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Así terminaron las precampañas

Por: Mauricio Fernández Díaz

Por más acarreos no ‘prenden’ elecciones en Tamaulipas

Ciudad Victoria.- El primer acto del proceso electoral 2022 en Tamaulipas ha concluido. Los actores se han retirado a sus privados a esperar el registro oficial de candidaturas. Este tiempo les servirá para analizar la labor cumplida, para señalar errores y aciertos y para mejorar diversos aspectos. También los ciudadanos sacarán sus propias conjeturas sobre esta primera etapa, y hay mucho qué decir sobre César Verástegui y Américo Villarreal, los principales contendientes por la gubernatura.

El candidato de la alianza PAN–PRI-PRD ha aprovechado sus principales cualidades para destacar en la precampaña; la gente lo identifica como un hombre de trabajo, de palabra, sencillo. Les resulta fácil confiar en él porque se parece a uno de ellos. El ingeniero Verástegui logró convertirse en la imagen del tamaulipeco que basa su éxito en la cultura del esfuerzo, en la cooperación con otros y en la capacidad de servir.

El uso de símbolos del pueblo, como el sombrero, el chaleco y las botas, sentaban en él de manera natural, como atuendos cómodos y propios.

Su mensaje estaba desprovisto de términos rebuscados y de expectativas grandilocuentes. En política es común abusar de una retórica triunfalista para sorprender a la gente, como ese llamado a vivir “un cambio histórico, una nueva era” del que tanto habla Morena y su “Cuarta Transformación”. En momentos de hambre, de luto y desesperación, cuando los mexicanos padecen una de las peores pandemias de este siglo, tales discursos son confeti verbal. El ‘Truco’ prefirió conversar con los ciudadanos, tratarlos de tú a tú, mirarlos a los ojos, esto es, ubicarse a su nivel, para pedir su apoyo. Fue un mensaje práctico pero eficaz. Teniendo títulos universitarios y un apellido compartido con un actor famoso, quiso que lo conocieran solamente como el ‘Truco’. Y en esto también tuvo éxito. Su grado de posicionamiento fue más alto por esta facilidad para recordarlo.

Pero la fuerza que impulsó a Verástegui al liderazgo de la precampaña, por encima de los demás aspirantes, fue la unidad política de su partido y aliados. Todos los grupos del PAN se fundieron en un solo bloque y avanzaron sin retrasos en la carrera por la gubernatura; el PRI y el PRD, por falta de figuras, se sumaron a este proyecto sin chantajes ni titubeos. No hubo rebelión de militantes ni precandidatos disidentes o ‘legítimos’. Como raras veces sucede, panistas, priistas y perredistas, del más modesto al más encumbrado, trabajaron por una sola propuesta y por un solo propósito. El ingeniero se adueñó de la precampaña gracias, sobre todo, a esta exhibición de unidad y fortaleza.

Los datos de las últimas encuestas indican un empate técnico entre Verástegui y el doctor Villarreal, con algunos puntos de ventaja para el primero. Nadie debe sentirse sorprendido ni llamar a esto un milagro: es el resultado natural del trabajo y la dedicación, de sembrar para cosechar, de invertir para prosperar.

En esa medida, tales fueron las carencias que mostró Américo Villarreal Anaya, candidato de la alianza Morena-PT-PVEM, en la primera etapa. Fue el aspirante más repudiado por sus militantes y por los simpatizantes, quien provocó más divisiones que confianza, más rechazos que aprobaciones.

Todavía no es gobernador pero Américo Villarreal ha comenzado a manchar su nombre con el lodo de la corrupción. Fue uno de los beneficiarios, a través de viajes y aeronaves, del empresario Sergio Carmona; también dio protección a Erasmo González y al dirigente nacional de Morena, Mario Delgado. Corrupción es aceptar donativos y favores de un constructor que ha obtenido más de 300 millones de pesos de parte del gobierno federal, cuyo origen es el mismo partido que promueve a Villarreal Anaya.

Américo nunca pudo disimular su inseguridad en los eventos organizados en la precampaña, en los encuentros con la gente, pues tenía los antecedentes del descontento que despertaba en los seguidores. Para pacificar las iras, llevó a su esposa, la doctora María de la Luz Santiago, con la idea de que la presencia femenina y hasta maternal despierta siempre buenos sentimientos. Pero el daño causado por los Villarreal al morenismo y la militancia ha sido tan severo y continuo que no recibió ninguna consideración de parte de los inconformes. Ambos tuvieron un altercado con un comunicador que mostró su lado autoritario e intolerante.

En resumen, la competencia está cerrada, y ninguno puede declararse ganador por adelantado. Queda de manifiesto que el precandidato César Verástegui subió en las preferencias, y que tiene de su lado un proyecto político verdaderamente unido. Queda revelado, también, que Américo Villarreal es un cero si lo dejan solo en los actos públicos, razón por la cual lo rodean siempre Mario Delgado, Juan Ramón Leal, Erasmo González y Ernesto Palacios, y que la izquierda causa desconfianza en muchos tamaulipecos. Por eso, la decisión final le pertenece solamente a los electores.

Esta primera etapa del proceso ha sacado a la luz un asunto que debería preocupar a todos los partidos y precandidatos: el bajo interés de los ciudadanos, en general, en la elección de gobernador. Los asistentes numerosos que aparecen en las imágenes son personas comprometidas con algún operador, programa social o interés particular para hacerlo. Si uno abre conversación en un café o en un sitio público con personas ajenas al servicio público, la burocracia o los medios de comunicación, y toca el tema de los comicios, lo más probable es que le pregunte la fecha de votación y quizás el nombre de los candidatos. El proceso electoral Tamaulipas 2022 está pasando de noche para la mayoría de la gente.

Es importante que todos, la derecha y la izquierda, el independiente o la opción nueva, conecten con las personas, sobre todo con los jóvenes, para promover una participación alta en las elecciones de este año. Hasta ahora, a aquellos desinteresados de la política los han aburrido, decepcionado y afligido.

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