Por Oscar Díaz Salazar
La capital de Tamaulipas es una ciudad de burócratas, de servidores públicos, de personas dedicadas a la administración pública en todas sus variantes, niveles y órdenes. La gestión de los recursos públicos de todos los tamaulipecos, es la materia del trabajo de los victorenses. Aunque hay otras actividades, su importancia en la economía del municipio es tan pequeña, que se puede afirmar que la administración pública es la actividad única de la ciudad.
Por esa situación que caracteriza a Ciudad Victoria, se entiende el interés que tienen los victorenses por la política, y muy especialmente por saber, conocer y estar cerca de quien ejerce el cargo de gobernador del Estado, pues es el gobierno de Tamaulipas la principal fuente de empleo, – y de negocios -, de los capitalinos.
Porque en la política les va, sino la vida, si el estilo y el nivel de vida, los capitalinos se cuidan de no ofender a los que tienen posibilidades de encumbrarse en el gobierno. De ahí que se abstengan de criticar a los servidores públicos y a los políticos que son de casa. En prueba de lo que afirmo, podemos notar la ausencia de críticas, de la prensa y de los politólogos de café, a la Secretaria de obras públicas del gobierno de Tamaulipas, Cecilia del Alto, aun de los que si se atreven a descalificar a su patrón Cabeza de Vaca. A “Cecy” no le “pegan” porque es victorense y de una familia muy distinguida, tan distinguida como todas los que se han enriquecido en el gobierno.
Esa misma protección a los de casa, la observamos en el caso del senador Americo Villarreal Anaya, que en la actualidad es de los pocos personajes, de un municipio que fue mil por ciento priista, que tiene nexos con el equipo que impulsa la Cuarta Transformación.
Americo es el mejor para los victorenses, porque es el único que conocen y porque representa la posibilidad de regresar a las principales oficinas del gobierno estatal, a los despachos de las paraestatales, a los grandes negocios de la construcción y la prestación de servicios.
En Americo existe la esperanza de regresar a los tiempos, como los de su padre, en los que el gobernador del Estado se limitaba a gobernar, administrar e invertir en Ciudad Victoria. Americo puede ser otro Geño que aplique la vieja formula que señala “el que parte y reparte, se queda con la mejor parte” y con esta formula distributiva volver al esplendor y el oropel a costa de lo que se le regatea al resto del Estado.
Americo Villarreal Anaya es el candidato de Victoria, de Ciudad Victoria ¿lo será también de la victoria?
