La Comuna
Los desorientados de MORENA
José Ángel Solorio Martínez
A trompicones iniciaron sus trabajos algunos alcaldes morenistas en Tamaulipas. Dieron el banderazo de sus administraciones, con cuestionamientos, con quejas y echándole el caballo encima al pasado. No es malo, deslindarse del pasado; lo incorrecto, es considerar sólo ese factor como el esencial en el anclaje de sus gobiernos. (De este grupo, se salvan los Presidentes de Madero -Adrián Oseguera- y Matamoros -Mario López-, que vienen de una reelección que dio tersura a sus propias transiciones)
La más ingenua en asuntos de administración pública -y un poco peor, en la narrativa de la IV T-, es la alcaldesa de Nuevo Laredo, Lilia Cantú Rosas: se duele que la administración panista que se fue, haya dejado en bancarrota a la ciudad: 300 mil pesos dejó en caja.
Habrá que decirlo: los Ayuntamientos no son entes recaudatorios esencialmente; y más: los presupuestos se autorizan por el Congreso del Estado, para ejercerse en doce meses. Ni un día más, ni un día menos.
En otras palabras: para el día último de diciembre de cada año, las cajas públicas de los municipios tienen que estar vacías. Simple: si sobra -el alcalde es un mal administrador-: si falta, el jefe edilicio es un pésimo cancerbero del erario.
Es la magia administrativa edilicia: todo gasto público, debió ser ejercido cabalmente; de otra forma: todo lo que entró, debió haber salido.
Cantú Rosas, ya olvidó la savia que corre en el cuerpo de la IV T.
Los Ayuntamientos de MORENA, deben ajustarse a principios éticos rectores en la administración pública. En la vida real de la región, eso se debe aterrizar instrumentando una política de austeridad y eficiencia -nadie debe ganar más que el Presidente AMLO; hay que acabar con los beneficios a las élites: agua gratuita para los ciudadanos más pudientes y los magnates de la economía local; exención de pagos como el predial para los grandes comerciantes y condonación de multas y recargos para los camajanes, y varios etcéteras que se deben añadir-.
Lanzar estridencias a los que se fueron, sólo es una minúscula parte de su responsabilidad como alcaldesa; debe denunciar a quien haya violentado la ley municipal y buscar justicia para el ciudadano.
Esa actitud de victimización, hace inferir que la alcaldesa, está pensando en solicitar préstamos para salir de la crisis financiera de la ciudad. Engañosa tentación: crecimiento y desarrollo con empréstitos -lo dijo AMLO- es retroceso. O sea: los alcaldes de la IV T, no tienen permiso para endeudar a la sociedad, so pena de ser acusados de sucios y desalmados neoliberales.
Esa desorientación -evidente por lo manifiesta-, podría llevar a pique el proyecto de Andrés Manuel López Obrador en Tamaulipas.