Política

El Fogón;Hablando de mujeres y traiciones..

José Ángel Solorio Martínez

La lucha política por la implementación de la IV T en Tamaulipas, será intensa, áspera y nada inmediata. En esa proyección, la mayoría congresal morenista, tiene enorme desafío enfrente -aparte de atemperar los efectos de cambios de bando producto de la compra de conciencias y de votos en el parlamento local-. La defección de dos diputadas guindas, poco cambia la correlación de fuerzas al interior del nuevo Poder legislativo; muy poco, impactará en los desafíos que se avizoraban desde hace meses en ese espacio: cabildeo inteligente, cambiar la arquitectura jurídica creada para resistir, e instrumentar los cambios profundos que demanda la entidad y sus ciudadanos. Hasta ahí, todo estaba en el libreto.

¿Se esperaba el ejercicio de compra de votos y de militancias? Sí. Recurrentemente, se ejecutó con los parlamentarios morenistas que se fueron. Basta recordar, que varios se pusieron el saco del PAN sin pudores y sin vergüenzas. ¿Se sospechaba que los diputados azules, defenderán hasta el final al Ejecutivo estatal? Obvio: lo han hecho desde que llegaron. ¿Se presume que los priistas apoyarán al PAN en el Congreso local? Es evidente: el PRIAN, está más vivo que nunca en los llanos y los cerros tamaulipecos.

¿Qué otros cambios relevantes se dieron en el escenario regional con la didáctica actitud de las diputadas morenistas? Varios: 1.- Genera un viraje en la estrategia de MORENA para el 2022. Se infiere, a partir de analizar las variables y elementos políticos del momento, que este partido requiere a un candidato a gobernador, capaz, eficaz, talentoso, capaz de conducir la demolición del viejo régimen. Juntando todos los elementos que caracterizan, el momento, el gobernador lopezobradorista, llegará con fuertes ataduras del pasado que pueden abortar el aterrizaje de la IV T en la comarca. En otras palabras: el gobernador de la IV T, entrará constitucionalmente en funciones a finales del 2022, pero asumirá plenamente el poder, tres años después; en efecto: sólo hasta que gane la mayoría absoluta del Congreso, -suya, de él- podrá operar los cambios constitucionales que el lopezobradorismo ocupa para el lanzamiento del nuevo régimen.

Mas claro: cualquier precandidato de MORENA, dicen los números, puede ganar la gubernatura. Pero no cualquiera, tiene el perfil para ser el comandante en jefe de la aniquilación de las políticas neoliberales tamaulipecas. En otras palabras: se requiere un candidato que gane indiscutiblemente el cargo de Ejecutivo estatal, para barrer al PAN del paisaje regional y llevar a la Legislatura próxima, a una de las principales células madre de la Cuarta Transformación. 2.-La conducta, de las dos renegadas, obliga a un rediseño de los procesos de postulación de candidatos de MORENA. Ya pasó hace tres años; ya pasó hoy: la débil estructura moral de algunos militantes, socava el proyecto del lopezobradorismo -Cierto: nadie tiene una bola de cristal. Como todos sabemos, las conductas morales se notan con tan sólo ver el pasado de los militantes-.

No se puede llevar a cargos de representación popular a lo peor de la clase política. Esto incluye, a algunos precandidatos a gobernador (a) que están jugando bajo la bandera guinda. Engendros como Maky Ortiz -y su agraciada familia- son un riesgo para el lopezobradorismo porque carecen de la ética partidista y han exhibido su enorme capacidad de saltimbanquis: han recorrido todos los partidos políticos poderosos en el estado: PRI, PAN, y actualmente MORENA. No se diga José Ramón Gómez Leal: ha servido con más fe al PAN que a quien lo comisionó en la Delegación de delegaciones en la entidad.

De igual forma, el CEN de MORENA tiene la obligación de actuar contra ese par de pícaras. La permisividad mostrada con actitudes similares, ha creado un halo de impunidad estatutaria interna. No han entendido, que su dirigente máximo -AMLO- requiere un partido galvanizado y con toda la potencia para cambiar lo que se necesite para llevar a buen puerto las políticas de AMLO en Tamaulipas. Ya es hora que la Comisión de Honor y Justicia, entre al quite; no se puede delinear un partido con ética y conciencia de lucha social, con tanta rémora disfrazada de progresista. Urge, la sanción moral como estigma para quienes dice defender al pueblo de palabra, pero en los hechos lo acuchillan por la espalda.

Se marcharon de MORENA, con sus traiciones a cuestas, tanto como con costales de dólares y el CEN de su partido les aplaudió con su silencio casi cómplice. Las lecciones de las dos chicas traidoras -en todos los sentidos- es una oportunidad para depurar al partido; un instrumento, para construir una nueva ética militante y una herramienta para fortalecer un programa de gobierno -la IV T- que prioriza las políticas públicas sobre las privadas; que pone el énfasis en el apoyo a los más desprotegidos y no en las élites. Es decir: para girar a la Izquierda, las políticas públicas de los Poderes tamaulipecos.

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