Percepción electoral
Tiempo de opinar
Raúl Hernández Moreno
En el 2018, el gobernador Francisco García Cabeza de Vaca no tuvo más remedio que doblar las manos y aceptar que Maki Ortiz fuera por la reelección a la presidencia municipal de Reynosa. Era la única alternativa para que el PAN retuviese la alcaldía, la jugada fue exitosa y eso habló de su disposición para negociar.
Tres años después, Cabeza se negó a permitir que el hijo de Maki Ortiz fuese el candidato del PAN, éste se fue Morena y lo que siguió ya es historia.
Este año, Cabeza de Vaca se acaba de pelear con Jesús Nader, alcalde de Tampico, la única ciudad relativamente poblada que el PAN gobernará a partir del 1 de octubre, con 297 mil habitantes y 1,140 millones de presupuesto.
Morena va a gobernar 10 municipios en los que se concentra el 74 por ciento de la población y va a manejar tres de cada cuatro meses del presupuesto municipal.
Los gallos del gobernador, César Verastegui y Gerardo Peña, no pintan, no levantan, están desangelados, muy aguados y la gran pregunta es si de todos modos los va a imponer, como impuso a los candidatos a la alcaldía y diputaciones federales y locales que sufrieron una aplastante derrota el 6 de junio.
La otra opción es abrir la sucesión gubernamental, permitir que otros actores, aunque no sean de su agrado, como Maki en el 2018, puedan participar en la competencia interna del PAN y que pueda entrar Jesús Nader, el alcalde mejor evaluado del país, de acuerdo con Mitofsky y el mejor posicionado entre los prospectos panistas a la gubernatura, de acuerdo con TResearch.
Fuera del establo de Cabeza de Vaca esta la ex alcaldesa de Matamoros, Leticia Salazar que en el 2016 fue prospecto del PAN a la gubernatura y después cayó en desgracia.
Otra opción es que el Comité Ejecutivo Nacional del PAN atraiga el proceso interno de Tamaulipas y decida al candidato, lo que no sería nada extraordinario, si se valora el reciente desastre en la elección del 6 de junio, resultado de las malas decisiones de Cabeza de Vaca.
Las dos encuestas que se han hecho en los últimos días para medir el posicionamiento de los partidos en Tamaulipas, Massive Caller y TResearch, le dan una enorme ventaja a Morena en el proceso electoral que inicia en el segundo domingo de septiembre. No se necesita ser experto en estudios de opinión para darse cuenta de que la percepción general es que el PAN va a perder la gubernatura en el 2022.
Del propio PAN y del gobernador mismo, depende generar un ambiente propicio para cambiar esa percepción de derrota. Si se puede lograr, pero hay que trabajarlo.
A muchos ya se les olvido que tres meses antes de la elección del 6 de junio, en Nuevo León las encuestas daban como favorita a la morenista Clara Luz Flores y al final quedó en cuarto lugar. Su derrota no fue fruto de la casualidad. El PRI le hizo trabajo sucio, ella se envolvió en sus propias mentiras y eso la hundió. Nuevo León es el claro ejemplo de que la percepción se puede cambiar, pero hay que trabajarlo.