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José Ángel Solorio Martínez
La Universidad Autónoma de Tamaulipas, ya resolvió su sucesión. Producto de su evolución interna, esta institución, apunta a tener como candidato único a rector al académico, contador Guillermo Mendoza Cavazos. Hasta hoy el candidato puntero, se presuma que sea el único, tiene su centro de trabajo la Unidad Académica Multidisciplinaria Reynosa Aztlán. La comunidad universitaria de ese centro convertida en Consejo Técnico de ese campus, ofreció su adhesión a Mendoza Cavazos, con el apuntalamiento de mas de dos mil 200 votos. En unos días, la autoridad electoral interna universitaria, discutirá y en su caso aprobará la candidatura del aspirante fronterizo. ¿Por qué se presume que será candidato único? Por la ley que se dieron los universitarios; plantea, que todo candidato debe ser respaldado para su registro por los Consejos Técnicos de las escuelas, Unidades o Facultades. Este mandato, achica la posibilidad de tener hasta tres candidatos a rector, como estipula la Convocatoria y los reglamentos internos de la Máxima Casa de Estudios del estado. En unos días más, se sumarán, a decir de fuentes universitarias, más Consejos Técnicos a la propuesta de la comunidad universitaria de Aztlán. Alrededor de la ebullición por la sucesión rectoral, han emergido algunos candidatos independientes. Esos incipientes actores de la UAT, tienen en contra, el tiempo, el espacio y la condición académica. Todo apunta, a que serán candidatos testimoniales, de coyuntura, de papel. Sopla el tiempo en su contra, por lo corto de la campaña: la elección se llevará a cabo el 30 de septiembre. Los candidatos apenas tienen unos días en campaña, como si consolidar un proyecto alterno para la Universidad se delineara en unos días y como si en la Ciudad Universitaria de Victoria, se aglutinara a todos los campus. Conjura el espacio en su contra, por lo dispersión con la que opera la UAT: sedes en Nuevo Laredo, Río Bravo, Matamoros,Valle Hermoso, Victoria, Mante, Tampico y otras. Es decir: todo candidato tendría la obligación estratégica para amacizar su propuesta, la visita de al menos la mayoría de las instituciones universitarias de la entidad. Los candidatos independientes, se han encapsulado en la capital del estado y han lanzado una frágil guerra mediática para incidir en la comunidad universitaria. El elemento más relevante que lastra a los candidatos independientes, es su larvaria condición de aspirantes alternos. Todavía, no poseen la fortaleza moral y la potencia académica obligada, para ser voces consolidadas en el amplio mundo universitario de la UAT. La academia no sólo es la Docencia; lo que realmente galvaniza al académico y al docente, es la Investigación. Y que se sepa, los candidatos emergentes, aun no exploran la relevante y confortante vereda de la construcción del conocimiento nuevo. En otras palabras, no se les conoce un texto relevante ni menos libro impreso memorable. Eso podría parecer una especie de racismo académico. Pero no. La arquitectura de un nuevo proyecto universitario, es de largo aliento, de largas horas de reflexión, de prolongadas luchas por lo que se piensa y se cree, que debe ser nuestra Universidad. La participación de toda naturaleza debe ser bienvenida a la UAT. Enriquecerá la vida interna, en muchos sentidos. Por ahora, todo se ve en la Máxima Casa de Estudios como una sucesión muy encarrilada.
