Feminicidios van al alza en Tamaulipas
VICTORIA.- La violencia homicida en contra de las mujeres va en aumento en Tamaulipas, que tan solo este año ya registra 49 víctimas de homicidio doloso y tres más que fueron calificadas de feminicidio.
La justicia sin embargo, no va al mismo paso de los hechos violentos, por lo que las víctimas indirectas (padres, madres, hijos, hermanas), tardan, en ocasiones años, en ver al feminicida de sus hijas, madres, hermanas, en la cárcel pagando por su delito.
En el caso del delito de feminicidio, en los últimos cinco años, la entidad registra 57 feminicidios, de acuerdo con los datos del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública, que se nutre de la información de las Procuradurías de los estados. Pero en los últimos cuatro años, tan solo se han dictado sentencias condenatorias en 16 casos, que, para aumentar la desgracia de las familias, en la mayoría de los casos se trató del esposo o pareja sentimental de la mujer. En 2017, Tribunales de Enjuiciamiento dictaron sentencias condenatorias de prisión en cuatro casos de feminicidio, mientras que un año después se sentenciaron otras tres personas por ese delito.
En 2019 fueron cuatro sentencias las que se dictaron y el año pasado, apenas dos sentencias de dictaron y en uno de los casos, el culpable del feminicidio, esposo de la víctima, se suicidó.
En un entorno donde, se supondría estaría segura, se gesta la violencia que se incrementa, muchas veces de manera silenciosa, hasta derivar en la muerte, como le ocurrió a Janeth “N” en Altamira, apenas hace unos días.
De acuerdo con algunos testigos, una pareja se encontraba a bordo de un tráiler color negro, estacionado en una calle de terracería, que es un derecho de vía de la CFE pero convertida en “pensión” por choferes de tractocamiones que paran en el lugar para descansar o dormir un rato.
En un momento, la discusión subió de tono y el hombre arrojó a Janeth de la unidad, cayendo sin protección a la calle de terracería, para enseguida encender la unidad, arrollando a su pareja con las llantas traseras de la pesada unidad y emprender la huída.
Veladores de los fraccionamientos Los Prados y Colinas de Altamira, llegaron de inmediato al ver caer el cuerpo de Janeth de 43 años de edad de la unidad y observar al chofer del camión escapando del lugar.
Cuando llegaron los paramédicos de la Cruz Roja, la mujer ya no contaba con signos de vida; enseguida policías acordonaron el lugar para esperar a investigadores y peritos, quienes trasladaron el cuerpo al servicio médico forense (Semefo) para la autopsia.
La noticia en la zona corrió enseguida y al lugar llegaron familiares de Janeth que no daban crédito a lo ocurrido, pues apenas momentos antes, ella habría salido a encontrarse con su pareja y enseguida, su cuerpo inerte estaba tendido en la calle.
El artículo 337-Bis del Código Penal de Tamaulipas, establece que un homicidio contra una mujer, para ser catalogado como feminicidio, la víctima debe presentar signos de violencia sexual de cualquier tipo.
Se le hayan infringido lesiones o mutilaciones infamantes o degradantes, previas o posteriores a la privación de la vida o actos de necrofilia; existan antecedentes o datos de cualquier tipo de violencia en el ámbito familiar, laboral o escolar del sujeto activo en contra de la víctima.
Haya existido entre el activo y la víctima una relación sentimental, afectiva o de confianza, existan datos que establezcan que hubo amenazas relacionadas con el hecho delictuoso, acoso o lesiones del sujeto activo en contra de la víctima.
La víctima haya sido incomunicada, cualquiera que sea el tiempo previo a la privación de la vida y/o el cuerpo de la víctima sea expuesto o exhibido en un lugar público.
En cuanto a los homicidios, en los primeros nueve meses que se han reportado por las autoridades, se han abierto 938 carpetas de investigación que corresponden a mil 135 víctimas.
Un caso se presentó en septiembre de este mismo año en el municipio de San Fernando, la víctima, Ramona “G” de 50 años de edad, quien murió a manos de su esposo Inocencio “M”.
La pareja tenía diferencias, por lo que Ramona decidió pedirle el divorcio a su esposo y así poder vivir tranquila; sin embargo, esto derivó en una agria discusión y lleno de ira, el hombre la atacó con furia con un cuchillo, apuñalándola hasta matarla.
Al darse cuenta de la magnitud de sus acciones, Inocencio trató de esconder el arma homicida, tirándola en una letrina, al igual que la ropa que quedó llena de sangre de la mujer que antes había jurado amar.
Al iniciar las indagatorias por el asesinato de Ramona, en su domicilio en la colonia Bella vista al norte de San Fernando, los policías pronto descubrieron que el responsable era el esposo, quien confesó y hoy está preso acusado de femincidio.
En 2019 se presentó un caso en el sur del estado que causó conmoción, y, aunque podría haberse calificado como feminicidio, una de las sentencias aplicadas fue por homicidio calificado y violación.
Los hechos ocurrieron el 3 de agosto de ese 2019 en calles de la colonia Del Pueblo en Tampico, cuando fue encontrada atada de manos y pies en un “diablito”, el cuerpo de Nataly “N”. Quienes la conocían, recuerdan a Nataly como una excelente persona, buena hija y madre ejemplar, por lo que no daban crédito a lo que ocurría, incluso se creyó en un principio que se trataba de un asesinato del crimen organizado. Sin embargo, la realidad distaba mucho de esto último, pues se los responsables fueron sus hermanas Marina y Verónica y el novio de esta última, quienes drogaron torturaron, violaron y asesinaron a Nataly.
Marina y Verónica son descritas como mujeres violentas y envidiaban a su hermana Nataly, que se ganaba el cariño y respeto de quienes la conocían por su buen trato y amabilidad.
Con engaños, las hermanas y el novio de Verónica, invitaron a Nataly a convivir y la drogaron, la torturaron, golpeándola con un marro, la violaron, acuchillaron y rompieron su cráneo con el marro. Las mujeres, pusieron el cuerpo inerte de Nataly e una cobija, lo amarraron con cinta canela y lo pusieron en un diablito a media calle, frente a la casa donde vivía y donde fue descubierto por personas que pasaban por el lugar, muy temprano por la mañana.
Las hermanas, dejaron constancia de sus actos, pues grabaron los hechos y mandaron el video a varios de sus familiares por mensajes de WhatsApp. En abril de este 2021, a Marina la condenaron a 20 años de prisión por el asesinato de su hermana y una multa de 215 mil 104.80 pesos por reparacion del daño causado, sólo ella ha sido sentenciada por este crimen.
Para los homicidios dolosos, corresponden 392 denuncias de 542 víctimas de este delito en este año, de las cuales 49 se trató de mujeres; mientras que de las 546 carpetas que corresponden a 593 víctimas de homicidio culposos, 109 serían mujeres.