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Armando Martínez y sus diputados traidores

Por:Mauricio Fernández Díaz

La vergüenza de pasar a la historia por entregarse a Cabeza de Vaca

Ciudad Victoria.- Por lo menos Francisco García Cabeza de Vaca y Gerardo Flores, como panistas, son congruentes con su desafecto a Morena y al proyecto transformador de López Obrador. ¿Cómo se puede entender el antimorenismo de Armando Martínez Manríquez y los diputados sureños Jesús Suárez Mata, Nancy Ruiz y Leticia Vargas, diputados locales de Morena, por el distrito de Altamira que apoyan al panismo en el Congreso del Estado?

El partido les dio su aval para ser candidatos y, posteriormente, sus representantes. Lo único que ellos debían mostrarle era su fidelidad, su apoyo en todas las circunstancias favorables y adversas; para eso contaba con ellos. Pero la rompieron, mancharon esa fidelidad. Se puede decir, en cierto modo, que delinquieron por abuso de confianza.

Por más que volteamos el caso al derecho y al revés, no le hallamos sentido a lo que ocurrió el pasado miércoles 23 en el Congreso Local. Un recuento de hechos pudiera ponernos en el camino de una respuesta sensata. Porque lo que hicieron los tres diputados de Morena a sus compañeros y a su partido es de los más insensato que se haya visto en la política estatal.

Ese 23 de marzo, ya apoderado de la Junta de Coordinación Política del Congreso Local, es decir, del liderazgo general de la 65 Legislatura, la bancada del PAN presentó un punto de acuerdo para modificar todas las comisiones y comités del Poder Legislativo; ahí quedaban todavía unos restos del dominio de Morena en la asamblea popular. Si Acción Nacional quería realmente controlar la agenda y las prioridades legislativas, debía barrer también con esos morenistas. Era una tarea difícil ya que necesitaba sacarlos por mayoría de votos y algunos diputados de la 4T, rebeldes a su bancada hace una semana, ya se habían reconciliado.

Al principio, los morenistas defendieron la integración de las comisiones tal como estaban, apoyados en argumentos jurídicos y normativos. La estrategia parecía funcionar y se daba por hecho que la modificación se pospondría.

Pero los aliados del PAN, los diputados priistas Edgar Melhem y Alejandra Cárdenas, salieron a rescatarlos y lograron meter la iniciativa al pleno. Esto desconcertó a la bancada morenista, aunque confiaron en tener el respaldo suficiente para votarla en contra.

Este fue el resultado: aprobado por 20 votos a favor, incluidos tres morenistas, a saber: Jesús Suárez Mata, Leticia Vargas Álvarez y Nancy Ruiz Martínez. En el diario de sesiones quedó asentada la etiqueta “a favor” en la columna de legisladores de Morena. Una de ellas, risiblemente, apareció en la columna “sin partido”; fue Nancy Ruiz Martínez. Los otros dos, desde su bancada, apoyaron al PAN.

He ahí el error; ellos no apoyaron al PAN: apoyaron a Cabeza de Vaca, al creador de la Alianza Federalista, el bloque de gobernadores contrarios al Presidente y sus políticas públicas; apoyaron al mandatario que rechazó el INSABI y sus servicios médicos gratuitos a la población por un acto de rencor a Morena y al proyecto de la Cuarta Transformación. Ese es el verdadero beneficiario de los votos, no la bancada de Acción Nacional ni, menos aún, la 65 Legislatura.

Con la ayuda de Jesús Suárez Mata, Leticia Vargas Álvarez y Nancy Ruiz Martínez, los panistas arrebataron a Morena el control de comisiones claves, como la Comisión Instructora, de Gobernación, Puntos Constitucionales, Finanzas y Presupuesto, Vigilancia de la Auditoría Superior, Administración y Patrimonio Estatal y Municipal, entre otras.

A diezmar a Morena, en eso ayudaron.

Hace una semana se habían rebelado contra el líder de la los diputados morenistas, Armando Zertuche Zuani, por haberlos manipulado sin pensar en los ciudadanos y sus necesidades. Parecían sinceras sus palabras. Pero su apoyo a las ansias de poder de la bancada panista los ha desenmascarado: no actuaban por la gente sino por Cabeza de Vaca.

Más bien fueron ellos quienes no pensaron en los ciudadanos y usaron a Zertuche Zuani como pretexto para cometer su aberración. Cuando la gente los eligió en las urnas también ponía de manifiesto “no al PAN”. Ese era uno de los significados del voto. Ha resultado todo un fraude que los tres candidatos que apoyó la gente para enfrentar al PAN, ahora como diputados, se dediquen exactamente a obedecerlo.

Por su servicio a la derecha Jesús Suárez Mata, Leticia Vargas Álvarez y Nancy Ruiz Martínez han anotado sus nombres en la lista de enemigos del Movimiento de Regeneración Nacional. Por menos que eso, por criticar al Presidente, de hecho, muchos adversarios de la 4T la están pasando mal. Lo que hicieron está lejos de considerarse un error, un descuido. Para el carácter del Presidente, es casi un crimen. ¿No ha insistido él que ha llegado la hora de las definiciones, de separar a los simpatizantes y a adversarios sin medias tintas, sin puntos medios, sin subterfugios?

Otro tanto se pondrá en movimiento en contra de los patrocinadores o protectores de dichos diputados seudomorenistas. Al parecer, esa tarea ha comenzado y se han corrido las investigaciones internas. Adelantar culpables sería peligroso; dejemos que los mandos del partido impartan justicia.

La caída de Francisco García Cabeza de Vaca está en marcha, aunque aún se le vea en informes, en una gran camioneta, en el palacio estatal. Y por canallerías y ambiciones, puede arrastrar a algunos morenistas con él.

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