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Los filtros de MORENA y el «Gracias por participar»

Por:Mauricio Fernández Díaz
Morena abrió su registro para identificar a los oportunistas

Ciudad Victoria.- Procesos de selección diseñados supuestamente para atraer lo mejor y más óptimo han terminado en un maratón de solicitantes, al que se inscribe cualquier fulano. En Tamaulipas, Morena enfrenta ahora la obligación de atender a 38 aspirantes a la candidatura de gobernador, cifra que nadie imaginó hace apenas una semana; se esperaban no más de seis. De la noche a la mañana, han salido interesados hasta debajo de las piedras.

El cierre de la convocatoria ha desatado bromas y suspicacias entre la clase política de Tamaulipas. Pero, si quisieran sorprenderse, deberían voltear a Hidalgo. ¡53 aspirantes registrados a la candidatura de aquella entidad! Esto se parece ya a los exámenes de admisión de la facultad de Medicina, donde se presentan 1300 inscritos y solo pasan 200.

A última hora, Morena ha querido abrir su registro a la mayor cantidad de personas. Incluso suspendió la cláusula anticonstitucional que impedía ese derecho si se tenía parentesco con el gobernador en funciones, en una acción que frenaba únicamente a José Ramón Gómez Leal, el ‘JR’. Al final, ni la excalderonista y conservadora Maki Ortiz quedó excluida. Un vendaval de precandidatos engrosó la lista para ir por la gubernatura de Tamaulipas bajo la insignia morenista. El hecho de completar este trámite los ha puesto felices, pero pronto despertarán a su amarga realidad.

Movimiento de Regeneración no ha pecado de ingenuo ni de atrevido con esta apertura exagerada. Más bien, atrajo a su trampa a los ambiciosos y a los narcisistas que creen merecerlo todo; muchos de ellos se encuentran en las llamadas tribus de fundadores y doctrinarios, lo que se autodeclaran auténticos morenistas y luchadores sociales. Siempre alborotan o revientan la vida interna del partido cuando sus expectativas personales quedan insatisfechas. Son auténticos chantajistas que esperan recibirlo todo sin dar a cambio nada.

Otros elementos intratables son los procedentes de partidos como el PRI y el PAN, que meten su dinero o compran a algún supuesto dirigente o líder de Morena para hacerse de candidaturas. Se ha señalado constantemente a algunas figuras del movimiento relacionadas con estas prácticas pero, en estricto sentido, nadie ha aportado pruebas. Estos personajes también cayeron como moscas en la miel y forman parte de la lista larga de 38 aspirantes a la nominación que competirá por la gubernatura de Tamaulipas.

Todos ellos han creído tomarle el pelo al Comité Ejecutivo Nacional y ahora extienden la mano para tomar su premio. Para su desgracia, se quedarán con la mano extendida. El partido les aplicará el rasero de la trayectoria, la identificación con los valores de la Cuarta Transformación y el de la buena reputación. Con esos filtros bastará para borrarlos uno a uno y mandarlos a su casa. Son personas sin el perfil político ni ideológico para representar a Morena en la elección de gobernador en 2022. Simplemente, no encajan en el partido, ni siquiera en la izquierda, y su registro es anecdótico y sin consecuencias. El instituto ha logrado identificarlos con el cebo de la convocatoria para poder apartarlos, y su plan ha tenido éxito. Aunque protestaran por el resultado, no tienen el peso para provocar un rompimiento ni para dividir a los militantes y seguidores. Si se van o se quedan, nada cambia.

¿En serio se considera con las cualidades idóneas un Faustino López Vargas?, ¿un Felipe Garza Narváez?, ¿un José Guadalupe Díaz Rico?, ¿una Sandra Guadalupe Mendoza Garza?, ¿una expanista como Maki Ortiz, tantas veces mencionada? ¿En serio, también, la exdiputada Edna Rivera López? Lo dudamos, pero aún faltan varios nombres por citar. En unas cuantas semanas se anunciarán los finalistas (dos, tres o cuatro), los únicos que entrarán en la encuesta definitiva, y los 34 restantes (si acaso no son 36) volverán a su mundo anodino.

El resorte que movió esta andanada fueron las encuestas electorales, que dan como ganador a Morena en la elección de 2022 en Tamaulipas. En el sondeo de Demoscopia, publicado el 1 de noviembre, el morenismo obtiene el 46.9 por ciento de las intenciones de voto, seguido muy detrás por el PAN, con 27.5 por ciento. El pronóstico de 2022 marca como principal vencedor a la Cuarta Transformación en 5 de los 6 estados que celebrarán comicios. Así, el movimiento ganaría en Durango, Tamaulipas, Hidalgo, Quintana Roo y Oaxaca, en tanto que Acción Nacional lo haría en Aguascalientes.

Hay algunas figuras del morenismo en desacuerdo con el método de encuestas para designar candidatos, y proponen una renovación de los procedimientos. El más notable es el senador Ricardo Monreal, quien acaba de publicar un artículo sobre el tema en el diario El País, de España. Para el zacatecano, “nadie, excepto quienes las levantan, saben cómo esto sucede, y todos dudan de ellas, salvo las personas que obtienen la decisión de ser candidatas o candidatos”. En su cuenta de Twitter, advirtió que el reto es evitar rupturas.

Nos parece que esas rupturas se darían (y se han dado) en el contexto electoral de la Ciudad de México, donde Morena pasó por momentos críticos para designar a sus candidatos y esto, en efecto, causó división. Pero en Tamaulipas hay verdaderamente pocas figuras, personalidades reconocidas en todo el estado, y no pasan de dos. El resto de los aspirantes no representa una fuerza de repercusión estatal.

La encuesta para elegir al candidato de Morena en Tamaulipas permitirá excluir de una vez por todas a los infiltrados del PAN y de Cabeza de Vaca que creyeron vencer y debilitar al movimiento. Pero han caído en la trampa.

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