Además de las buenas, muy buenas, referencias que tenía de Don Pepe Elias, de amigos mutuos, y de conocer su trayectoria como prestador de servicios, sabía que había sido presidente de cuarenta y seis organismos de la sociedad civil de Reynosa, dedicados a diversos temas como la seguridad pública, las buenas relaciones con las ciudades vecinas (texanos), el comercio organizado, la industria restaurantera, -que era su oficio-, y el mejoramiento de sectores geográficos de la ciudad como la zona rosa y el centro histórico.
Con esos antecedentes, consideré que era viable y justo (y lo sigue siendo), otorgar la medalla al mérito ciudadano «Marte R Gómez» al virtuoso de la conversación y profesional de la anfitrionía, a Don Pepe Elias Maciel.
Para semblantear esa posibilidad que yo pensaba plantear en mi carácter de regidor del Ayuntamiento de Reynosa, solicité a un colaborador del presidente municipal, José Elías Leal, hijo de don Pepe Elias, expusiera al alcalde mi idea. Debo aclarar que la consulta al presidente municipal, la hice pensando en su relación filial y no porque tuviera la costumbre de pedirle permiso al presidente, a quien siempre consideré un par en el Ayuntamiento, y de eso hay constancia en las actas de las sesiones de Cabildo.
La respuesta del presidente municipal fue en el sentido de agradecer la opinión que yo tenía de su padre y la intención de proponerlo, en ese año, para recibir la medalla que otorga el Ayuntamiento de Reynosa, pero agregó que el no permitiría que eso ocurriera mientras él fuera el presidente, para no ser cuestionado y para que el homenaje a la memoria de su padre no fuera tema de polémica y descalificaciones.
Les comparto este información para reconocer al ex presidente municipal Pepe Elias Leal, su corrección y su fortaleza para posponer, -pues sé que algún día recibirá ese reconocimiento-, el merecido homenaje que se haría a su padre.
Les platico esta historia del reconocimiento que le seguimos debiendo a Don Pepe Elias, de la propuesta de entregarle la medalla Marte R Gomez, post mortem, que no se concretó por la prudencia de su hijo, para contrastarlo con la información que nos llega del municipio de Nuevo Laredo, de la pretensión del gobierno municipal que preside Carmen Lilia CantúRosas, de imponer el nombre del ex alcalde Carlos Enrique Cantú Rosas, padre de la presidenta, a una preparatoria municipal.
Por decisiones como esta de utilizar la nomenclatura de los recintos oficiales para honrar la memoria de su padre, por el estilo de vida que lleva la alcaldesa «Totalmente Palacio» y por el contraste entre las altas expectativas que precedieron a su llegada a la presidencia y los resultados obtenidos a la fecha, aunque es muy temprano, es válido el augurio de que no le alcanzará ni para un segundo periodo a Carmen Lilia, y ni de chiste para buscar la gubernatura dentro de seis años, como ya festinan sus achichincles.
