La Comuna
Los retos de Américo y el Truco
José Ángel Solorio Martínez
Los astros se han alineado a su favor, dentro de sus partidos y coaliciones tanto para Américo Villarreal Anaya, como para el Truco Verástegui. El médico, ya tiene en su bolsillo la candidatura; el ingeniero, en corto la tendrá en su morral. En ambos casos, los partidos en coalición, PAN, PRI y PRD, por el bando azul y la alianza encabezada por MORENA con sus compañeros de viaje, el verde y el PT, están listos para la guerra electoral por la gubernatura.
¿Qué desafíos enfrentarán uno y otro aspirante en el escenario regional y al interior de sus partidos?
Villarreal Anaya:
1.- Digerir con habilidad, el pasivo que representa el grupo del huachicol -encabezado por Erasmo González – que resultará de alta toxicidad durante y después de la campaña electoral. Al maderense, le sobra protagonismo y le falta sensatez. Casi hunde la candidatura del Senador, con la proximidad con que se movió con los hermanos Carmona para obtener beneficios personales y políticos; y hoy por hoy, no deja ni en sol ni en sombra al precandidato.
2.- Sanar las heridas, que imprimió con su triunfo a más de media docena de precandidatos con incuestionable presencia política en el estado. La operación cicatriz, no va tan rápida como el morenismo quisiera. Varios de los que quedaron en la raya, no han recibido la atención del cardiólogo victorense. Y en estos casos, la lentitud está muy cerca de la línea del desdén.
3.- Construir un Comité de Campaña, de alto impacto. Amplio, incluyente, plural; la vieja guardia morenista, clama por ser sumada al proyecto de la IV T en Tamaulipas y la militancia puede escurrirse hacia otras opciones, si se le deja suelta.
Verástegui:
1.- Construir un discurso político con sustancia. Hasta hoy, no ha exhibido ideas articuladas, a pesar de la impactante movilización que ha mostrado. En una contienda entre dos, el mas débil -es un hecho esta apreciación, toda vez que los sondeos, ubican a MORENA muy por arriba del PAN- debe tomar la ofensiva. Y la ofensiva, sólo puede ser eficaz si se delinea sobre un plan de ataque poderoso y una estrategia narrativa que achique al adversario.
2.- Sumar al influyente panismo porteño, que saldrá severamente afectado ante el fracaso de uno de sus mas destacados representantes -Chucho Nader-. Se podrá hablar de unidad y demás, pero de no negociar con prestancia y respeto, el sur se pintará de guinda como no se ha visto desde aquellas trepidantes huelgas de los trabajadores petroleros de 1917, 1919 y 1924.
3.- Y lo mas complicado: tomar una sana distancia de la administración estatal. Es una paradoja que se tiene que tomar por los cuernos: si se deslinda equivocadamente, puede naufragar la nave que lo llevaría a la gubernatura; y si no se desmarca, podría sufrir el “Síndrome Pilar”. Sin duda, ese es el reto más complejo que ha tenido un candidato a la gubernatura desde aquellos lejanos días en que Norberto Treviño Zapata vino a caminar sobre las agitadas aguas del portesgilismo y el antiportesgilismo para -con ellos, y a la vez sin ellos- ganar la gubernatura.