En lo oscurito
Columna política
Por: Rodrigo R.
Semáforo loco en el sur de Tamaulipas
Ciudad Victoria.-Ya no sabe uno de qué cuidarse más, si del coronavirus o de Gloria Molina, la Secretaria de Salud de Tamaulipas. Porque ni uno ni otro dejan llevar nuestra vida con normalidad y rompen nuestros planes de manera abrupta.
La señora primero nos mandó decir, hace cinco días, que la zona conurbada estaba en semáforo naranja. Se continuó con la semana de vacunación y se mantuvo el uso del cubrebocas; se suponía que la población inmunizada crecía. Pero todo, al parecer, era un espejismo: todo vuelva a semáforo rojo para tampiqueños y maderenses, a restringir el aforo en restaurantes, cafés y lugares cerrados y a evitar los eventos sociales.
Ustedes dirán: es la decisión correcta; detiene los repuntes. Lo que nos anonada es que estos cambios de señal coincidieron extrañamente con las precampañas, específicamente las del PAN.
Por aquellos días, el semáforo para Tampico y Ciudad Madero pasó a semáforo amarillo, concretamente el 29 de enero. Todo se pudo hacer por esos entonces, por ejemplo, eventos masivos, fiestas y mítines políticos. Luego, hace seis días, el puerto jaibo se quedó en amarillo, pero Ciudad Madero cambió a rojo. Es decir, en el municipio panista se permitieron más actividades; n el municipio morenista, se restringieron. Tampico y Madero son inseparables, como el lado derecho no puede separarse del izquierdo en un cuerpo. Es un misterio científico que se pueda frenar una pandemia si a una de las dos ciudades tiene más libertad.
En fin, que cayó el telón de las precampañas, y justo en este momento se publican cambios en el semáforo epidemiológico: Tampico y Madero vuelven a semáforo rojo. Quizás, si los comerciantes quieren tener el color amarillo, deberían pedir un mitin panista en la ciudad.
Hace dos días, el alcalde ARMANDO MARTÍNEZ MANRÍQUEZ se refirió al tema de la población en situación de pobreza y pobreza extrema. Es la cara oculta tras el progreso de Altamira, con sus barcos de altura procedentes de Europa y Asia, su industria petroquímica de clase mundial y los nuevos proyectos de inversión que siguen instalándose en este municipio.
En medio de esta bonanza, Altamira tiene una población de 30 mil personas en situación de pobreza. Además, cuenta con 10 mil individuos en situación de extrema pobreza. Estas fueron las cifras que el presidente municipal mencionó en público. “No tienen ni para comer, ni 100 pesos en la bolsa para comprar lo indispensable para comer”, dijo el maestro MARTÍNEZ MANRIQUEZ.
¡40 mil pobres viven en Altamira! Nos parecen demasiados. Es responsabilidad de las autoridades ayudarlos a salir de esta situación y enfilarlos hacia su propio crecimiento. Actualmente les facilitan el ingreso a los albergues municipales para protegerse del frío, como el ubicado en la colonia Revolución Verde, que da alojamiento a 50 huéspedes y les brinda comida y bebidas calientes, cobijas y baños.
Entre estas personas hay niños y personas de la tercera edad que a veces pasan un día o dos sin ingerir un bocado.
La mayoría de los pobres se localizan en las colonias Nuevo Madero, Monte Alto y los ejidos ubicados cerca del río Tamesí.
En la zona conurbada, ARMANDO MARTÍNEZ MANRÍQUEZ es el alcalde que más horas diarias dedica al trabajo, incluso con eventos programas de noche y a oscuras.
Sin embargo, esta triste realidad de la pobreza extrema le exigirá más esfuerzo y dedicación para que esas personas no permanezcan un año más en esa situación.
Al supervisar una obra de pavimentación en la colonia Las Flores, de Ciudad Madero, el alcalde ADRIÁN OSEGUERA KERNION fue tajante: “no tenemos derecho a detenernos”. Coincidimos con él: hay una presión mayúscula en los gobiernos surgidos de Morena debido a las posibilidades de que el partido gane la elección de gobernador en 2022.
Prudentemente, OSEGUERA KERNION no se enfrasca en temas políticos, al menos públicamente, cuando no el banderazo de arranque en algunas colonias, acude en persona a supervisar el avance de los trabajos, como ocurrió en Las Flores, con la pavimentación de la calle Guayaquil, de 900 metros.
En Ciudad Madero ha mejorado su imagen urbana y servicios, de ciudad moderna, y la gente se lo premió a ADRIÁN con la reelección en el cargo de 2021.
Pero 2024 pinta diferente. ¿Hacia dónde se inclinarán tampiqueños, maderenses y altamirenses? Difícil predecirlo, pero sí sabemos por quién no van a votar: por el mentiroso, el déspota y el tramposo.
