Verástegui o Nader: el último dilema del PAN
Por:Mauricio Fernández Díaz
Ciudad Victoria.- El mismo PAN podría sellar su derrota en los próximos meses si se equivoca en la elección del candidato para el 2022. Esto dejaría en la indefensión absoluta a Francisco García Cabeza de Vaca, a sus colaboradores y a sus aliados. Contratos, obras, gastos, concesiones, los privilegios que da el poder, podrían caerse y aún perseguirse judicialmente con un gobierno de oposición.
En los primeros años, Acción Nacional promovió al senador Ismael García de Vaca, hermano del gobernador, a quien le abrieron espacios en foros y la prensa para hacerlo atractivo al electorado. Pero el personaje, que parecía ascender a las alturas, se desinfló como un globo a causa de su mala reputación y su ignorancia política. Actualmente, ya no asoma la nariz ni nadie pregunta por él.
Luego, el partido optó por marginar a figuras históricas del panismo estatal, como Lidia Madero, Sergio Salazar, José Julián Sacramento y el mismo Carlos Canturosas, a quien el gobernador quiso meter en la cárcel.
Como un jugador en la mesa de apuestas, la mano que ansiaba una escalera real se quedó con un simple par. Ya no hay más, pero son dos ases, dos buenas opciones para competir: César Verástegui Ostos y Jesús Nader Nasrrallah.
Es sabido que el ingeniero Verástegui es un auténtico líder en la región de Xicoténcatl-Mante, la zona cañera estatal, donde productores y familias le muestran sincero aprecio. El Truco, como lo llaman en todas partes, ha desarrollado un talento político extraordinario, de estratega, de general de división. Sabe llegar y convencer; sabe oír y aceptar. Como operador de campo, él puede decir más que nadie veni, vidi vici (vine, vi y vencí).
Consecuencia natural de estas destrezas fue su elección como presidente del Comité Directivo Estatal del PAN, desde donde llevó a Francisco García de Vaca a la gubernatura. El reto era inmenso porque el partido apostaba entre cuatro aspirantes y había riesgo de fractura, lo que al final sucedió, más por culpa del reynosense, hombre rencoroso y obstinado, que por sus rivales. De no ser por la presencia del ingeniero no se habría logrado la unidad para articular el apoyo electoral al PAN. Incluso, gracias a él se pudo colocar a los diferentes grupos panistas en la administración estatal, ya que el gobernador se convirtió en un hombre ausente, inaccesible y desinteresado en atender visitas.
Hoy, hasta personas de otros partidos reconocen las fortalezas de César Verástegui como político de hechos, de resultados, no de palabras. Ha sido presidente municipal de Xicoténcatl en dos ocasiones (en 1999 y 2004) y diputado federal en la 60 Legislatura. Por alguna distracción de su equipo, no han destacado sus méritos como administrador público ni como legislador, y su fama se ha reducido a sus oficios de estratega y líder. Incluso en internet hay poca información de su trayectoria, y si algún foráneo buscara en Wikipedia (al que todo mundo acude para consulta rápida) solo hallaría este párrafo malinchista: “César Augusto Verástegui Ostos (born 14 September 1966) is a Mexican politician from the National Action Party. From 2006 to 2009 he served as Deputy of the LX Legislature of the Mexican Congress representing Tamaulipas”. ¿Estará Xicoténcatl en Canadá o Inglaterra?
Un perfil muy diferente, pero igual de competitivo, es el de Jesús Nader Nasrrallah, alcalde de Tampico. Proviene de una familia de empresarios de origen libanés bien arraigada en el puerto. A Chucho le ha tocado llevar el negocio de los Nader a otras alturas, y lo ha hecho con éxito. En eso demuestra sus firmes conocimientos en administración y finanzas. Gracias a su padre, primero, y después a él, la familia Nader tiene prestigio en la comunidad y en otras ciudades del país.
Por esa misma naturaleza empresarial, su primera vocación, a Chucho le ha costado crecer en la política. Ganó sin dificultad la elección de diputado federal en 2003, pero a continuación tropezó en dos ocasiones. En 2004, compitió en los comicios municipales de Tampico, sin pasar del segundo lugar. En 2007 volvió a buscar el cargo, y nuevamente quedó fuera.
Más tarde, Nader Nasrrallah se fue como delegado del Seguro Social en el gobierno de Felipe Calderón, en 2008. Ahí se mantuvo hasta mayo de 2013, relevado por los cambios de funcionarios en la presidencia de Enrique Peña Nieto. Alejado de la administración pública por un tiempo, Chucho maduró como persona, como empresario y como político. Asimiló las experiencias anteriores y mejoró sus habilidades personales.
En 2016 apareció en la campaña a la gubernatura de Francisco García Cabeza de Vaca, que ganó el panista. Pero la oportunidad soñada le llegaría en 2018. Chucho se presentó por tercera vez en la elección municipal de Tampico y, al fin, luego de tres intentos, la ganó. Una serie de obras, acciones y servicios, certificados a nivel nacional, le permitieron reelegirse por un segundo periodo en 2021, siendo el primero en la historia de la ciudad. Más que autoelogiarse, han sido otros los que han calificado su desempeño: Consulta Mitofsky lo nombró el mejor alcalde de México en septiembre de este año, con 70.6 por ciento de aprobación.
Por mezquindad, aún hay algunos escépticos en su contra. Acostumbrada a concentrar el poder, la clase política victorense le quiere restar posibilidades a la gubernatura por su proyección limitada. Olvidan, primero, que en Tamaulipas no hay ciudad más conocida en el mundo que Tampico, cuna de artistas como Roberto Cantoral, Ernesto Cortázar, Juan García Esquivel o Mauricio Garcés, y puerto de entrada de gente como Joseph Trostky, Jack London, B. Traven, Egon Erwin Kish, entre otros, y esto le conviene a Chucho Nader como figura pública. Segundo: ser alcalde de un lugar histórico y reconocido honra a cualquiera. Luego, ser el mejor de México no tiene igual.
En suma, la suerte le sonríe al agónico Partido Acción Nacional con estos políticos, César Verástegui Ostos y Jesús Nader Nasrrallah. Debe rechazar a uno de los dos, sin embargo, en los próximos meses. De equivocarse lo lamentará para siempre.