Por Mauricio Fernández Díaz
Ciudad Victoria.- Desde que Morena encabeza las preferencias de la elección de gobernador, se ha disparado la actividad entre aquellos que pudieran alcanzar la candidatura. Hay informes, reuniones y presentaciones de estos personajes en todo el estado, se los cita en la prensa y llenan de publicaciones sus redes sociales. Cada uno, a su manera, le dice a la sociedad ‘Aquí estoy’.
Una de estas aspirantes es Maki Ortiz Domínguez, exalcaldesa de Reynosa, quien acaba de iniciar una gira de conferencias titulada “Experiencias exitosas de un Gobierno Responsable”. Ella no ejerce ya ningún cargo, representación ni labor oficial. Ha salido de su municipio a encontrarse con gente de otras ciudades para hablar de su éxito personal. Nunca antes, como diputada federal, senadora o funcionaria federal, montó nada semejante.
De su carácter obstinado ya dejamos constancia en un comentario anterior: le gusta mandar, decidir, ordenar; hasta los hombres de su casa se someten a su voluntad. Si aceptó a apoyar al candidato de Morena en Reynosa fue porque se trataba de su hijo, Carlos Peña.
Maki no es militante, seguidora ni persona afín a la ideología de Morena, partido que se define de izquierda y que apoya la rectoría del Estado en actividades esenciales de la economía. Más aún, este movimiento se ha propuesto eliminar hasta el último resto las políticas neoliberales que regían al país. Maki Ortiz, en cambio, la has defendido y justificado tanto en acto como en omisión, primero con Felipe Calderón y su guerra contra el narco, y después con Enrique Peña Nieto y la privatización de la industria petrolera, entre otras reformas de gran impacto.
Con ese perfil conservador y antipopular, con esa carrera ajustada a causas elitistas y de la reacción, Maki Ortiz quiere ser candidata de Morena al gobierno de Tamaulipas; esa es su primera opción pero ya ha explorado otras salidas. Se ha acercado recientemente al Partido Verde, y se habla incluso de un tercer partido. Se trata, solamente, de una bien estudiada estrategia para inducir un mayor interés por su proyecto entre morenistas.
La única verdad es que ha pedido a Movimiento de Regeneración Nacional que la tome en cuenta para la elección de candidato. El 7 de septiembre, después de su Tercer Informe como alcalde de Reynosa, sostuvo que se afiliará al partido lopezobradorista para tener derecho al proceso interno. Mario Delgado, dirigente nacional del instituto, sirvió como testigo de este anuncio.
Con o sin permiso de Morena, Maki Ortiz ha comenzado a promover su imagen por distintas ciudades mediante sus foros “Experiencias exitosas de un Gobierno Responsable”. Comenzó en Matamoros el jueves pasado, en un salón del Holiday Inn, acompañada de colegios de profesionistas, empresarios locales y partidarios morenistas. Al día siguiente visitó Ciudad Victoria, y fue recibida por el alcalde Eduardo Gattás. En la capital la apoyaron médicos y personal de salud. El sábado, se reunió con enfermeras y otros profesionales en el salón Millenium Plaza, en Miguel Alemán, con una concurrida asistencia.
Cumplir con un calendario de presentaciones públicas requiere de logística, planeación y una estructura bien organizada. Para ello, hay que contratar gente. Se necesita, digámoslo directamente, suficiente dinero. Porque ni el Holiday Inn Matamoros ni el Millenium Plaza dan gratis sus espacios. Y la gente de servicio, aun siendo voluntaria, tampoco se alimentan de aire ni duerme en las banquetas.
¿De dónde salen, pues, los recursos para sostener una gira de conferencias en hoteles, salones y locales privados? ¿Se autofinancia Maki? ¿Se propone solamente compartir experiencias? ¿Todo es por amor al arte?
Si bien hay otros aspirantes que buscan la candidatura de Morena, lo hacen desde una posición diferente a la de Ortiz Domínguez. Américo Villarreal, por ejemplo, es senador y se justifican sus reuniones de trabajo. Rodolfo González Valderrama, por su parte, ocupa ahora la coordinación de programas federales en Tamaulipas y su función es prácticamente esa, acercarse a la gente. Los alcaldes Mario López y Adrián Oseguera, de Matamoros y Ciudad Madero, respectivamente, ejercen simplemente las atribuciones de su cargo. Maki, en cambio, ya no es nadie en la administración ni el servicio público.
Más bien, por esa terquedad de exhibirse como una funcionara y de hablar sobre gobiernos pasados y futuros, Maki podría estar incurriendo en delitos electorales. Son actos anticipados de campaña “el conjunto de… reuniones públicas, asambleas, marchas y en general aquellos en que los aspirantes o precandidatos a una candidatura se dirijan a los afiliados, simpatizantes o al electorado en general, con el objetivo de obtener su respaldo para ser postulados como candidatos a un cargo de elección popular, antes de la fecha de inicio de las precampañas” (artículo 7, Reglamento de Quejas y Denuncias del Instituto Federal Electoral).
En Tamaulipas, el periodo de precampañas es del 20 de enero al 28 de febrero de 2022. Estamos a 11 de octubre de 2021. ¿De verdad es necesario dar conferencias en este momento sobre experiencias de gobierno?
Quizás ha llegado la hora de tomar calculadora, libreta y pluma para llevar la cuenta de los gastos de Maki Ortiz, incluso de las publicaciones de prensa. Estamos ante una campaña bien planeada y de propósitos claros. Según ella, es para promover las buenas prácticas de gobierno. Según sus rivales, incluso dentro de Morena, es para su promoción política.