluso arisco, en los últimos días. Y no es para menos.
Ha hecho lo posible e imaginable para mantener su inmunidad y, sobre todo, su poder político, desde convencer a diputados de Morena de sumarse al PAN hasta utilizar al PRI a su entera voluntad. Pero sus temores no se disipan.
De hecho, el miedo que lo sacude ha crecido en las últimas horas debido al rumbo que ha tomado la Suprema Corte y a la detención de Jaime Rodríguez Calderón, el “Bronco”, ex gobernador de Nuevo León.
Conviene recordar que el reynosense tiene una orden de aprensión dictada por el Juzgado de Distrito ubicado en Almoloya de Juárez, Estado de México, por los delitos de delincuencia organizada y operaciones con recursos de procedencia ilícita.
No puede pisar la cárcel porque aún goza del fuero procesal que le concede el cargo de gobernador. De hecho, por ese criterio recibió un amparo contra cualquier acto judicial. Sin embargo, su patente está a punto de desaparecer.
Toca el momento de que los ministros de la Suprema Corte de Justicia de la Nación resuelvan si la atribución para desaforar a Cabeza de Vaca es del Congreso de la Unión o del Congreso Local de Tamaulipas. El primero lo declaró culpable en un juicio de procedencia y lo entregó a la justicia. Pero el segundo, en sesión plenaria, aprobó dejarlo en el cargo.
Esta controversia constitucional ha detenido el proceso contra el gobernador y, paralelamente, ha causado desconcierto en la sociedad tamaulipeca; no se sabe con certeza quién manda o si el que lo hace es un usurpador. Los magistrados decidirán finalmente el alcance del artículo 111 constitucional, según versiones, el 24 de marzo. Todo parecía indicar que mantendría el poder y la inmunidad, pero ya no es seguro.
El gobernador tiene fundadas razones para esperar una decisión adversa de la Suprema Corte, y las señales aparecieron en el caso del fiscal Alejandro Gertz.
Éste sostiene un pleito con su cuñada, Alejandra Cuevas, a la que envió a prisión acusada de matar a Federico Gertz, su hermano. Ni una prueba científica respalda el encarcelamiento de Cuevas, anciana de 95 años. La familia de la inculpada solicitó a la Corte un amparo definitivo y ahí nació el escándalo; unos audios grabados clandestinamente exhibieron al fiscal como un funcionario con influencia sobre cinco magistrados a fin de apoyar su causa. Eso, en cualquier país afirmado en la legalidad, causaría la dimisión del funcionario. Se pensó que eso ocurriría o que la presión social les daría a los magistrados la deseable autonomía para resolver en contra de los intereses del fiscal. Ya se daba por hecho está posibilidad.
Pero estamos en México, y contra toda lógica y sentido de la justicia, seis letrados votaron a favor de dejar en prisión a la acusada tal y como quería Gertz. El absurdo mayor es que la corte entera, sus 10 integrantes, resolvieron también que el caso presenta irregularidades y debe revisarse. Quedó confirmado, pues, lo que las grabaciones pusieron al descubierto: que el fiscal influye sobre algunos magistrados.
Esta falta de autonomía del máximo tribunal pone en desventaja a Cabeza de Vaca en su propósito de mantenerse en el cargo con el fuero y todas las atribuciones de ley.
Además, quien inició la investigación contra el reynosense fue el gobierno de López Obrador, por medio de la Unidad de Inteligencia Financiera, y no cejará hasta meterlo en prisión, como ocurrió con Alonso Ancira, dueño de Altos Hornos; Emilio Lozoya, ex director de Pemex, y Juan Collado, abogado de políticos poderosos como Carlos Salinas, Enrique Peña y Carlos Romero Deschamps.
Repetimos, Cabeza de Vaca ya tiene una orden de aprehensión, y el único clavo candente del que se aferra es la supuesta atribución del Congreso Local para decidir sobre su fuero. ¿Los magistrados le darán la razón cuando acaban de exhibir un dejo de obediencia a la FGR? ¿Acaso él tiene mejores relaciones que Ancira, Lozoya o Collado para burlar al poder judicial?
La otra señal de que algo se mueve es la aprehensión de Jaime Rodríguez Calderón, el “Bronco”. En tiempos políticos, a través de sus representantes en el poder, los partidos buscan justificarse ante los ciudadanos. Uno de los grandes golpes escenográficos es encarcelar a un ex gobernador, y el “Bronco” le dará un amplio respaldo al actual mandatario, Samuel García, de Movimiento Ciudadano. A Rodríguez Calderón lo acusan de delitos electorales durante su fallida campaña como candidato a la presidencia en 2018.
También es un precedente intimidatorio para todos los que van a participar en las seis elecciones estatales de 2022.
Jaime Rodríguez Calderón y Francisco García Cabeza de Vaca crearon un movimiento llamado Alianza Federalista, de gobernadores no alineados a las políticas morenistas de la Administración Federal, como el INSABI, el sistema que sustituyó al Seguro Popular. El grupo insumiso se dio por acabado en diciembre de 2021.
Y acabado está, por el momento, Jaime Rodríguez Calderón. Con estos augurios, pinta negro el futuro para Cabeza de Vaca.