Por Martín Emmanuel Delgadillo Gutiérrez
Ciudad Victoria, Tamaulipas. – El día de ayer hubo un atentado en la ciudad de Kunduz en donde decenas de fieles perdieron la vida a causa de una bomba.
El ataque ocurrió a la 1 de la tarde hora local, en esa hora se encontraban los creyentes para escuchar el sermón semanal. El representante del gobierno provincial, Matiullah Rohani, dio el comunicado que 46 personas perdieron la vida durante el atentado, pero los funcionarios de salud de la ciudad calculan alrededor de más de 100 civiles.
El Estado Islámico anuncio que el atacante suicida era Muhammad al-Uighuri, quien formaba parte de la comunidad musulmana uigur de China. La notificación se dio por medio de la agencia de noticias Amaq del grupo, criticó a los talibanes por prometer a Pekín que Afganistán expulsaría al ejercito que se refugiaba en el país, además dio amenaza contra los chiítas de toda la comunidad musulmán.
«Es una masacre y un crimen contra la humanidad», dijo Ali, un ex policía de Kunduz que corrió a la mezquita después de la explosión y no quiso que se usara su nombre completo. “Los cadáveres fueron colocados uno encima del otro. Carne y cristales rotos por todas partes. Pensamos que las explosiones habían terminado una vez que los talibanes tomaron el poder, pero lamentablemente vemos una repetición de la vieja historia «.
Un médico de la comunidad argumentó que solo en su clínica había 20 personas que fueron enviadas a la morgue y más de 200 pacientes fueron internados después de la explosión con un estado crítico.
Este atentado podría tener consecuencias regionales ya que militares uigures han descubierto un refugio al noreste de Afganistán y los talibanes han prometido a China que no se les accederá el uso del territorio afgano contra los vecinos del país.Hay alarmas dentro de los países de Asia central por la capacidad de ISKP para poder atacar cerca de la frontera.
