Los izquierdistas jocoque…
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José Ángel Solorio Martínez
Muchos actores del viejo régimen tamaulipeco, se han sumado a la IV T. Algunos, de buena fe; otros, con aviesas estrategias. Estos últimos, hacen grandes esfuerzos por vestirse de lopezobradoristas. Adoptaron el discurso de AMLO; se dicen promotores de la equidad y la justicia; juran y perjuran que serán austeros como gobierno y pontifican el no traicionar, no robar y no mentir como su nuevo catecismo. Sólo que no se puede engañar a los instintos que les han caracterizado toda su vida política. Caso paradigmático de esos nuevos izquierdistas jocoque –se hicieron de la noche a la mañana– es la alcaldesa de Reynosa, Tamaulipas: Makyavélica Ortiz. Su más reciente conducta –amagar a los hermanos deportados de un albergue, ubicado por administraciones municipales anteriores por razones de pesos y centavos en terrenos federales al lado del río bravo que es al mismo tiempo un riesgo porque está en áreas inundables ante las crecientes del afluente– la pinta de cuerpo entero. No es la doctora humanista que debe ser. No es la alcaldesa, generosa y bondadosa que pidió su voto con lágrimas –de cocodrilo, ahora se sabe– para gobernar al pueblo que le ha dado todo: cuentas millonarias en USA, mansiones en Mission, Texas y un esposo que vive del sudor de sexoservidoras y proxenetas con cuyo trabajo se ha enriquecido y un hijito que sin saber en qué trabaja el muchacho tiene millones de dólares en bancos extranjeros. No es la madre de familia amorosa que presume: decenas de menores de edad, están siendo amagados para que dejen el refugio que es lo único que les dejó el sueño americano que les pintaron las fantasiosas anécdotas de sus paisanos que aseguraban barrer dólares en la tierra del tío Sam. Y claro: tampoco es la fervorosa militante de MORENA cuyo sermón ha puesto el acento en primero los pobres. ¿Tiene un gramo de lopezobradorista la Makyavélica? No. Al menos, no con esas decisiones. El oficio, muy público, con el cual asedia a los deportados es más bien un talante derechista porque refleja el menosprecio por los desprotegidos que bien pudiera calificarse de xenofobia. La doctora, argumenta el riesgo que corren los refugiados. ¿Acaso no viven esos mismos temores miles y miles de reynosenses que viven en zonas bajas de la ciudad, por la ineficiencia de la autoridad municipal que ha olvidado introducir servicios públicos como drenaje pluvial? ¿Ha enviado oficios para que desalojen esos sitios de peligro extremo en tiempos de torrenciales lluvias?.. Existe una explicación de los críticos de la alcaldesa: su rechazo a los beneficiarios del albergue, se generó por la negativa de ellos a participar en eventos proselitistas para el hijazo de su vidaza en la disputa por la alcaldía. La Makyavélica, sigue achicando sus consensos. En tres años, perdió más de 50 mil votos. (El hijazo, obtuvo alrededor de 100 mil votos; ella, en el 2018, logró más de 150 mil). Estamos ante la enseñanza que deja la fábula del sapo y el escorpión: a la derechista Makyavélica, la traicionó su naturaleza…