Política

La Comuna

El enlodado feminismo tamaulipeco de MORENA

José Ángel Solorio Martínez

Las mujeres de MORENA en Tamaulipas, resultaron severamente lastimadas por el más reciente escándalo del Guachicol-Gate. Presumían, que estaban irremediablemente destinadas al triunfo. Hasta una precandidata a la gubernatura, tiene la osadía de proclamarse como la salvadora del estado. Ocurrió un imponderable: llegó el asunto de los dineros sucios, que apuntalaron sus exitosas campañas.
Y todo se derrumbó.
La alcaldesa, de Nuevo Laredo, Carmen Lilia Cantú Rosas se metió hasta lo más profundo de las aguas del guachicol. Ahora tiene problemas para cumplir los compromisos. Los grupos de presión locales, reclaman para si, posiciones y muestran abierto rechazo a cargos entregados a personajes reynosenses. Obras Públicas, Alcoholes y áreas administrativas relevantes, están en disputa.
Y se sabe más: los reyes de los hidrocarburos ilegales, le patrocinaron aquella compra de la diputación plurinominal que Yeidckol Polevnsky le entregó a cambio presumiblemente de alguna recompensa.
Se desinfló, el futuro luminoso de la hija de uno de los pioneros de la alternancia en la entidad.
La diputada federal por Reynosa y anexas, Olga Juliana Elizondo, no se quedó tan a la zaga. Se considera que recibió amplios soportes materiales, para llevarla a la Cámara de Diputados. Otra vez, aquí aparece como interlocutor, el diputado Erasmo González Robledo.
Para muchos reynosenses, era sorprendente el manejo de fondos de la legisladora Elizondo aun después de ganar la curul. Hoy aparece moviéndose con bajo perfil. Se comenta, que tiene registrados varios vuelos en la flotilla de jets de los hermanos Carmona.
Al parecer, hay mucho lodo, sobre los hombros de Olga Juliana.
Olga Sosa, la tampiqueña, es la más vulnerada en su carrera política. Ya bastante material sucio cargaba en su alforjas: su sociedad con el ex gobernador Egidio Cantú; los cobros hechos a Chucho Nader por dejarse caer en la campaña por la alcaldía; como para sumar los dineros bajo sospecha conocidos hoy a nivel regional y nacional; pero lo hizo.
¿Con qué material femenil MORENA, enfrentará sus desafíos electorales y estructurales en el futuro?
Los Carmona, no dejaron una para comadre.
Sólo hay un cuadro que sobrevivió a la hecatombe -existen otras, pero de menor calado-: la diputada reynosense, Magaly Deandar.
Con el rostro limpio, y el trabajos destacado que está realizando en el Congreso, tiene lo suficiente para consolidarse como uno de los perfiles deseables para reemplazar, tantas células guindas podridas cuyo tufo a guachicol las perseguirá por el resto de sus vidas.

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