Ciudad Victoria.- Confirmada la alianza PAN-PRI-PRD en Tamaulipas, solo les falta nombrar al candidato que presenten en la elección de 2022. El responsable será Acción Nacional, ya que ha obtenido mejores resultados que sus socios. Para tal fin ha puesto a competir a César Verástegui Ostos, Jesús Nader Nasrrallah e Ismael García Cabeza de Vaca como aspirantes. Pero competir es un lujo para la comparsa que la derecha ha montado en este proceso interno.
César Verástegui, el “Truco”, ha tomado por mucho la delantera frente a sus colegas de aventura. El 16 de octubre lo acompañaron cinco mil almas en el Polyforum Victoria para corearlo como su líder. Hubo autobuses, comida, músicos y banderas, cada una de color azul, con el mismo mensaje y el mismo diseño: “Todos por Tamaulipas”.
Si una boda para 100 personas, de austeras pretensiones, tiene un costo de 110 mil pesos, ¿imagina usted el gasto empleado para trasladar y meter a cinco mil personas en un recinto ferial, darles desayunos, entregarles banderas y regresarlas a sus hogares?
Ninguna ilegalidad se ha cometido aquí; la responsable ha sido una asociación civil y decenas de agrupaciones que la apoyaron. Pero eso no disminuye el desembolso importante que significó.
El ingeniero entró como invitado a esa celebración y se dejó querer. Ni siquiera dio mensaje. En el colmo de la adulación, los mariachis le cantaron “Hermoso cariño”.
Hay aquí una serie de elementos a tomar en cuenta si quisiera hablarse de una competencia justa: movilización de gente, artículos publicitarios, preparación de alimentos, difusión de prensa. Así los donara una asociación civil o un particular, todo esto es auditable. ¿Y qué ha dicho el PAN? Como el avestruz, ha metido la cabeza bajo la tierra. No ha visto nada incorrecto a pesar de que el ingeniero busca la candidatura. Si el que calla otorga, entonces Luis Cantú, dirigente de Acción Nacional, ha consentido el mitin del 16 de octubre. “La ciudadanía se juntó y lo organiza; ésa es la realidad”, dijo.
Meses antes, el 25 de junio, el gobernador Francisco García Cabeza de Vaca también dejó un mensaje enigmático, cargado de presagios, acerca de Verástegui Ostos. “Conózcanlo, porque lo van a escuchar y lo van a escuchar mucho”. Como la frase es ambigua se le puede atribuir cualquier propósito ajeno a la política. Pero en estos asuntos las coincidencias no existen: si tres meses antes adelantaba mucha notoriedad para el ingeniero, esto se confirmó el 16 de octubre, en el Polyforum. Le prepararon una entronización y le crearon una imagen de héroe. Con razón se iba a hablar mucho de él.
¿Esto es una casualidad o un plan elaborado no en junio sino en enero de 2021? ¿Es la interna panista un certamen real, con aspirantes libres, o un sainete para fabricar una candidatura popular con apariencia ganadora? Todavía es pronto para sacar conclusiones.
Y los otros contendientes, ¿qué papel han jugado? Jesús Nader Nasrrallah también ha anunciado su intención de solicitar la candidatura. El alcalde de Tampico tiene méritos suficientes para ésta, probablemente más que ninguno. Muchos panistas tradicionales y jóvenes lo respaldan. A nivel nacional lo respetan. Con todos estos ingredientes a favor, lo visto hasta ahora es inexplicable o decepcionante.
Chucho no corre, camina hacia la candidatura. Avanza a paso de tortuga, se reúne con 15 ó 20 personas y regresa a su municipio a cumplir con sus deberes. Ha hecho todo de manera tan desganada y aburrida que las concentraciones del ‘Truco’, en contraste, parecen la campaña del virtual gobernador. Si las acciones midieran las ganas de alcanzar una meta, entonces Nader Nasrrallah no quiere ser candidato.
Esto es lamentable si consideramos los buenos resultados que ha presentado como alcalde de Tampico, una de las ciudades más importantes de Tamaulipas y de México. En todas las evaluaciones obtiene calificaciones altas, y su programa de limpieza y servicios públicos ha sido aclamado en España. Mas el hombre ha tomado el proceso de selección sin entusiasmo, sin garbo, sin convicción. Ese no es el Chuco Nader que conocemos en campañas políticas. Esa no es la actitud cuando quiere ganar una elección.
A los tampiqueños, en primera instancia, les ha agradado la idea de tener a un paisano de vuelta en una competencia por la gubernatura. Pero, después de varias semanas de promoción, les ha parecido una tomadura de pelo sus visitas a otros municipios sin la determinación necesaria para cumplir el objetivo.
El tercer aspirante es Ismael, pero con eso basta para decirlo todo. Una sombra de su hermano, un hombre dependiente de sus mayores para lograr algo, como los niños. Él era el proyecto de sucesión de Cabeza de Vaca, pero nunca creció como senador.
Con esos rivales, ¿cómo van a detener o a alcanzar a César Verástegui? Si se quisiera, de propósito, ponerle dos contendiente a modo, Chucho e Ismael encajarían a la perfección.
Para nosotros, el ingeniero siempre ha sido una figura central en la política tamaulipeca; no necesita adornos ni farsas para sobresalir, como esas concentraciones que en mala hora le organizaron.
Quienes resultan decepcionados por estas simulaciones son los panistas, la militancia, los simpatizantes de Acción Nacional. Han creído en aquel eslogan “El mejor partido de México”, y ahora atestiguan que son iguales a los demás. Pueden mirarse en el espejo del PRI; antaño, ganador absoluto de elecciones. Hoy, cerca de perder su registro.
