Ciudad Victoria.-A los problemas para conectar a la gente con el precandidato Américo Villlarreal se ha sumado ahora un profundo desencuentro entre las figuras que encabezan Morena en Tamaulipas y que influyen en la presencia política de este movimiento.
Armando Zertuche, Adrián Oseguera, Américo Villarreal, así como las diputadas Lety Vargas, Nancy Ruiz y Consuelo Lara, se toleran, se dan la mano y cruzan palabras entre sí, pero no se estiman profundamente. Son la avanzada de la Cuarta Transformación desde la alcaldía, el poder legislativo y los distritos locales, pero cada uno tira hacia su propio lado y dejan ver la falta de unidad como miembros del mismo instituto.
Esta es una manzana envenenada para una campaña de gobernador. La carga de una elección estatal recae por fuerza en cientos de personas acopladas en un mismo plan y en un mismo fin. Confiar la posibilidad de triunfo a una sola persona es un disparate; como en ninguna otra competencia, la campaña estatal exige unidad de propósitos, de voluntades y de acción. ¿Cómo espera Morena ganar los comicios si sus figuras y voceros no comparten la misma meta, si nadie hace el sacrificio de trabajar por una causa colectiva o de grupo? Américo Villarreal, como el precandidato a la gubernatura, es el principal responsable de este desorden político porque ha sido incapaz de invitar a sus compañeros a proponer ideas, a trazar una estrategia, a hacer equipo. Américo se mueve tan solitario y disminuido como si se metiera en un mitin panista.
Entre el doctor Villarreal y Adrián Oseguera, alcalde de Madero, hay una relación cortés pero distante. No es atribuible esta imperfección amistosa al manderense, por cierto; Oseguera ya expresó públicamente su respaldo a la precandidatura de Américo, y ha tenido siempre la mejor disposición de colaborar con el médico de Ciudad Victoria. Se debe más bien a lo señalado anteriormente por Maki Ortiz, a que el senador se despreocupó de conocer los problemas de los municipios durante tres años, y casi nunca recibió a un alcalde en la Ciudad de México o en el Senado… ¡aunque lo habían elegido para eso!
Oseguera Kernion, por su parte, ha mostrado discrepancias con el líder del Congreso local, el morenista Armando Zertuche Zuani. Las diputadas Lety Vargas, Nancy Ruiz y Consuelo Lara, muy cercanas al alcalde maderense, se ausentaron de una sesión, en diciembre pasado, por motivos de salud, pero se acusó a Adrián Oseguera de haberlas convencido de ausentarse. En la sesión del jueves 20 se vivió un momento hostil entre los personajes, ya que Oseguera Kernion acusó a Zertuche de obligar a la diputada Lety Vargas de acudir al Congreso a pesar de que tenía COVID; el presidente de la 65 Legislatura no le creyó. La mujer llegó tan débil que tuvo que ser trasladad a un hospital de Victoria, y de ahí a Ciudad Madero. “Se me hace una irresponsabilidad que hayan hecho ir a Lety Vargas, ella cuenta con todo mi apoyo y yo espero que se mejore pronto”, estalló Oseguera contra Zertuche. ¿Esa es la unidad de Morena parar competir por la gubernatura de Tamaulipas?
Está a punto de cumplirse un mes de la designación de Américo como precandidato de Morena a la gubernatura de Tamaulipas y no hay señales de vitalidad ni de optimismo entre los simpatizantes morenistas. Hasta parece que el proceso interno no ha concluido o apenas se verificará: tan bajo es el interés que despierta el abanderado entre los seguidores. Si esto no es un síntoma de que el personaje atrae poco o que su perfil es inadecuado para un proyecto de esta magnitud, entonces Movimiento de Regeneración Nacional no sabe dónde está plantado. La elección de gobernador en Tamaulipas es muy apasionada; se discute en los cafés, en los hogares, en el trabajo; se forman grupos de jóvenes y de mujeres y cada uno elige a su favorito. Hay una gran efervescencia, y las multitudes se vuelcan al día de la elección por saber quién es el ganador. Todo esto desaparece del pensamiento al ver al doctor Villarreal y sus seguidores aburrirse en sus reuniones y encuentros. Repetimos: ya estamos en la etapa de precampañas, pero la carrera de Américo Villarreal no arranca, no suena no se ve. De ninguna manera este es la imagen que soñaron los morenistas para la elección de 2022 en Tamaulipas.
Tampoco se han subido a la precampaña de Américo otros aspirantes a la candidatura como Héctor Garza, el “Guasón”, Maki Ortiz o Alejandro Rojas Díaz Durán. Todo lo contrario: encabezan un fuerte movimiento de resistencia contra la imposición del doctor, especialmente los dos últimos. El Guasón se ha mantenido en silencio pero es un activo para el movimiento tanto por su condición de excadidato a la gubernatura como por su cercanía con el presidente López Obrador. Él podría llevar a Palacio Nacional una buena opinión del doctor, siempre y cuando se lo ganara. Maki y Díaz Durán, en cambio, están minando severamente la solidez e integridad de Morena en la entidad, y pueden dejar quebrado al movimiento antes de iniciar la campaña constitucional.
En suma, Morena ya tiene precandidato, pero le falta todo lo demás: unidad, fortaleza, entusiasmo y credibilidad.