La Comuna
Los millonarios sindicalistas de las COMAPAs
José Ángel Solorio Martínez
Uno de los grandes problemas que están enfrentando las nuevas autoridades municipales morenistas -y miles de ciudadanos- en Tamaulipas, es un podrido sindicalismo que domina a plenitud con severas y evidentes muestras de corrupción y formas caciquiles de comportamiento. Las COMAPAs y los Ayuntamientos, son los hospederos de una organización de trabajadores que en forma rapaz y patrimonialista, utiliza aquellas instituciones públicas, para provecho propio.
En ciudad Victoria, en la Comisión de Agua Potable y Alcantarillado (COMAPA) un Sindicato -dirigido por Javier Pequeño Lerma- es el poder real en la dependencia. Por años, ha saqueado los recursos de todo tipo de la empresa municipal: tienen el control del almacén de donde han desaparecido miles de pesos en material -tuberías, cableado, pintura, cemento, varilla, piezas de automóviles, motores y demás- sin que el Gerente -desde tiempos inmemoriales- les pueda poner un alto.
El resultado: no hay insumos para reparar fugas -cobran al usuario esos servicios que deberían ser gratuitos-, tienen las calles hechas un desastre porque abren pavimentos sin repararlos argumentando que no hay con qué realizar esas tareas.
No es exagerado, afirmar que las cuadrillas comapenses, es uno de los principales flagelos en la capital como productor cotidiano de baches en el centro de la ciudad.
Un arqueo a los recursos humanos pondría en claro cuántos aviadores cobran en la nómina pública de esa gerencia.
Era público, que el Gerente recién reemplazado, Gustavo Rivera, fue ninguneado por el Sindicato y sus líderes para obligarlo a compartir las tajadas de los fondos de la empresa. Ese tipo de agrupación obrera, ha colaborado para que la institución esté en quiebra con números rojos que podrían llegar a los 300 millones de pesos. Sólo de electricidad, se tiene un pasivo de 60 millones.
En Victoria, la sociedad está indignada con razón: se les cobra el servicio cuando por los ductos sólo sale aire.
Hay colonias en la ciudad, que sólo en la noche pueden disfrutar el servicio -la Moderna, entre otras-.
En la COMAPA de Tampico, una vieja lideresa -Cristina Esqueda- tiene en un puño a las autoridades de la más importante empresa de ese tipo de todo el estado. La ilustre dama, tiene a sus íntimos con salarios estratosféricos, firma contratos ventajosos para ella, no para sus representados -al parecer los administradores de la institución, se han convertido en sus cómplices- y vive como una reina.
¿Quién debe meter mano en ese oscuro conflicto de intereses?
¿A quién corresponde denunciar esas trapacerías?
No hay actores que tengan más obligación para remediar esa barbaridad, que los Ayuntamientos y el Congreso del estado.
Ya es hora que la mayoría congresal de la IV T, meta en cintura a tanto bandolero que han destrozado uno de los más apremiantes servicios públicos de los tamaulipecos.