Por: Mauricio Fernández Díaz
Ciudad Victoria. – A Francisco García Cabeza de Vaca lo ha perseguido, investigado y acusado la Unidad de Inteligencia Financiera (UIF), un área dependiente de la Secretaría de Hacienda. La unidad, por lo tanto, obedece directamente al presidente López Obrador.
El expediente entregado a la Fiscalía General de la República (FGR) para incriminar a Cabeza de Vaca proviene de la UIF, que estuvo a cargo de Santiago Nieto Castillo. Hasta su destitución, López Obrador fue siempre el primer defensor de Nieto Castillo.
El Congreso de la Unión, dominado por Morena, aprobó el desafuero de Francisco García Cabeza de Vaca como gobernador de Tamaulipas el 30 de abril de 2021. Pero, de los tres delitos que le imputaban, solo aceptó el de defraudación fiscal. El mandatario, a pesar del juicio, mantuvo su cargo por decisión del Congreso Local de Tamaulipas.
Por insistencia de la UIF, la FGR solicitó una orden de captura contra Cabeza de Vaca el 18 de mayo de 2021. No se ha ejecutado por un amparo del Juzgado Octavo de Distrito en Tamaulipas. Además, hay controversias constitucionales sin resolver en la Suprema Corte. Deben decidir si el gobernador quedaba o no con fuero por el juicio de procedencia en el Congreso de la Unión.
Luego, la UIF presentó pruebas contra dos empresarios ligados a Cabeza de Vaca: Baltazar Reséndez Cantú y Juan Francisco Tamez Arellano. Los acusó de ser prestanombres y de colaborar supuestamente en la triangulación de recursos con el reynosense.
Así, se detuvo a Reséndez Cantú, primero que entraba a prisión por el caso del gobernador, el 1 de julio de 2021.
Al mismo tiempo, se pidió la captura de Juan Francisco Tamez Arellano, pero quedó sin efecto por el mismo juzgado que amparó a Cabeza de Vaca, el Octavo de Distrito en Tamaulipas.
De tres acusados, solo uno ha perdido la libertad.
¿Se ha rendido la UIF por tan escaso resultado? En absoluto: ahora integra un expediente de las empresas que se beneficiaron durante el gobierno de Cabeza de Vaca, identificadas como Inmobiliaria RC Tamaulipas SA de CV y Barca de Reynosa SA de CV, propiedad de Baltazar Reséndez Cantú, y T Seis Doce SA de CV, de Juan Francisco Tamez Arellano.
Esta brevísima relación de hechos entre la justicia federal y el gobernador de Tamaulipas busca poner de manifiesto un punto: la UIF anda tras Cabeza de Vaca, y la UIF es el brazo sancionador de López Obrador. Ni se ha detenido ni ha concedido perdón. Sigue con la lucha legal, difícil y exigente, para castigar a Francisco García Cabeza de Vaca y sus cómplices por los delitos cometidos supuestamente durante su ejercicio como mandatario.
Una fotografía publicada el 19 de febrero por el gobernador, donde aparece al lado del presidente durante una gira de trabajo en Nuevo Laredo, desató toda clase de interpretaciones fantasiosas. La más recurrente era que los dos se habían reconciliado, que había un nuevo pacto de entendimiento y que ya no continuaría el proceso judicial.
El comunicado de Tamaulipas que acompañó la imagen carecía de información exhaustiva sobre la reunión. Solo daba constancia del encuentro de ambos en Nuevo Laredo. Ni siquiera mencionó si hablaron entre sí o tocaron un tema.
Pero esa no era la finalidad de Cabeza de Vaca (y realmente, el encuentro no tuvo grandes resultados). Lo importante era insinuar la reconciliación con el presidente o el talento político de Francisco Javier para salir de dificultades. Sin embargo, solo los ingenuos y los tontos compraron esa idea.
La UIF, garrote de López Obrador contra los corruptos, sigue adelante con la investigación al gobernador y su primer círculo. Mantiene congeladas 25 cuentas bancarias de la familia, incluidos sus dos hermanos y Mariana Gómez, su esposa. La más reciente pesquisa la ha dirigido a Víctor Hugo Guerra García, primo del gobernador.
Entonces, ni borrón ni perdón. La cacería sigue, pero silenciosa. La UIF, dependencia subordinada al presidente de la República, anda metida en Tamaulipas y busca evidencia de lavado de dinero y delincuencia organizada por malversar recursos públicos.
Hasta ahora, López Obrador no ha otorgado ningún indulto a sus enemigos ni da muestras de suavizar su trato; al contrario, se ha vuelto más frontal y decidido a las últimas consecuencias después de la publicación de reportajes que muestran a su hijo José Ramón López en un posible conflicto de intereses. Se enfureció tanto que hasta se la pasó la mano, y estuvo cerca de incurrir en faltas graves por haber revelado información protegida.
Si algo caracteriza al Presidente es su voluntad inflexible cuando se trata de enfrentar a adversarios. Que Cabeza de Vaca siga libre a pesar del desafuero aprobado por el Congreso no significa que sus afrentas estén olvidadas. Su condición de gobernador y la protección del fuero constitucional son difíciles de remover. Por eso se le ha dado tiempo al caso del gobernador.
Ya cayó Baltazar Reséndez Cantú, proveedor de la administración de Cabeza de Vaca. En tanto, el 30 de septiembre vence el fuero del mandatario. De ser posible, lo esperarán hasta el último día.