Por: Mauricio Fernández Díaz
Ciudad Victoria.- El paso sostenido hacia la candidatura de Morena colocan a Rodolfo González Valderrama en un virtual empate técnico con el senador Américo Villarreal Anaya. No ha sido cuestión de suerte este resultado. Rodolfo ha recorrido las seis regiones del estado y ha escuchado a las personas de los sitios más distantes de la entidad. Su perfil de sociólogo le permite comunicarse asertivamente con personas de diferente condición social, particularmente con los más vulnerables, y esto se refleja finalmente en el posicionamiento de las encuestas.
Lo han denunciado ante el IETAM, lo han calumniado por el caso de Sergio Carmona, lo han menospreciado los grupos de interés en Morena, y de todas estas pruebas ha salido adelante y fortalecido.
De acuerdo con una encuesta interna, elaborada por Grupo Impacto Gil 360, a la pregunta “Si los candidatos a gobernador de Tamaulipas por Morena fueran los siguientes, ¿por quién votaría?”, los ciudadanos respondieron así: 20 por ciento para Américo Villarreal Anaya, y 18 por ciento Rodolfo González Valderrama. Con el grado de error del levantamiento, se considera un empate técnico.
En un segundo resultado, al contabilizar los votos efectivos, se obtuvieron las siguientes respuestas: 34 por ciento Américo Villarreal Anaya y 31 por ciento Rodolfo González Valderrama. Nuevamente, bajo el criterio del grado de error, se establece un empate técnico.
Alguien pudiera preguntar en qué consiste la felicidad de empatar un resultado con el primer lugar, y le tenemos la respuesta: no es la felicidad del conformista, sino el mérito de venir de abajo. Américo Villarreal ha tenido tres años como senador para recorrer el estado y ganar la confianza de las personas desde 2018. González Valderrama, en cambio, ha hecho lo mismo, pero con escasez de recursos, a pie, en autobús, muchas veces costeando viajes con sus propios recursos, ya que su primer cargo como director de Radio, Televisión y Cinematografía, no disponía de fondos para estos movimientos. Rodolfo llega después a la coordinación de programas federales en la entidad, este sí, con amplios recursos, pero apenas ha cumplido un mes en esas funciones. A ritmo semi lento al principio, y regular hasta hace poco, González Valderrama ha alcanzado ya al senador en posicionamiento con la gente por esta combinación de circunstancias y por la desidia, en parte, del propio médico de Ciudad Victoria, quien prácticamente pasó de noche de 2018 a 2020.
Lo marcan los sondeos y, principalmente, la gente de la calle, los ciudadanos, la gran mayoría de tamaulipecos decepcionados del gobierno de Francisco García Cabeza de Vaca y de los panistas, echados al segundo lugar de las preferencias para la elección de 2021, con una diferencia de dos a uno.
Por otro lado, la lista ampliada de aspirantes, ordenada por la directiva nacional y –según afirman- el mismo Presidente de la república, favorece solamente a uno de los alcaldes para buscar la nominación; se trata de Adrián Oseguera Kernion, de Ciudad Madero.
El jefe municipal de la urbe petrolera tiene buenos resultados en su administración, goza de buena presencia a nivel estatal, y ha estado libre de conflictos serios, graves, fuertes. Puede ser un elemento conciliador a la hora de resolver inconformidades entre los grandes grupos de Morena o los aspirantes principales, como Rodolfo González Valderrama y Américo Villarreal Anaya.
Oseguera Kernion también cuenta con la virtud de ser empresario, de entender el lenguaje de los negocios, y esto reviste al movimiento de una confianza que, a veces, han puesto un poco en duda. Los enemigos han querido ver al movimiento como una corriente radical y contraria a la libertad económica, y un hombre como el alcalde de Madero puede ser el ejemplo de estadista con capacidades administrativas, que decide con base en el costo-beneficio, pero que tiene, al mismo tiempo, una visión humanista e interesado en ayudar a los más necesitados, que es el propósito de la Cuarta Transformación y de Andrés Manuel López Obrador.
La inclusión de Adrián Oseguera en la lista de preseleccionados, rebasado incluso el plazo de registro, es una de esas jugadas maestras usadas por el Presidente para enviar un mensaje a sus compañeros, a veces un correctivo o amonestación. Parece decirle a los punteros de las preferencias “Este movimiento es de todos; yo lo inicié. Así que no te sientas dueño de ningún cargo ni de ninguna candidatura. Sobre todo, no creas que te lo mereces. Si te toca, es porque se te eligió, no por recompensarte.”
Esta es una de las diferencias más profundas que hay entre Morena Tamaulipas y el PAN Tamaulipas. En la izquierda, se invita a varios aspirantes y se elige al más aprobado. En cambio, en el panismo se le puede poner precio a las candidaturas, se trafica con favores y, en última instancia, se designa a capricho del gobernador. ¿O ya olvidaron que García Cabeza de Vaca impuso a su hermano Ismael como candidato a Senador por las dos vías, la de mayoría y la de representación, y cayó vencido en votación directa? De hecho, ¿no era Ismael el proyecto sucesorio que había planeado para el momento de terminar su administración, cederle el gobierno del estado a ese pobre personaje, un ser incapaz de hablar por sí mismo y sometido al poder de la familia?
Así, Tamaulipas se prepara no solo a terminar con la presencia de los García Cabeza de Vaca; también quiere la alternancia política, el cambio de partido en el Poder Ejecutivo Estatal. A partir de hoy, faltan exactamente 15 días para que conozcamos al favorito.