Ciudad Victoria.- La Comisión Nacional de Elecciones de Morena ha tratado con empeño de atraer los mejores perfiles en Tamaulipas para su proceso interno, pero este esfuerzo ha sido inútil con Maki Ortiz Domínguez, una de las aspirantes.
Están en juego la credibilidad, la aprobación y el prestigio del partido en la entidad. No quedará sin repercusión la presencia de la reynosense en este proceso, ya que su pasado político difiere completamente de los intereses del movimiento; hasta consintió la reforma energética que ahora busca revertir el Presidente. Antes, senadora de la derecha; ahora, precandidata de la izquierda a gobernadora: ahí la tienen. Pronto conoceremos al responsable de introducirla en la 4T y sus oscuros acuerdos.
Las razones de su sorprendente salida del PAN y su viraje a Morena se podrían enunciar y ponerse a juicio del lector. Queda en cada uno señalar la opción que juzgue más acertada.
a) Por apoyar al cambio verdadero.
b) Por convencerse del adagio presidencial “Primero los pobres”.
c) Por asegurar a su hijo en la sucesión.
d) Por protegerse de Cabeza de Vaca.
e) Por ‘coyotear’ la condonación de recursos federales que gastó sin justificar.
Si ella tiene razones de tipo ético y moral para ser la candidata de la izquierda al gobierno de Tamaulipas, solo cabría ubicarlas en el ámbito de las buenas intenciones. Pero si las tuviera por salvarse de sanciones, señalamientos y hasta de procesos judiciales, entonces hallamos mucha evidencia que las respaldan.
Porque Maki Ortiz Domínguez no es ninguna santa entre los aspirantes; no. Tampoco es una servidora pública de expediente blanco, sin irregularidades.
Para respaldar lo anterior solo hay que ir al informe de la Comisión de Vigilancia de la Auditoría Superior del Estado. Como alcalde de Reynosa, a Maki Ortiz le señalaron 101 observaciones, divididas en 36 a obras públicas y 64 a la gestión financiera. Esto por lo que hace a la cuenta pública 2018.
Luego se acumularon observaciones del año anterior, y ambas cuentas, 2017 y 2018, sumaron un total de 170 millones de pesos no justificados por la ahora aspirante de Morena. Indignada por el ingreso de Maki al movimiento, más en busca de impunidad que de redención, la diputada local Edna Rivera, de la 64 Legislatura, presentó una denuncia en su contra ante la Fiscalía Especializada en Combate a la Corrupción, que aún está en curso.
Las revisiones a su trabajo han continuado, ahora de la cuenta 2020, y en esta ocasión la Auditoría Superior de la Federación determinó que el gobierno municipal “infringió la normativa, principalmente la Ley de Adquisiciones para la Administración Pública del Estado de Tamaulipas y sus Municipios, la Ley de Obras Públicas y Servicios Relacionados con las Mismas para el Estado de Tamaulipas, y el Reglamento de Adquisiciones, Arrendamientos de Bienes Muebles y Contratación de Servicios del Municipio”.
Maki Ortiz tiene problemas para manejar correctamente el dinero ajeno. El órgano auditor le ha señalado adjudicaciones sin justificar, costos excesivos o no comprobados de obras públicas y hasta pago de nómina sin transparencia. Nos referimos a esto como dinero ajeno pero en realidad tiene dueño: todos los reynosenses, los auténticos despojados. La nueva administración municipal podría ejercer acciones de cobranza para recuperarlo, iniciar procedimientos de fiscalización y denuncia; más aún, está obligado por mandato a hacerlo. Pero, ¿cuándo va a ocurrir esto si el sucesor es su propio hijo, Carlos Peña Domínguez, ya en el cargo? Los contratos y sus beneficiados están por publicarse y ser difundidos. Pronto quedarán expuestos a quiénes protegen Maki y su hijo, el alcalde de Reynosa. No ha habido un año, en los periodos auditados a ella, en que no le marquen deficiencias en los informes financieros. Ahora, Carlos Peña hijo agregará las suyas en los próximos tres años, con la posibilidad de extenderse otros tres. ¿Han llegado a Morena Maki y Carlos por servir a la Cuarta Transformación o por servir a su familia?
En política, las cuentas públicas irregulares son como la caries en la dentadura; pudren lo sano, lo útil, lo valioso. Entre la militancia de Morena, hay profunda desconfianza por la presencia de los Domínguez Peña. ¿Qué beneficio pueden darle al partido si a Reynosa lo han dañado?, se preguntan. Sentimos que ella no satisface ni los requisitos de la Convocatoria: “(Base Sexta) 2. Carta compromiso con los principios de la cuarta transformación y confirmada con el proceso interno de Morena… 4. Semblanza curricular en la que se destaque la trayectoria laboral, profesional y política, los atributos ético-políticos, la antigüedad en la lucha de las causas sociales y la vida democrática, así como su aportación al proceso de transformación”.
Carlos Peña, el alcalde, no cumple ni tres meses en el cargo y ya arrastra una denuncia penal. Se trata de la acción solicitada por el abogado Marcelo Olán Mendoza, el 11 de diciembre de 2020. El jurista acusó al hijo de Maki de “lavado de dinero, además de falsificación y uso indebido de documentos oficiales”. Según Olán Mendoza, Carlos Peña deberá explicar de dónde obtuvo 4.5 millones de pesos para adquirir un terreno 1,500 hectáreas en Cruillas, Tamaulipas, cuando tenía solo 20 años de edad y sin grandes antecedentes laborales. El letrado asegura que el precio pagado también resulta dudoso, pues el valor real llegaría a los 12 millones de peos.
Todo esto despide mal olor. Y el riesgo es que la pestilencia alcance a Morena, que hoy tiene el primer lugar de preferencias electorales en Tamaulipas.
En casos así, de piezas infectadas, un dentista las extrae y salva a las buenas. Morena necesita extraer cuanto antes las suyas.