Haiga sido como haiga sido, hasta la fecha, cuando ya transcurrieron cuatro meses desde que tomaron posesión del cargo y se cumplió un periodo ordinario de sesiones, ha sido muy poco lo logrado por el presidente de la Junta de Coordinación Política del Congreso del Estado, diputado Armando Zertuche Zuani.
De entrada, Zertuche permitió que siguieran en sus puestos un buen número de empleados «de confianza», que como su denominación lo señala, gozaron de la confianza de los panistas, que en las legislaturas anteriores tenían la mayoría. Esos empleados siguen siendo de confianza para los panistas, pues es a ellos a quienes sirven y a quienes deben lealtad.
En cuanto a la Auditoría Superior del Estado, entidad que teóricamente es dependiente del poder legislativo, mediante la cual se realiza la muy importante tarea de fiscalizar a los otros poderes y vigilar el manejo de los recursos asignados a municipios, estado, entidades paraestatales y organismos públicos descentralizados, en ese tema no hicieron el menor intento de remover al Auditor carnal, al incondicional del gobernador, Jorge Espino Ascanio. Zertuche aceptó sin chistar la explicación de que la ley le indicaba ocho años de vigencia al titular y ni siquiera se atrevió a revisar los casos de nepotismo y conflicto de intereses de los funcionarios de primer nivel de la ASE.
Los contados casos de iniciativas que favorecen a los tamaulipecos que han pasado exitosamente por el proceso legislativo, se han propuesto, discutido y votado, a pesar de las resistencias que ha presentado Zertuche Zuani en las reuniones del grupo parlamentario previas a las sesiones oficiales. Zertuche Zuani ha tenido el descaro y el oportunismo de colgarse la medalla de las propuestas que ya no pudo detener ni boicotear.
Si por algún momento se pensó que esta legislatura sería el dique para contener los abusos de Francisco N; que el poder legislativo de Tamaulipas tendría poder por primera vez en la historia; que desde el Congreso local se lograría hacer efectivo el desafuero del gobernador y por lo tanto su separación del cargo; y que los tamaulipecos veríamos por fin la separación de poderes en el Estado, debo informarles que eso no es así, y que no lo será mientras siga al frente del grupo parlamentario de morena el diputado Armando Zertuche Zuani.
Por sus errores, por sus omisiones y por sus negociaciones, -de Zertuche-, los grandes temas que podría estar discutiendo y resolviendo el Congreso del Estado, no se tocan ni con el pétalo de una declaración… En la agenda del Congreso del Estado encontramos recesos, discusiones sobre el reglamento interior y quejas sobre el trato entre los legisladores.
Utópico es pensar en cambiar la dinámica del Congreso del Estado para que sesione dos veces a la semana, como lo hace el Congreso federal, y para profesionalizar el trabajo con un cuerpo de asesores (de comisiones, no sólo personales) a la medida de las tareas y los retos que tiene la institución. Zertuche ya negoció para que siga la inercia y se trabaje igual y con los mismos.
Pero no quiero plantarme en el pesimismo y por eso debo reconocer que en esta legislatura, y particularmente en el grupo parlamentario de morena, hay varios elementos que tienen la capacidad y las ganas de trascender y hacer bien las cosas. Lamentablemente han estado acotados por los compromisos que hizo Zertuche Zuani para llevar la fiesta en paz con Francisco N y su pandilla.
