El alcalde invisible de la Zona Conurbada
Por:Mauricio Fernández Díaz
Juzgan a Chucho y Oseguera los mejores alcaldes del país
Ciudad Victoria.- Hace 24 horas expusimos aquí la relevancia de los alcaldes de Tampico, Madero y Altamira en la buena imagen de estos municipios ante los observadores nacionales y extranjeros. Señalamos, asimismo, que la atención sobre estas ciudades no se debe a la trayectoria personal de ellos sino a las actividades económicas de la zona, que interesan sobre todo en Américo del Norte. Nunca nos imaginamos el rumbo que tomaría.
En esencia, reflexionamos sobre los departamentos de Comunicación Social y su responsabilidad en la reputación de las autoridades municipales; ahí, destacamos fundamentalmente a dos: Chucho Nader y Adrián Oseguera. Hoy, nuestros juicios han quedado respaldados por un estudio comparativo que acaba de publicarse.
De acuerdo con la empresa Consulta Mitofsky, Jesús Nader Nasrrallah, de Tampico, es el alcalde mejor calificado de México, con un porcentaje de 69.6 por ciento. En tanto, Adrián Oseguera Kernion, de Ciudad Madero, es el segundo mejor calificado, con una puntuación de 68.2 por ciento. No hay antecedente de dos ediles de la zona ubicados en los primeros puestos de un ranking. Menos, que un alcalde de oposición en una entidad panista, como Oseguera y su gobierno de Morena, lidere una lista de aprobación.
En diciembre de 2021, Chucho quedaba en segundo lugar de aprobación entre los alcaldes del país, pero dos meses después ha recuperado el sitio de honor. Han sido días de serias dificultades económicas y de salud a causa del Covid-19, con tercera y cuarta ola de contagios, pero Nader Nasrrallah nunca perdió la calma y dio ejemplo de disciplina y esfuerzo. Gracias a eso, la ciudad se mantuvo en pie y nunca decayó.
Pero la gran sorpresa, y motivo de satisfacción para todo el gobierno municipal, es Adrián Osegura Kernion, alcalde de Ciudad Madero. En septiembre de 2021 había caído al cuarto lugar, un resultado todavía decoroso si se considera un listado de 100 ediles, seleccionados de mayor a menor aprobación. Sin embargo, don Adrián ha mantenido, de manera constante, una política de cercanía con la gente, de recorridos en colonias y obras en proceso, en un entorno de baja inversión pública. Él, al contrario, la ha aumentado en 2022, y hoy es el alcalde morenista mejor calificado del país.
Venido de la oscuridad y el anonimato, Lalo Gattás, alcalde de Ciudad Victoria, se convirtió en uno de los diez con mayor aumento de aprobación en la más reciente medición de Mitofsky. Sí bien todavía se ubica en una zona de puntuación media baja, logró subir de 47.1 a 48.8 por ciento. Lalo ha resentido una implacable campaña negra de desinformación, inducida en gran parte por el panismo y el gobernador Cabeza de Vaca. Buscaban voltearle a la gente que lo apoyó en 2021 y restarle gobernabilidad a su mandato. Él les opuso tres cosas; trabajo, trabajo y más trabajo; reactivó los servicios públicos y reparó lámparas de alumbrado. Sacó a la capital, sobre todo, de los últimos lugares en los que lo dejaron los panistas Xicoténcatl González y Pilar Gómez.
Para elaborar la clasificación, los ciudadanos evaluaron aspectos como la ampliación de los servicios e infraestructura pública, seguridad y transparencias. Son los propios gobernados quienes aprueban o desaprueban a los presidentes municipales.
Con todo los errores y sesgos en trabajos de este tipo, su utilidad es superior a cualquier otra desventaja, ya que ejerce una presión saludable sobre las autoridades locales y reduce el riesgo de cacicazgos, dónde solo se ejerce la autoridad de una sola persona y casi nunca se forman gobiernos eficientes.
Nos preguntamos si Armando Martínez Manríquez, alcalde de Altamira, se halla en ese supuesto. A pesar de la integridad de su municipio con Tampico y Madero, que tuvieron avances en la aprobación ciudadana, Altamira ni siquiera aparece en la lista de los 100 munícipes evaluados. No está reprobado ni en baja popularidad: es completamente ignorado y desaparece en la mediocridad.
El presidente municipal instituyó sus propias conferencias mañaneras en Altamira, a las 6:00 de la mañana, y amplió en varias ocasiones sus recorridos en las colonias hasta el anochecer. Claramente, no han servido de nada o dejan poco esos desplantes de entrega y sacrificio. La gente no es tonta, y ahora castiga el circo y la simulación.
Armando Martínez se impuso contra viento y marea como candidato de Morena a una elección de estado en 2021. Su poder es legítimo en todos los sentidos, pero ahora camina sin rumbo o se pierde en la intrascendencia en buena medida por el pésimo trabajo de sus asesores y estrategas de comunicación. En Altamira se dice que se los impuso Erasmo González Robledo, aborrecido dentro de Morena por excluir a verdaderos simpatizantes de la 4ª Transformación y entregar al partido a patrocinadores privados.
Sería fatal para las aspiraciones de Morena, centradas en ganar la elección de gobernador de este, si los votantes de Altamira cambian sus preferencias políticas. Aún es tiempo de corregir necedades y malos colaboradores.