Maki; Por Oscar Díaz Salazar
Transfirió, mes tras mes durante 5 años, recursos públicos a la escuela privada de iniciación artística denominada «Casa de la Cultura de Reynosa», que es propiedad de su familia.
Simula las licitaciones de obra pública para que la mayoría de los contratos y recursos se asignen a su financiador Rolando Cantú Barragán.
Alquiló y remodeló, con recursos públicos, un edificio propiedad de su familia donde opera la Oficina de Pasaportes.
Asignó un contrato millonario para la disposición final de la basura a una empresa creada al vapor, cuyo tiradero es un predio rústico simple, que no reúne los requisitos para ser considerado relleno sanitario.
Durante cinco años contrató servicios millonarios para la publicidad de su imagen, de su persona, y no para la difusión institucional.
De los giros negros, de los moches, de las comisiones o de las cuotas, «haga sido de donde haga sido», dispuso de efectivo para cambiar a dólares en un monto promedio de dos millones de pesos por semana.
Desvió recursos millonarios para organizar festejos, bailongos, pachangas, quinceañeras, bodas etc., sujetando su administración a la recomendación de darle al pueblo pan y circo.
Asignó las obras a empresas tan chafas que debieron re hacerse en cuatro o cinco veces, en ese periodo de cinco años.
Implementó varios programas cuya esencia era la transferencia de dinero a los beneficiarios. El caso de las becas a estudiantes es el más publicitado, pero a la vez el más opaco y en el que más fácilmente se pudieron apropiar del dinero público.
Nunca cumplió con la Ley de Transparencia. Nunca exhibió en el portal del municipio la información que debe publicarse «de oficio», o sea sin que medie solicitud alguna.
Mintió, todo el tiempo miente, así lo hizo desde el principio, cuando salía a presumir falsos avances en materia de inversión, de metros cuadrados de pavimento, de luminarias colocadas, etc,
Nunca respeto la ley. Desde el primer día, en la primera sesión de Cabildo, cuando propuso a varios individuos que no cumplían el requisitos de tiempo mínimo de residir en Reynosa para ser funcionarios. También cuando no propuso las «ternas» (3 opciones) para los cargos que requieren ese procedimiento de acuerdo al Código Municipal.
Vive en Mission. Allá duerme. Allá desarrolla sus actividades personales y familiares. Miente cuando afirma que vive en Reynosa.
Es panista. Su pensamiento es de derecha. Su formación académica fue en una escuela de derecha. Sus amistades son panistas. Su carrera política se la debe a los Calderones. Es pragmática. Se mueve por intereses y ambiciones, no por convicciones. Es sumamente ambiciosa. Es cínica. Se muestra sorprendida cuando le reclaman o muestran actos de corrupción tolerados por ella y de los que se beneficia. Es intolerante. Es abusiva. Maltrata a los colaboradores. Maltrata al esposo. Es grosera. Es ladina. Como dijo José Ángel Solorio, es chingaquedito. Es trampa. Se escuda en su condición de mujer y de «enferma», para exigir tratos preferenciales y ventajas. Una de sus estrategias principales es hacerse la víctima. Se asume víctima de violencia de género y a la vez orquesta campañas de linchamiento mediático a sus opositores o a quienes obstaculizan sus planes. Tira la piedra y esconde la mano. Es mentirosa, mitómana le dicen. Está enferma. Tiene una visión patrimonialista del gobierno. Es oportunista. Es gorrona. Es megalómana. Es narcisista. Se ha rodeado y se deja influenciar por zalameros (lambiscones). Sufre de incontinencia verbal. Recurre a imágenes y expresiones de tipo religioso para buscar aceptación. Es manipuladora (con quien se deja). Más que construir y luchar, lo suyo es agandallar lo que otros hacen. Es elitista. No interactúa con las clases medias y mucho menos con el pueblo, no la encontrará en el súper, en el cine o en un restaurante o café de Reynosa. A pesar de necesitar atención permanente de los demás, no se la otorga a sí misma, su aspecto es más bien descuidado. Es corrupta. Es hipócrita. Pretende ser tratada y vista como persona decente. No tiene un proyecto o una visión para el estado de Tamaulipas, como no la tenía para Reynosa. No es líder, pues no tiene seguidores, tuvo empleados cuando los necesitó. No tiene reservas para aliarse con quien sea para lograr sus propósitos. No es leal ni cumple los compromisos y pactos políticos. Es de las que prefiere hacerse la ofendida, para no mostrar agradecimiento.