La escuela siempre abierta
Por Oscar Díaz Salazar
En la SecretarÍa de Educación Pública han implementado, en varias oportunidades, el programa «La escuela siempre abierta», encaminado a sacar el máximo provecho de la infraestructura educativa, que tanto ha costado al pueblo de México.Sabemos que los edificios escolares se construyen con especificaciones muy sobradas, excedidas, -con mucho-, de la resistencia y durabilidad con las que se diseñan otras construcciones y esto obedece a que los planteles educativos se construyen para mantenerse en pie, aún cuando ocurran tragedias naturales o accidentes. Si se presenta una inundación, la escuela pública debe resistir y poder emplearse como albergue; si hay un terremoto, la escuela debe quedar en pie y operar como refugio seguro.Las escuelas funcionan como sede de las casillas electorales, como lugar de reunión para tratar asuntos de la comunidad o colonia y como albergue en tiempos de contingencias.Hasta ahí estamos bien, el edificio escolar, que es un recinto público, se utiliza en beneficio de la comunidad y en temas de interés colectivo.El asunto degenera en algunas escuelas, como es el caso de la escuela secundaria federal número tres de Reynosa, «General Francisco J. Múgica», cuando el uso de las instalaciones se extiende sin control y sin un beneficio colectivo. En la secundaria tres de Reynosa entrenan equipos deportivos de todas las disciplinas, que pueden pagar el alquiler respectivo, y aquí me refiero a equipos ajenos a la comunidad educativa. En la secundaria Múgica funciona, durante los fines de semana, una herrería que afecta el suministro regular de energía eléctrica en las viviendas aledañas. En la secundaria 3 ensayan bandas de guerra, en sábado y domingo, y a partir de las siete de la mañana, sin respetar el sueño y tranquilidad de los vecinos. En la secundaria 3 organizan fiestas masivas, aún en tiempos de Covid. La secundaria tres, en diversas épocas, ha funcionado como bodega de diversos artículos. La secundaria Múgica, parece congal los fines de semana. Los vecinos tienen que soportar la música de moda que a todo volumen transmiten desde el «patio cívico» de la escuela, las groserías y permanentes alusiones al acto sexual.En tiempos normales, de clases presenciales, la educación de la comunidad de la «Múgica», directivos, maestros, estudiantes y padres de familia, se demuestra día con día con el muladar que dejan en la calle por donde abandonan ese recinto «educativo».Me apena compartir esto que ocurre en la escuela donde cursé mis estudios de secundaria. Y me avergüenza conocer otras historias que ahí han sucedido y que prefiero no contarles.