Felipe Garza Narváez lo dijo sin jactancia, sino con aplomo y contundencia: no quiero ser candidato, sino Gobernador de Tamaulipas, lo voy a ser sin dudas, pero no como ocurrencia ni como un juego, sino para servir a la sociedad.
Con 40 años de servicio público, el tres veces diputado local por el mismo distrito, se reunió con periodistas para anunciar que se propone cumplir con el anhelo de su vida (“o cuando menos intentarlo”), de convertirse en el siguiente mandatario estatal.
Garza Narváez presumió que tiene las suficientes calificaciones, para merecer el cargo de titular del poder ejecutivo local, desde donde se preocuparía por darle brillo a la política, “que está desprestigiada y ha dejado de ser timbre de orgullo”.
Renunció con toda formalidad a su pertenencia al PRI cuando se percató que ese partido se desviaba de sus principios institucionales, para pasar a ser un tentáculo, un instrumento del gobierno.
Felipe es uno de los más de 15 ciudadanos que son citados como potenciales abanderados de Morena, para competir en las urnas por la gubernatura del Estado.
Empezó su carrera política cuando estudiaba la carrera de odontólogo en Tampico, y desde entonces ha acumulado una enorme experiencia, pues ha sido, además de legislador, director de gobierno, coordinador de comunicación social, presidente estatal de la CNOP y luego del PRI; secretario particular del Gobernador, delegado de la Profeco, delegado del PRI en Coahuila y otros Estados.
En su diálogo con los comunicadores, el médico Garza Narváez ofreció que si le toca ser Gobernador, darle especial tratamiento a la promoción de la salud, educación (inglés en primarias), turismo, actividades productivas, así como mantener una constante comunicación con la sociedad.
“No veo la política como un negocio, sino como compromiso con la sociedad”, enfatizó el profesionista, como para marcar una diferencia con los actuales hombres del gobierno.
También pareció tener dedicatoria especial su afirmación de que no usará el código penal para dirimir diferencias políticas con adversarios o disidentes. “No habrá justicia selectiva”, ofreció.
Coincidió en el reciente planteamiento hecho por el Presidente de la República, Andrés Manuel López Obrador, en el sentido de que “política es hacer historia”.
Respecto de la hacienda pública, Felipe se pronunció por un manejo eficiente, responsable y honesto del presupuesto, donde los únicos derroches que se permitirían serían los de atenciones y calidad.
Más adelante fue reiterativo en su decisión de no usar la ley para privar de la libertad a una persona por creer que lo ofendió, si fuera el caso que ocupe la gubernatura.
En otros temas, el congreso local hizo ayer una sesión extraordinaria donde se rechazó la propuesta de la bancada de Morena de crear un Instituto estatal para Regresar lo que se Robaron.
Por supuesto, los diputados de Cabeza de Vaca se apresuraron a bloquear la iniciativa, pues saben que así lo quiere su patrón, por razones obvias.
También hubo una intentona desde la tribuna, por descarrilar el nombramiento de magistrado para el presidente municipal de Valle Hermoso, con licencia, Gerardo Aldape Ballesteros, por presuntos malos manejos financieros, pero fallaron.
Aldape es como Cabeza de Vaca, sospechoso de corrupción, además de que tiene presentadas hasta cinco denuncias en su contra en la Comisión Nacional de Derechos Humanos, pero no fue suficiente para frenarlo.
La bancada del Gobernador aprobó sin reparos y en paquete las cuentas públicas que les presentaron sólo porque llevaban la firma del auditor Jorge Espino Ascanio y no valieron los reclamos de algunos morenistas, que exigieron cuentas claras.
El presidente de la comisión de vigilancia de la auditoría superior, Joaquín Hernández Correa, defendió hasta con alusiones personas y malos modos los dictámenes aprobatorios, que puso en evidencia la diputada de Morena Edna Rivera López.
La sesión se puso tensa en algunos momentos y hubo intercambio de palabras subidas de tono, especialmente del hijo de La Quina, que no aguantó alusiones a su señor padre, de quien se dijo que él no hace honor a su nombre.
El diputado local Gerardo Peña Flores, plurinominal, dejará de cobrar las dos últimas quincenas de la Legislatura, pues se ganchará como diputado federal, plurinominal, de la inminente legislatura federal.
En tanto sigue la controversia sobre la hipotética alianza entre el PAN-PRI-PRD, y el tricolor Édgar Melhem Salinas pareció aflojar su oposición, pero condicionado a que el candidato a Gobernador lo ponga su partido.
Por supuesto, los personeros del PAN se oponen con suavidad, pues saben que esa decisión se tomará en las cúpulas, en la Ciudad de México.
En Matamoros, el Ayuntamiento puso en marcha un programa de reforestación en áreas verdes, plantando inicialmente 50 arbolitos en la avenida Alvaro Obregón, de un total de 10 mil encinos cada año.
Mario Alberto López Hernández y sus colaboradores de la Dirección de Espacios Públicos Municipales se han propuesto arbolar todos los camellones, así como parques y jardines. Les preocupa cuidar el ecosistema y ampliar el número de pulmones naturales de la ciudad.
Por su parte, el senador Américo Villarreal Anaya conversó ampliamente con la jefa de gobierno de la Ciudad de México, Claudia Sheinbaum, sobre diferentes tópicos, y ofrecieron repetir el encuentro para revisar asuntos específicos.
En otros temas, la presidenta del consejo nacional de Morena, Bertha Luján, presidió eventos en Ciudad Madero, preparatorios de la participación del partido en el proceso de renovación de Gobernador.
Una mala noticia es el fallecimiento del médico Donato Saldívar Rodríguez, nativo de Ciudad Mante, pero avecindado en Monterrey, donde llegó a ser director de la Facultad de Medicina de la Universidad Autónoma de Nuevo León, y director del Hospital Universitario.
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