Ciudad Victoria.- Bastaría con observar el método de selección del candidato de los partidos en Tamaulipas para saber si sus convicciones son democráticas o autoritarias. Quizás también nos dé una pista sobre el tipo de gobierno que implementaría de llegar al poder. Les aplicamos aquí aquel dicho de “Los hábitos se aprenden en casa”. En consecuencia, si viene de un instituto cerrado y distante de la militancia, será un mandatario alejado de los ciudadanos.
Únicamente Movimiento Ciudadano ha anunciado ya a su candidato a la gubernatura de Tamaulipas, el empresario Arturo Díez Gutiérrez, y aunque se trata de una designación directa, es la única posibilidad a su alcance, incluso la más práctica. Los mismos integrantes de MC, más que hallarla problemática, dan por aceptable la decisión.
Morena también ha sido de los primeros en iniciar el proceso interno para la selección del candidato, pero recurriendo a la opinión de la gente, a preguntar en las calles y las colonias a quién preferiría en la nominación. Su método es la aplicación de una encuesta; no se conforma con la simpatía de sus militantes y seguidores, sino que quiere abrirse a todos los ciudadanos sin importar que sean o no integrantes de su corriente.
Abrir a sus anchas el proceso interno está cargado de riesgos y sobresaltos. Pero Movimiento de Regeneración Nacional es fiel a su nombre y a sus orígenes: le gusta lo público, la multitud, la plaza llena de gente con la que sostiene a veces un diálogo a voz en cuello. Es participativo e incluyente hasta el extremo de insubordinarse a su dirigente nacional, Mario Delgado, a quien increpan cuando algo les molesta. Luego, regresan a la calma y siguen adelante.
En Tamaulipas, por ejemplo, primero anunciaron a cuatro aspirantes para la etapa semifinalista; días después, agregaron a cuatro más. Los sondeos colocan en primer lugar a Rodolfo González Valderrama, pero la competencia sigue activa. Por lo tanto, no puede acusarse al partido de hermetismo y verticalidad, de controlar cupularmente la colocación de candidaturas y cargos. La fecha para anunciar al abanderado oficial está prevista para el 15 de diciembre, pero algunos despachos de prensa, que citan fuentes anónimas, aseguran que lo hará este lunes 6 de diciembre.
Por el lado del PRI, no logran resolver el dilema de si deben presentarse solos con candidato propio o si deben ir en alianza con el PAN, en atención a los compromisos del bloque ‘Va por México’. Esa decisión la tomarán en la asamblea nacional que celebrarán el 11 de diciembre, en la Ciudad de México. De cualquier manera, ya están preparados: disponen de aspirantes con experiencia como Ramiro Ramos, Enrique Cárdenas y Edgar Melhem, actual presidente del partido y líder de la bancada en el Congreso Local. El hecho de poner en manos de los asambleístas la decisión de tener o no candidatos propios para la elección de 2022 demuestra que el tricolor se inclina por una responsabilidad colegiada, de consenso, más que por el ‘dedazo’ de una sola persona. Hacer esto es digno de nota si consideramos el talante autoritario y centralista que ha caracterizado al tricolor casi desde su fundación.
Luego tenemos al PAN, el partido en el poder en Tamaulipas. Viendo hacia atrás, en 2016, obtiene más de 721 mil votos. Francisco García Cabeza de Vaca hace historia y se convierte en el primer gobernador de la alternancia política en la entidad. Pero estamos en 2021. Massive Caller le asigna 53 por ciento de las preferencias a Morena, y 25 por ciento al PAN, prácticamente la mitad. ¿Qué ha pasado? ¿Dónde están esos 721 mil votos de hace seis años? Por más que finjan amnesia, saben bien la respuesta.
Sin un candidato fuerte, limpio, preparado y convincente, Acción Nacional fracasará en 2022.
Sobre la selección del candidato, el 28 de septiembre, el dirigente nacional Marko Cortés aseguró que el partido ya preparaba una coalición en los estados de Durango, Hidalgo y Tamaulipas. Pero al líder estatal del PRI, Edgar Melhem, le ha ofendido este arrebato de la derecha sin consultar al tricolor. Para él no hay ningún acuerdo asumido ni compromiso.
Llegamos ahora al 1 de diciembre, y el consejo estatal del PAN se reúne en sesión extraordinaria para aprobar finalmente el método esperado: designación directa, es decir, ‘dedazo’. Nada de encuestas, competencias internas ni votaciones; la voluntad del presidente (o de la dirigencia o del gobernador) decidirá la cuestión. Para tranquilizar a los consejeros, dice Luis Cantú: “Existen las condiciones, la madurez y la voluntad, para salir victoriosos”. Es un discurso unidireccional, sin retroalimentación, donde solo hay un emisor y cien receptores pasivos.
Para nosotros, la verdadera elección histórica en Tamaulipas será la de 2022, no la de 2016, como pudiera creerse a primera vista. Hace seis años permeaba aún el binomio PRI-PAN o PRIAN en el orden federal. Era común, incluso como un juego, que uno y otro partido se alternaran los poderes a conveniencia. Morena figuraba apenas como una promesa más.
Pero las circunstancias han cambiado profundamente, y los excesos de corrupción del PRI y el PAN les han pasado factura. La gente ha elegido una tercera vía desde 2018 y amenaza con seguir por esa ruta el año siguiente.
Y no hay que esperar al 5 de junio de 2022 para sentir este proceso. La elección ya comenzó, está en curso. Muchos incidentes han ocurrido y están por ocurrir. Abra bien los ojos para lo que pasará en estos días.