Por: Mauricio Fernández Díaz
Cabeza de Vaca imita a Yarrington y rematará playa Miramar
Ciudad Victoria.- No contento con las expropiaciones en Soto la Marina, tal parece que Francisco García Cabeza de Vaca quiere ahora vampirizar el patrimonio más valioso de los tamaulipecos y, en específico, de la zona conurbada de Tampico y Ciudad Madero; nos referimos a playa Miramar.
El pasado 25 de febrero, de gira en Tampico, el reynosense dijo que su gobierno pronto sacará a la venta, al mejor postor, terrenos ubicados en el máximo paseo turístico de la entidad.
“Hemos recuperado terrenos, con el apoyo del gobernó municipal; ahora, esos terrenos se van a subastar de una manera transparente donde grupos empresariales del sur del estado van a poder invertir”, anunció Cabeza de Vaca.
¿Habrá subasta de terrenos como si fueran reses? O fue ignorancia o un despiste pronunciado al calor de la emoción. Lo cierto es que el gobernador ya tiene la decisión tomada para sacar a venta, a remate, o a subasta algunos lotes de playa Miramar.
El objetivo principal, como puede adivinarse, es ceder el derecho de propiedad a particulares, en concreto a inversionistas. Resulta extraño que primero proponga “subastar”, lo que implica esperar interesados, y después asegure que “grupos empresariales del sur del estado” van a poder invertir. Si hay subasta transparente, podría ganar cualquiera, hasta empresarios de Nuevo León o Jalisco, y no de antemano los sureños de Tamaulipas.
Para esta venta de la playa ya cuentan con una narrativa que la justifique. El objetivo es crear infraestructura turística, con hoteles, restaurantes, parques recreativos y otros, para atraer visitantes de cuatro estados del centro del país: Aguascalientes, Querétaro, Guanajuato y San Luis Potosí. Se estima un mercado potencial de 12 millones de personas.
El plan, según los cálculos de Cabeza de Vaca, se fortalecerá con la construcción de la carretera Tam-Bajío, que conectará al sur de Tamaulipas con los cuatro estados antes mencionados. “Sé que algunas cosas no las va a ver mi gobierno, pero sí las verán las familias tamaulipecas”. Así de conmovedor se mostró el mandatario al hablar del proyecto.
Esos terrenos en playa Miramar, baldíos y sin desarrollar, representan hoy una pérdida de dinero para los tamaulipecos, a juicio de Cabeza de Vaca. “Necesitamos mayor número de habitaciones para poder albergar, para poder traer más visitantes, más turistas, que van a generar una derrame económica sumamente importante”.
Nadie debería oponerse a iniciativas que realmente impulsan tanto la economía como el bienestar de las comunidades. Pero el sector turístico, que integra hoteles, restaurantes y centros recreativos, ofrece los peores sueldos a los trabajadores y pocas oportunidades de desarrollo personal. Es deseable, pues, que esa “derrama económica” no sea un negocio lucrativo para unas cuántas personas a costa de la explotación de la playa, de una zona natural y de la privatización de un bien público.
Los detalles del proyecto los anunció la Secretaría de Turismo Estatal en noviembre de 2021. Se trata de un polígono de 5.8 hectáreas, conformado por cinco lotes, que el Gobierno del Estado recuperó de otros particulares, a quienes acusó de “mala apropiación”.
Estos lotes se ofrecerán en licitación (no a subasta) a través de la Secretaría de Administración, con la presencia de asociaciones empresariales, hoteleras y de constructores para su correcto manejo.
Las licitaciones, se supone, tienen reglas para dar certeza, transparencia y legalidad a la asignación de los recursos públicos. Pero Cabeza de Vaca ya demostró que suele saltárselas, como cuando pidió al diputado federal Alejandro Llanas un apoyo de 2.3 millones de pesos para un rancho de su papá, en una negociación de programas federales.
–Es un proyecto para el rancho de papá que no me lo pudieron sacar este año. Entonces, sí tú me lo empujas y dices ‘A ver, esto es mío, etiquétenmelo’, te lo van a hacer, ¿no? –dijo Cabeza de Vaca en 2016, de acuerdo con una filtración telefónica que aún se encuentra en Internet https://bit.ly/3pu1Fk7.
Entonces, hay preocupaciones fundadas sobre la licitación que preparan para entregar cinco lotes de playa Miramar.
Esta misma voracidad sobre el máximo paseo turístico se vio con Tomás Yarrington, gobernador del estado en 2003, del PRI. Ese año, Yarrington promovió la concesión de 39 hectáreas de la playa a grupos hoteleros locales. 73 por ciento de la costa cambió a uso privado, y el 27 por ciento quedó para uso público.
De aquel reparto salió beneficiado hasta Benito Torres Ramírez, ex presidente del PRI en Tampico. En tanto, los terrenos antes federales se escrituraron en la notaría pública 271, de Joel Vela Robles, otro ex presidente del PRI en el puerto. Y los principales inversionistas de aquel proyecto fueron dos empresarios ligados a Yarrington, Gabriel Maldonado Pumarejo y Eliseo Treviño Cantú.
En 2022, otro gobernador, Francisco García Cabeza de Vaca, ahora del PAN, prepara su propia “subasta” de terrenos en playa Miramar, con el mismo argumento de atraer desarrollo, inversión y empleo. A ver si los afortunados no resultan funcionarios o seguidores del partido de Manuel Gómez Morín.