El “Metro”, símbolo cultural que anhela volver a abrir el telón
El foro de expresión artística pasa por un momento del que debe levantarse, señala José Cruz, representante del Seminario de la Cultura Mexicana
El Espacio Cultural Metropolitano llegó a ser sede de uno de los festivales de literatura más importantes de México y latinoamérica. Con Letras en el Golfo, Tampico recibió en esas instalaciones a escritores como Carlos Fuentes.
Era un encuentro que se llevaba a cabo en el otoño, convirtiendo al sur de Tamaulipas en el máximo punto de reunión de los grandes exponentes literarios. Fue a partir de la segunda edición de este festival, en 2003, cuando el majestuoso edificio del Metro se vistió de gala para sumarse a ese foro de expresión cultural.
En 2004, Letras en el Golfo costó 240 millones de pesos, que a decir del gobierno del estado era mínimo comparado con el presupuesto que el estado dedicaba entonces a la educación, según registros periodísticos de Milenio Tamaulipas.
Con el fin del sexenio de Tomás Yarrington, terminó también el festival que proyectó al puerto a nivel internacional. En 2005, Eugenio Hernández lo reemplaza por Letras del Mundo, también con la participación de reconocidos autores nacionales e internacionales. Pero al poco tiempo deja de realizarse.
Esta vez, la primera edición contó con la presencia del poeta y editor alemán Michael Krüger, el colombiano Alvaro Mutis, la brasileña Nélida Piñón (premio Príncipe de Asturias de la Casa Real de España), el poeta norteamericano Mark Strand, el novelista inglés Alan Sillitoe y la poeta norteamericana-inglesa Ruth Fainligt.
Por parte de México participaron José María Pérez, Elena Poniatowska, Jorge Volpi, Mariano González Suárez, el tamaulipeco Juan Jesús Aguilar, ya fallecido, Mariano Flores Castro, Víctor Hugo Rascón Banda, entonces presidente de la Asociación Nacional de Escritores, gran dramaturgo y narrador; Eraclio Zepeda y Julio G. Pesina, el poeta de Tamaulipas.
Otro evento importante que se desarrollaba en esta temporada del año en el Metro, fue el Festival Internacional Tamaulipas, que en su momento fue motivo de polémica porque hubo quienes lo consideraron un encuentro elitista que no ayudaba a elevar el nivel cultural de la población tamaulipeca.
Sin embargo, el espacio fue escenario inigualable de ese tradicional festival que hasta 2015 ofreció una enriquecedora cartelera de espectáculos.
En el Espacio Cultural Metropolitano se han presentado agrupaciones como el Ballet Folklórico Nacional y de Argentina; la Orquesta Centroamericana de la Papaya, Costa Rica, El Salvador y Nicaragua; el Ensamble de Música y Danza Balalaika, de Rusia; Amigos del Lago Nakuru, de Kenia; Dreams Scapes Arte Circense, de Estados Unidos.
Además de la compañía Suite Española, Danza y Flamenco Contemporáneo; la ópera Elixir de Amor, de Gaetano Donizeti; The Swinging Marionettes, de la República Checa, entre otros.
Inversión privada, “la opción para consolidar el Metro”
Con festivales como Letras en el Golfo y el Internacional Tamaulipas, se dio a conocer el estado a nivel mundial y Tampico obtuvo mayor renombre artístico, cultural y turístico, afirma el representante del Seminario de la Cultura Mexicana, José Antonio Cruz Álvarez.
Recuerda que en aquella época, Conaculta se hacía presente en la ciudad, misma que venía ascendiendo a pasos agigantados, pero asegura que la inseguridad también influyó para que se dejaran de hacer eventos internacionales.
“Se dejaron de hacer festivales internacionales e incluso estatales, ya solo eran municipales, eventos culturales de otoño y se empezó a ver esa degradación cultural”.
Cruz Álvarez considera que el Metro como máximo foro de expresión cultural, pasa por un momento del que debe levantarse con la participación de todos.
“No tiene presupuesto para su mantenimiento, la Federación le cerró la llave desde hace tres años y también ha dejado de tener ingresos porque no se presentan espectáculos”.
Desde su punto de vista, la inversión privada sí es la solución porque recurso público no se tiene en ningún nivel de gobierno.
“Hay que darle un empujoncito, no hablamos de rescate, no está en ruinas, debemos de consolidarlo y que vuelva a ser lo que fue. De no hacerlo, seguiremos retrocediendo en el ámbito cultural porque no habría espacios y creo que la inversión privada puede ser la solución”.
En ese contexto, José Antonio Cruz llama también a crear un patronato a cargo de empresarios que se sumen en pro del Espacio Cultural Metropolitano.
Alcanza su mayoría de edad
El Espacio Cultural Metropolitano fue inaugurado el 4 de octubre de 2003, con lo que empezó a escribirse un nuevo capítulo en la vida de la ciudad, pues por fin el arte y la cultura tenían donde expresarse.
El nuevo edificio admirado por todos, llenaba de orgullo a pueblo y gobierno. El inmueble le dio al sur de Tamaulipas un toque de modernidad pues este tipo de infraestructura no existía en aquel entonces en la zona conurbada.
En su apertura se dijo que el imponente inmueble tenía una capacidad para 1,170 personas y estaba equipado con tecnología de punta para poder apreciar la ópera, danza y teatro.
Contaba con sonido de primer nivel a través de un espectacular diseño acústico.
En torno al Metro, arquitectura y naturaleza se fusionan para darle un toque de magia que hace único al emblemático sitio ubicado a un costado de la laguna del Carpintero.
Ha cumplido su mayoría de edad, en medio de problemas financieros que hoy complican su sostenimiento y en donde la pandemia de covid-19 que mantiene restricciones para la actividad teatral, ha tenido un impacto demoledor.
Pero el espectáculo debe continuar y ante las dificultades económicas que arrastra, el gobierno del estado lo cedió al gobierno municipal de Tampico, que a su vez lo operará a través de una concesión a particulares.
La pandemia marcó un antes y un después
Antes de la pandemia de covid-19, el recinto cultural recibía miles de personas al año, pero apagó sus luces en marzo de 2020 porque la crisis sanitaria obligó a prevenir la dispersión de contagios.
Cuando cumplió su 17 aniversario, el Metro estaba listo para reabrir sus puertas, pero en la fase 2 solo podían hacerlo al 25% de su capacidad y no era rentable para los productores.
Desde entonces la reapertura de espectáculos se ha visto muy limitada porque la contingencia continúa. Mientras tanto, se reactivaron algunos conciertos a través de las plataformas digitales.
Se aprovechó en su momento para darle mantenimiento al edificio y hacer una reorganización interna, pero su funcionamiento se ha seguido complicando.