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Ismael y Américo : Imposiciones fallidas Por:Mauricio Fernández Díaz

El testamento político fallido de Cabeza de Vaca

Ciudad Victoria.- Ahora que está de moda hablar de testamentos políticos, conviene recordar que en Tamaulipas hubo un intento de nombrar con anticipación a un heredero del poder estatal. Nos referimos al plan del gobernador Francisco García Cabeza de Vaca de asegurar la sucesión en su hermano, Ismael García Cabeza de Vaca.

Su primera acción fue abrirle un espacio en el Senado para darle suficiente proyección pública. Lo registró como candidato por las dos vías, por la de mayoría, en la que perdió frente a Américo Villarreal, y por la de representación o plurinominal, en la que resultó electo finalmente. Ismael, como político, estaba casi en la indigencia: no representaba nada ni tenía credenciales relevantes fuera de una oscura regiduría en Reynosa. Se aprovechaba de su hermano gobernador y del apellido para ascender al poder.

Él mismo se encargó de mostrar su ineptitud y frivolidad en asuntos públicos o de estado en la primera oportunidad. A los 26 días de jurar como senador, fue sorprendido mientras chateaba en su celular y veía la foto de una mujer semidesnuda. Esto lo hizo en mitad de una sesión de la Cámara Alta, a la que no le prestó la menor atención. Las imágenes circularon por todo el país y saltó a los titulares de los noticieros. Avergonzado y exhibido, en compañía de los senadores de su partido, Ismael salió a pedir disculpas días después. Se salvó de peores consecuencias gracias a que el líder del grupo parlamentario de Morena, Martí Batres, lo pasó a trámite en comisiones y se abstuvo de presionarlo.

A pesar del tropiezo, desde el PAN y el gobierno del estado continuaron con la promoción de Ismael como heredero de Francisco García Cabeza de Vaca. Ningún secretario o director general tenía el consentimiento para hacerse publicidad, marcar la agenda pública o figurar como portavoz de las políticas de la administración. Solo el titular del Poder Ejecutivo podía comunicarse con la sociedad y con los medios informativos. El otro que tenía ese poder era Ismael.

Para evitar otro accidente o error de difusión, arroparon al senador panista de un equipo de mercadólogos, influencers, productores y fotógrafos, tan caros como numerosos. Desbordaron las redes sociales de viedeoclips, post y live streaming de Ismael en la cámara, en colonias populares, en diálogo con personas encorbatadas e importantes o con gente de la calle y vecinos. Se abrieron oficinas de atención ciudadana en las cinco principales regiones del estado para acercarlo a los tamaulipecos; algunas de estas sedes, por su lujo y ostentación, parecían aposentos de grandes compañías. Por dinero no paraban; había que encumbrar a Ismael y prepararlo para ganar la elección de 2022.

Pero está escrito en los libros sagrados que ni el olmo da peras ni la noche tendrá más luz que el día; Ismael fue un pésimo discípulo, y nunca aprendió nada. Entre él y los gobernados no hubo química ni afinidad. Viendo la esterilidad de tanto esfuerzo, los panistas desarticularon su equipo de difusión, y los asesores cerraron las oficinas de representación ciudadana, que hoy lucen una manta con la insignia “Se renta” en las sedes de Tampico y Ciudad Victoria.

Si no hubiera sido por las investigaciones que pesan sobre el gobernador y su familia, que incluyen a Ismael, quien sabe si en este momento él estuviera encabezando los mítines de la alianza PAN-PRI-PRD en vez del ingeniero César Verástegui. Para satisfacción de todos, un hombre con la seriedad, trayectoria y experiencia del Truco es el responsable de buscar la gubernatura en la elección del 5 de junio, y no una persona sin carisma, sin poder de convocatoria y sin conocimientos.

Fueron varios años, de 2016 a 2019, los que dedicó el gobernador a pavimentar el terreno para dejar el poder en manos de su hermano. Ese era su proyecto sucesorio, su ‘testamento político’. La opinión de los panistas, de los burócratas locales y de la sociedad en general habría sido aplastada o sometida para favorecer al carnal consentido. El destino tuvo la última palabra, y este plan quedó abortado. Aunque de cerca parezca un mal resultado para Francisco Javier, a la distancia se trata del mejor de los escenarios políticos, ya que el ingeniero Verástegui es un líder natural, y lo que antes hubiera requerido la coerción y la amenaza para funcionar ahora se desarrolla de manera libre y espontánea. Prueba de esto es el rápido aumento de las preferencias electorales para la alianza PAN-PRI y PRD con el ingeniero como precandidato.

Contra su voluntad, el gobernador ha recibido una lección de la historia: las imposiciones dan más problemas que soluciones, más amarguras que alegrías.

Es también la lección que Morena ha aprendido por la mala: designaron a Américo Villarreal como precandidato único, y prácticamente se levantó el rechazo unánime; nadie creyó las cuentas extrañas de Mario Delgado para respaldar la decisión del partido y perjudicar a los demás aspirantes. En la misma escala en que subieron las intenciones para el PAN desde el registro interno del ‘Truco’, en esa misma cayeron las de Morena con el nombramiento del doctor Villarreal.

Quizás la designación de Américo es un intento de testamentar las candidaturas en contra de las simpatías reales de la militancia y sus seguidores; quizás Morena persiste en el engaño de creerse dueño de la voluntad popular, y de que no necesita hacer consultas serias para seleccionar al representante de una elección. Si esa fuera su mentalidad, si de eso se trata, está a punto de llevarse una sorpresa aterradora en Tamaulipas como la que sufrió en Nuevo León, en el todavía cercano 2021.

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